EFRAÍN FLORES IGLESIAS |
A la Agencia de Noticias IRZA por su
24 aniversario.
Lleva un año sin ostentar
un cargo de elección popular u ocupar una responsabilidad en la administración
pública. Tal vez no está en sus planes ser en este momento funcionario o
competir en 2018 por una diputación, ya sea local o federal.
Es obvio que le interesa
ser presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, pero hay quienes no lo
quieren ver en ese cargo por sus nexos con el aguirrismo, grupo político que
gobernó la entidad del 2011 al 2014 y que propició la tragedia de Iguala.
Sin ser perredista, Mario Moreno Arcos es considerado como
el priista más cercano al ex gobernador Ángel
Aguirre Rivero, a quien en 2011 apoyó para que fuera gobernador de la
entidad y no al abanderado del PRI, Manuel
Añorve Baños. Y para eso envió a su hermano Ricardo Moreno Arcos para operar la estructura de Chilpancingo a
favor del PRD y los aguirristas que habían abandonado al PRI.
Eso es lo que no le
perdonan a Mario Moreno, principalmente los añorvistas.
Lo que sí hay que
reconocerle al dos veces ex alcalde de Chilpancingo, es que es un buen operador
político y que no tuvo a la capital del estado como lo tiene Marco Antonio Leyva Mena: un cochinero.
Es conciliador y
pragmático. No es un político de escritorio. Le gusta moverse abajo con la
gente. Esas son las virtudes y fortalezas de Mario Moreno.
Este miércoles acompañó al
gobernador Héctor Astudillo Flores
en un encuentro con el Grupo Cuicalli, en donde al final concedió una
entrevista a reporteros de la capital del estado para reiterar que sí quiere ser dirigente estatal del PRI,
y que está en espera de que el Consejo Político Estatal emita la convocatoria
correspondiente para el proceso de selección y designación.
Aunque no es el único que
aspira a dirigir al priismo guerrerense. Hay varios tiradores, entre los que
destacan Daniel Pano Cruz, del grupo
político del ex gobernador y recién nombrado Subsecretario de Gobierno de la
Secretaría de Gobernación, René Juárez Cisneros; Armando Soto Díaz, delegado federal de la Sedesol en la entidad y
miembro del grupo político del gobernador Héctor Astudillo Flores; Alejandro Bravo Abarca, ex alcalde de
Zihuatanejo, y Celestino Bailón Guerrero,
ex diputado federal y cercano a Manuel Añorve.
Es claro que el gobernador
Héctor Astudillo influirá en dicha designación en coordinación con el Comité
Ejecutivo Nacional del PRI, que preside Enrique
Ocho Reza.
Lo que sí le urge a la
militancia priista es la pronta salida de José
Parcero López, a quien tachan de gris y de tener antecedentes de corrupción
en su paso como funcionario en la Ciudad de México. De hecho, fue prófugo de la
justicia en los años 90.
Parcero
fue incapaz de ganar la elección extraordinaria en el municipio de Tixtla de
Guerrero, que se llevó a cabo el 30 noviembre de 2015,
luego de que los órganos electorales anularan la realizada el 7 de junio de ese
mismo año. La fama que tenía como “excelente
operador político” se esfumó.
Por eso, insisto, su
salida sería un acto de justicia para la militancia priista que ve con
preocupación la elección de 2018, ya que la
imagen del presidente Enrique Peña Nieto empeora cada día más. Los gasolinazos y la inseguridad, las
causas.
Y
ojalá los priistas de base exijan una auditoría a las finanzas del Comité
Directivo Estatal. No vaya a ser que el señor Parcero se vaya
de Guerrero con las prerrogativas que mes con mes el PRI recibe del Instituto
Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), ya que en la Delegación Gustavo
A. Madero lo conocen muy bien, a tal grado que fue denunciado por fraude y
lavado de dinero.
Por cierto, Mario Moreno
le respondió también a Marco Antonio Leyva. Le pidió asumir su responsabilidad como presidente municipal de
Chilpancingo y negó que haya heredado una deuda de 50 millones de pesos y
una flotilla de aviadores al
Ayuntamiento, como lo afirmó Leyva Mena.
ENTRE
OTRAS COSAS… La tarde de este jueves se presentaron en
el Congreso local los alcaldes de Tixtla de Guerrero y Eduardo Neri (Zumpango),
Hossein Nabor Guillén y Pablo Higuera Fuentes, respectivamente,
para ratificar con argumentos legales y ecológicos de peso la negativa de
Tixtla al relleno sanitario en la localidad de Matlalapa.
El pueblo de Tixtla le dio
otro portonazo al alcalde de
Chilpancingo, quien está empecinado en que el relleno sanitario funcione en
Matlalapa.
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