domingo, 8 de abril de 2012

ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN. Del PRD al PRI, el mismo abismo Por Jorge Luis Falcón Arévalo*


El PRD, está llevando a cabo una lucha interna en demanda de solución a sus requerimientos sean estos cuotas de poder; asignaciones por servicios prestados;  cotizaciones por delaciones y pagos por actos del silencio soterrado y complicidad expresa. Esto como norma ancestral del poder.
Para unos,  la gesta es con justa razón. Para otros, solo un trámite; y, externa para los más muy fuera del contexto de la realidad política, de los mismos pliegos de mandata del Partido de la Revolución Democrática; por ello, ha tenido disyuntivas y complejidades entre sus mismos integrantes. Más por  carecer de un proyecto de vida en las políticas públicas primero; y posteriormente en la existencia de sus propios simpatizantes, como entes de la política.
Durante sus gobiernos, se han manifestado en el discurso de una izquierda de “hechos”, cuando la realidad les echa en cara su falta de oficio en las lides admistrativas por desconocimiento o por encubrir sus aviesas intenciones, dentro de un latrocinio en carne viva y un descarado robo no tan solo de presupuestos, sino de enseres propiedad de la nación. Su las investigaciones hechas por hombres honestos, muchos funcionarios de ambas fracciones, deberán estar en la cárcel unos y despojar de lo sustraído a otros.
Todo aspirante al poder es sumiso y trata de ser humilde, cuando esta solo es un término en su “conspicua”  forma de hacer y de hablar. “El poder lo contamina todo, es tóxico. Dice José Saramago y agrega, es posible mantener la pureza de los principios mientras estás alejado del poder. Pero necesitamos llegar al poder para poner en práctica nuestras convicciones. Y ahí la cosa se derrumba, cuando nuestras convicciones se enturbian con la suciedad del poder”. ¿Hay similitud con alguien conocido?
Las infinitas corrientes en un anémico y extenuado  Sol Azteca, muestra una vez más que no hay acuerdos, no hay consistencias de coincidencias, ausente está como la razón ecológica en muchos de sus instancias gubernamentales. Eso solo evidencia, la fortaleza, y muestra tal cual son quienes la integran: facinerosos. En tanto el autoritario PRI, muestra con mayor ahínco sus “formas y manera de hacer política” en un silencio como el murmullo de la corriente de la laguna, se oyen las demandas y las inquietudes de hombres y mujeres que han buscado un cambio y solo han encontrado el mismo rechazo autoritario y monologo: ¡Aquiétese! O en el menor de los casos: ¡Cállese!
Carlos Marx, rubricó con conocimiento de causa y origen de creación: “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra”. Cuasi realidad de todos. Evo Morales, presidente de Bolivia, en sus exabruptos –muy recurrente entre los analfabetos políticos no tan solo sudamericanos, clásico entre los mexicanos, dijo: “Cuando algún jurista me dice: ‘Evo te estás equivocando jurídicamente, eso que estás haciendo es ilegal’, bueno yo le meto por más que sea ilegal. Después les digo a los abogados: ‘si es ilegal, legalicen ustedes, ¿para qué han estudiado’?”
Hoy la inmensa mayoría de los gobiernos tanto del tricolor, como del amarillo con negro, presentan acusaciones de desfalco y sustracción de los presupuestos -completos algunos- carcomidos otros, como los del campo y desviados los más, para asistencia social. Si los dineros presupuestados  y éste aprobado por los haraganes legisladores  llegaran completa y nítidamente a la sociedad, otras calidades de vida tendríamos. Esa si es una realidad. Lo actual, es una jauría rabiosa tras el poder, para obtener dinero y confort de vida.
Hoy la polaca se ha pervertido, pues así ha convenido a los intereses de grupo, porque así lo ha mostrado no tan solo la historia, sino la genética de los hombres y mujeres, ¿Quién teniendo el poder lo comparte? ¿Quién se queja de que no le hacen caso? ¿Quién despotrica contra quienes no le ofrecen un “cachito” de esa linda y hermosa forma de saber gobernar? Por largas nebulosas ha sido así el arte y juego de la política. ¿Quién robando pide clemencia, mostrando oronda y cínicamente una cruz de oro en su pecho, clama compasión, de que merece consideración? La política, como la vida, solo es.

*sin.marca@gmail.com  Consultor en administración y mass media.