jueves, 6 de octubre de 2016

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Mario Moreno, ¿al PRI o condenado a la fría banca?


EFRAÍN FLORES IGLESIAS

A la Agencia de Noticias IRZA por su 24 aniversario.

Lleva un año sin ostentar un cargo de elección popular u ocupar una responsabilidad en la administración pública. Tal vez no está en sus planes ser en este momento funcionario o competir en 2018 por una diputación, ya sea local o federal.

Es obvio que le interesa ser presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, pero hay quienes no lo quieren ver en ese cargo por sus nexos con el aguirrismo, grupo político que gobernó la entidad del 2011 al 2014 y que propició la tragedia de Iguala.
Sin ser perredista, Mario Moreno Arcos  es considerado como el priista más cercano al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, a quien en 2011 apoyó para que fuera gobernador de la entidad y no al abanderado del PRI, Manuel Añorve Baños. Y para eso envió a su hermano Ricardo Moreno Arcos para operar la estructura de Chilpancingo a favor del PRD y los aguirristas que habían abandonado al PRI.

Eso es lo que no le perdonan a Mario Moreno, principalmente los añorvistas.
Lo que sí hay que reconocerle al dos veces ex alcalde de Chilpancingo, es que es un buen operador político y que no tuvo a la capital del estado como lo tiene Marco Antonio Leyva Mena: un cochinero.

Es conciliador y pragmático. No es un político de escritorio. Le gusta moverse abajo con la gente. Esas son las virtudes y fortalezas de Mario Moreno.

Este miércoles acompañó al gobernador Héctor Astudillo Flores en un encuentro con el Grupo Cuicalli, en donde al final concedió una entrevista a reporteros de la capital del estado para reiterar que sí quiere ser dirigente estatal del PRI, y que está en espera de que el Consejo Político Estatal emita la convocatoria correspondiente para el proceso de selección y designación.

Aunque no es el único que aspira a dirigir al priismo guerrerense. Hay varios tiradores, entre los que destacan Daniel Pano Cruz, del grupo político del ex gobernador y recién nombrado Subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, René Juárez Cisneros; Armando Soto Díaz, delegado federal de la Sedesol en la entidad y miembro del grupo político del gobernador Héctor Astudillo Flores; Alejandro Bravo Abarca, ex alcalde de Zihuatanejo, y Celestino Bailón Guerrero, ex diputado federal y cercano a Manuel Añorve.

Es claro que el gobernador Héctor Astudillo influirá en dicha designación en coordinación con el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, que preside Enrique Ocho Reza.

Lo que sí le urge a la militancia priista es la pronta salida de José Parcero López, a quien tachan de gris y de tener antecedentes de corrupción en su paso como funcionario en la Ciudad de México. De hecho, fue prófugo de la justicia en los años 90.

Parcero fue incapaz de ganar la elección extraordinaria en el municipio de Tixtla de Guerrero, que se llevó a cabo el 30 noviembre de 2015, luego de que los órganos electorales anularan la realizada el 7 de junio de ese mismo año. La fama que tenía como “excelente operador político” se esfumó.
 
Por eso, insisto, su salida sería un acto de justicia para la militancia priista que ve con preocupación la elección de 2018, ya que la imagen del presidente Enrique Peña Nieto empeora cada día más. Los gasolinazos y la inseguridad, las causas.

Y ojalá los priistas de base exijan una auditoría a las finanzas del Comité Directivo Estatal. No vaya a ser que el señor Parcero se vaya de Guerrero con las prerrogativas que mes con mes el PRI recibe del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), ya que en la Delegación Gustavo A. Madero lo conocen muy bien, a tal grado que fue denunciado por fraude y lavado de dinero.

Por cierto, Mario Moreno le respondió también a Marco Antonio Leyva. Le pidió asumir su responsabilidad como presidente municipal de Chilpancingo y negó que haya heredado una deuda de 50 millones de pesos y una flotilla de aviadores al Ayuntamiento, como lo afirmó Leyva Mena.

ENTRE OTRAS COSAS… La tarde de este jueves se presentaron en el Congreso local los alcaldes de Tixtla de Guerrero y Eduardo Neri (Zumpango), Hossein Nabor Guillén y Pablo Higuera Fuentes, respectivamente, para ratificar con argumentos legales y ecológicos de peso la negativa de Tixtla al relleno sanitario en la localidad de Matlalapa.

El pueblo de Tixtla le dio otro portonazo al alcalde de Chilpancingo, quien está empecinado en que el relleno sanitario funcione en Matlalapa. 

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