miércoles, 20 de abril de 2016

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias El pecado de López Obrador

EFRAÍN FLORES IGLESIAS
Es el líder en este momento más representativo de la izquierda en México. Tiene millones de seguidores que lo aclaman. Quiere ser presidente de la República. En 2006 estuvo a punto de llegar a Los Pinos, pero perdió por 230 mil votos frente al panista Felipe Calderón Hinojosa.

En 2012 mandó al PAN al tercer lugar, pero perdió frente al priista Enrique Peña Nieto. Otra vez se quedó con las ganas de sentarse en la silla presidencial. Lo curioso es que antes del arranque de las campañas siempre va arriba en las encuestas.

Es bueno para llenar plazas públicas, pero carece de una estructura sólida para defender casillas. Pero eso no es lo peor. Andrés Manuel López Obrador tiene un gran problema: es muy confiado. Su soberbia le hace mucho daño. Se siente presidente antes de tiempo. No entiende que una elección se acaba hasta que se acaba.

Se acerca el 2018 y ya canta victoria. ¡No, señor López Obrador! Así no, pues. Ya está grandecito para seguir con lo mismo. Por eso Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos, Manlio Fabio Beltrones Rivera, Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quezada, a los que usted tilda a cada rato de ser miembros de la mafia del poder en el país, se carcajean de lo que dice y, sobre todo, cuando pierde en las urnas.

Y discúlpeme si lo tuteo, pero debe entender que 2018 representa su última oportunidad para llegar a Los Pinos. Dijeran en mi pueblo que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Usted lleva varios recorriendo el país, pero ni en su estado natal (Tabasco) ha podido hacer ganar a su partido (Movimiento Regeneración Nacional), tal como ocurrió el pasado 13 de marzo cuando su candidato Octavio Romero Oropeza fue derrotado en la elección extraordinaria en el municipio de Centro, cuya cabecera es Villahermosa, por el abanderado del PRD, Gerardo Gaudiano Rovirosa, y eso que le dio prioridad a esa elección, sino, ¡imagínese!

Del plato a la boca se cae la sopa, reza otro dicho popular. Si sigue en la misma ruta y/o estrategia está condenado a perder de nueva cuenta. Y lo siento por sus millones de seguidores que anhelan una república amorosa con un guía lleno de mucho odio.

Su discurso no es malo. Eso de cuestionar a cada rato los desaciertos cometidos por los últimos presidentes que han gobernado al país, no cualquiera. México enfrenta problemas muy fuertes. La economía y la seguridad pública no están bien, ya que hay desempleo y los grupos del crimen organizado siguen peleándose a sangre y fuego por el control de los territorios.

Desde luego que hace falta un buen gobierno y alguien que realmente ponga orden. Usted propone transformar al país, pero yo le pregunto, ¿acaso odiando al prójimo se puede instalar una república amorosa?

La elección de 2018 no será sencilla. Ganará el que más alianzas haga y el que no se confíe.

Y recuerde algo: no hay que subestimar a nadie, así sea miembro de la mafia del poder en México o no. En 2006 hubo quienes quisieron sumarse a su causa y los mandó por un tubo, lo cual fue un grave error. Por eso no fue presidente de la República en ese entonces.

En política nadie es blanca paloma. Para empezar usted es un lobo vestido de cordero. ¡Zas!

¿QUIÉN CHAMAQUEÓ A SEBASTIÁN?

Algo raro pasa en la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso local. Los pleitos internos no cesan y, peor aún, la sombra de Bernardo Ortega Jiménez sigue presente. Y no lo digo porque la actual coordinadora de dicha bancada, Erika Alcaraz Sosa, sea del grupo político del ex presidente de la Comisión de Gobierno en la LX legislatura, sino por la propuesta que este martes presentó el diputado Sebastián de la Rosa Peláez.

Proponer no es malo. Sebastián de la Rosa ha sido de los pocos legisladores del PRD que suben a tribuna para debatir y presentar iniciativas de ley; pero todo indica que fue chamaqueado por los asesores de su fracción, ya que propuso una iniciativa similar que presentó hace un año Bernardo Ortega, que consiste en reformar la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Guerrero número 286.

Ojalá el político del mechón blanco revise muy bien la iniciativa presentada en la pasada legislatura y no reviva iniciativas que en su momento fueron desechadas.

En efecto, la Ley Orgánica del Poder Legislativo requiere de adecuaciones que  permitan eficientar las prácticas parlamentarias en el Congreso local.

Y la que debería de participar más en tribuna es la diputada Erika Alcaraz, quien se ha caracterizado más en utilizar las redes sociales para subir imágenes que nada tienen que ver con la actividad legislativa.

Dirigir una bancada no es cualquier cosa. Se trata de una responsabilidad que requiere tiempo y paciencia para escuchar los planteamientos de sus homólogos. Y, la del Sol Azteca es una bancada muy complicada de guiar. Si sigue en su mundo color de rosa, Erika Alcaraz corre el riesgo de que sea defenestrada. Incluso, por los mismos que la eligieron.


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