martes, 3 de abril de 2012

TERCERA VÍA PRD-AGUIRRE, VERSUS EL PRI Ernesto Rivera Rodríguez


“Sigan la huella del dinero”, fue la única frase que el llamado “garganta profunda” expresó a los dos periodistas del Washington Post, en el  famosísimo caso del “Watergate”. En  Guerrero en el penoso caso de la elección de los candidatos a diputados locales y la mayoría de los presidentes municipales, del PRD podemos afirmar sin equivocarnos “Sigan la huella de Aguirre Rivero”, pero en el caso del PRI, se debe de seguir la huella de Manuel Añorve Baños.
Hoy se ha confirmado que la falta de respeto a la militancia del PRD, procedente del partido más antidemocrático histórico mexicano, el PRI, puede volver y ha puesto en crisis al Partido de la Revolución Democrática, PRD, en Guerrero, y su incapacidad para mantener una mínima consecuencia democrática.
Así el PRD ha mostrado otra vez, pero en esta ocasión con la ayuda del gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, su incapacidad para organizar su elección interna de candidatos a puestos de elección popular en este 2012; desde hace meses el estira y afloja se ha venido dando, a tal grado de que la polarización en la designación de los candidatos llego a su extremo, en la elección de los palomeados a las diputaciones locales, en donde los jefes tribales así como el mismísimo jefe del ejecutivo guerrerense, movieron los hilos, manipularon las más puras expresiones, sin escuchar, haciendo oídos sordos de las  preferencias sociales, a lo largo y ancho del estado.
Así, como escribiera Arnoldo Córdova, hace unos meses, …”la competencia interna por el poder que se produce en el PRD carece de reglas democraticas”. El fondo entonces consiste en el clientelismo partidista, en las presiones tribales y de grupo, en el mantenimiento de las cuotas de poder y en –el caso más doloroso- el desplazamiento casi total de los militantes individuales.
La  estructura perredista en Guerrero, ha mostrado que no es más que una colección de grupos clientelares, avenidos al poder aguirrista, necesarios para las contiendas internas pero absolutamente insuficientes para la lucha política en ciernes, donde no parece estar en juego un proyecto de reforma de estado, sino la continuidad de una burocracia, sino véase con cuidado y atención la lista de  los palomeados cuyo cuadro general es el de un aficionado a Picasso, que muestra en el fondo del túnel  a un Guerrero ante la disyuntiva real de que la  denominada izquierda perredista, y la alianza en el poder,  pierda las elecciones de este año, porque han comenzado a darse signos ominosos de inconformidad, de enojo y rebeldía de los ciudadanos, del electorado por actos ciertos de mal gobierno, un gobierno abarrotado hasta la coronilla por funcionarios que han llegado a confesar que no se consideran de izquierda, ni mucho menos pertenecen al partido gobernante en coalición, el PRD, lo que de ningún modo podría considerarse un defecto, pero tal vez se deba a que el gobierno de Ángel Aguirre, sea un gobierno poco identificado con la izquierda histórica y cada vez más alejado de  los consensos sociales, puesto en la picota por los errores del 12 de diciembre pasado, y de rodillas por la propia naturaleza, por el temblor del pasado 20 de marzo y el sismo de hace tres días, donde lo grave, lo que ha causado más irritación en las bases del PRD, es su colusión con los jefes tribales:  Evodio Velázquez Aguirre, David Jiménez Rumbo, Sebastián de la Rosa y Víctor Aguirre Alcaide, y otros más, para apropiarse con y del mecanismo de selección de candidatos a cargos de elección popular en las elecciones de este 2012.
Así el PRD otra vez fue marginado, cuando el compromiso era otro: el PRD debía aparecer como la sigla dominante por su fuerza mucho mayor que el PT y MC, aún con Morena juntos, pero las estructuras de poder se sobrepusieron al PRD y de  hecho se han apoderado de la franquicia, creyendo en el “canto de las sirenas aguirristas”, y de los Chuchos, decididos por y para sí mismos y los principales bastiones para alentar bajo la manga la campaña peñanietista, en un quid pro quo, que deja al gobierno del estado manos  libres en la orientación de la campaña política. Como  vemos, de nada sirvieron las encuestas, porque nunca han servido para nada, lo que domina con abrumadora mayoría son los intereses de grupo… del grupo en el poder, llámese Ángel o Manuel. Email:gernestorivera@gmail.com