Es casi un hecho que en las
bancadas del PRI, en la Cámara de Diputados y en el Senado, el grupo de Manlio
tendrá el control político casi absoluto.
Una vez que los tres grandes
partidos políticos repartieron “el pastel” que se disputa en el Congreso de la
Unión, queda claro que uno de los grupos más poderosos, si no es que el más
poderoso de todos, será el del priista Manlio Fabio Beltrones. ¿Por qué?
Porque es casi un hecho que
en las bancadas del PRI, en la Cámara de Diputados y en la de Senadores, el
grupo de Beltrones tendrá el control político casi absoluto. Pero si al control
de las bancadas tricolores en el Congreso le añadimos que es altamente probable
que el PRI se quede con la mayoría y/o la mayoría absoluta en el Congreso,
entonces Beltrones se podría convertir en el gran jefe del Congreso mexicano.
Y es que, como todos saben,
Beltrones ocupa el primer lugar de la primera circunscripción de los candidatos
plurinominales del PRI a la Cámara de Diputados. Pero, además, Beltrones metió
a casi todo su grupo en las primeras posiciones de las cinco circunscripciones
para la Cámara de Diputados. Además de Beltrones, serán diputados federales
Marco Antonio Bernal, Fernando Castro Trenti, Francisco Arroyo, Manuel Añorve,
Lourdes Quiñones y Eloy Cantú, entre muchos otros, sean plurinominales, sean de
mayoría.
Pero, además, el primer
lugar de la lista plurinominal del PRI al Senado de la República es el yucateco
Emilio Gamboa, el principal aliado de Beltrones. Y resulta que, por ello,
Gamboa va directo a la jefatura de los senadores del PRI. De hecho, hace seis
años, cuando Beltrones se convirtió en jefe los senadores del PRI, al mismo
tiempo el jefe de los diputados del partido tricolor era Gamboa. Hoy, parece
que los papeles se han invertido.
Sin embargo, existe una gran
diferencia. Como todos saben, son muchas las posibilidades de que el PRI
pudiera alcanzar el triunfo en la elección presidencial. De confirmarse la
hipótesis, Peña Nieto sería el Presidente, en tanto que Beltrones sería el jefe
del Congreso. Pero aún hay más. No es descartable la hipótesis del gobierno de
coalición —como lo ha planteado el propio Beltrones—, en donde el PRI y el PAN
podrían sumar sus fuerzas en el Congreso para empujar los cambios que requiere
el Estado mexicano.
Pero si bien en las listas
del PRI a la Cámara de Diputados y al Senado el grupo predominante es el de
Beltrones, también ocupan importantes posiciones los hombres de Peña Nieto. Uno
de ellos es el sinaloense Heriberto Galindo, quien va a San Lázaro en calidad
de “bisagra”. Es decir, será el puente entre Peña Nieto y Beltrones. Otro que
podría ser visto como “doble bisagra” es el hidalguense Jesús Murillo, hombre
cercano a Peña Nieto, con una muy buena relación con Beltrones, y profundo
conocedor del PRI en todo el país.
Y una muestra de que las
plurinominales del PRI en el Senado y en la Cámara de Diputados son el punto de
amalgama de los distintos grupos, es el caso del octavo lugar de la Primera
Circunscripción de diputados, en donde el tricolor postuló a María Elvia Amaya,
quien será diputada federal. ¿Y quién es esa mujer poco conocida en la
política? Nada menos que la esposa de Jorge Hank Rhon. En otras palabras, que
en el PRI están todos los que son y son todos los que están. Y a eso se le
llama unidad.
Pero en el caso del PAN, no
se puede decir lo mismo. ¿Por qué? Porque en el partido azul las listas de
plurinominales fueron integradas a partir de la venganza contra la candidata
presidencial Josefina Vázquez Mota. Es más, pareciera que la dirigencia del PAN
le apuesta a la derrota de la candidata y, por ello, “se agandayaron” las
posiciones en diputados y senadores. Salvo pocos lugares, “las mujeres y los
hombres” de la candidata quedaron fuera, como si los panistas supieran que va a
perder.
Y contra lo que muchos
suponían y otros esperaban, en el caso del PRD el gran derrotado fue —¡aunque
usted no lo crea!— nada menos que Andrés Manuel López Obrador. Resulta que el
grupo de Los Chuchos se quedó con la gran tajada de plurinominales, tanto en
diputados como en senadores. Por esa razón quedaron fuera de las listas buena
parte de los precandidatos externos propuestos por López Obrador, en tanto que
Marcelo Ebrard tampoco metió a los suyos. ¿Qué pasó en el PRD?
Que muy pocos creen en la
victoria presidencial de AMLO y, por ello, todas las corrientes del PRD
cerraron sus puertas y, por supervivencia elemental, no permitieron que pasaran
las propuestas de AMLO. ¿Y por qué supervivencia elemental? Porque el PRD cree
que no superará 20% de la votación, y si deja espacios, los suyos quedarán
fuera. Aritmética elemental.