Juan Toño Torres Abarca |
¡Ahora resulta que el pecador
es presa de persecución! Razón tienen los filósofos y psiquiatras al destacar
que la inmensa mayoría de los cobardes, miedosos y pusilánimes tienen la
urgente necesidad de buscar en sus dioses redimir o exonerar sus pecados y
este sujeto en cuestión no podía ser la excepción. Juan Antonio Torres Abarca,
conocido en el bajo mundo, entre bares de mala muerte, cantinuchas, piqueras,
como el Tony Abarca o Toño Machetes.
Pero entre los acreedores,
fiadores y personas que han sido
estafadas por este sujeto, es llamado el Tony el tranza, el gandalla, el embustero,
el farsante.
Miente por necesidad biológica. Invoca a su Dios, cuando su propia
Biblia, le dice “no invocar el nombre de Dios en vano” y este pelmazo, lo usa
como muletilla y de manera recurrente creyendo que con ello expiará sus pecados
carnales, purificará el mal que ha causado a quienes les ha robado su identidad para quedarse con proyectos y
programas -tal y como ha sucedido con todos los funcionarios y ex funcionarios
del Servicio Estatal del Empleo, caterva de ladrones- enmendará el problema jurídico
que enfrenta en la comuna de San Jerónimo pese a que ya se venció la fecha de entrega de
una unidad automotriz, plasmada en el Acta constitutiva, que signaron el ex
sindico Adolfo Solís Maganda y el multicitado excéntrico bipolar Tony Abarca,
aún no entrega, siendo esto violatorio para ambas partes; pues nos bienes de la
comunidad no puede ser prestados, enajenados o transferidos a otra persona. Lo
cual se persigue como delito de robo; y, aquí Adolfo y Toño, han configurado
ese delito; par de ladrones.
Bien hará el delegado del
Servicio estatal del Empleo en la costa grande, mejor guardar su vocabulario y
entregarse al trabajo que para ello le mal encomendaron una misión delicada.
Pese a sus fotos engarzadas en su portal de “niña mal portada” no deja en duda
la entrega de los enseres. Y si algunos han sido entregados, pues ese es su
trabajo, para ello le pagan. Así que Tony, empieza a saldar cuentas, a entregar
equipos, pues personas afectados por su descocada y cleptómana actitud, habrán
de tomarle la oficina en la comarca cafetalera de Atoyac.