GELA MANZANO AÑORVE |
Con aprecio para su esposa
Cecy y sus hijos.
Al Doctor Ascencio
Villegas Arrizón lo recuerdo siempre con su sonrisa y sus ojos de hombre bueno,
su hablar pausado y su escucha siempre paciente, de trato amable. Un ser humano
excepcional, de esos que no se dan en maceta.
Pero, ¿Por qué hablar sobre el Dr. Villegas a cuatro años de su
muerte? Justo en estos tiempos de descredito político, de violencia exacerbada,
de crisis de valores, de inseguridad extrema ¿En tiempo donde la vida no vale
nada y no encontramos un lugar seguro
que nos garantice estar a salvo?
Justo en estos tiempos
violentos cuando los asesinados, descabezados, descuartizados,
levantados, desollados, mujeres violadas y tiradas en basureros, y crónicas de
balaceras en colonias populares y plaza públicas
de país llenan las paginas rojas de los medios de comunicación mientras los políticos se enriquecen desmesuradamente
ante los ojos lánguidos un pueblo empobrecido y violentado.
Ahora cuando la realidad
ha superado el asombro de la ficción, cuando la impotencia nos convierte en
sonámbulos sometidos y dóciles.
Ahora justo es valido hablar de las excepciones, de seres humanos de luz que de alguna u otra manera nos han mostrado
que se puede gobernar con humildad, con
congruencia, con austeridad, con
prudencia, con convicción y con un alto
sentido de responsabilidad social.
Hablar de un universitario
adelantado a su tiempo, feminista por
convicción y un gran aliado del movimiento de mujeres sobre todo en una
sociedad exacerbadamente machista y misógina.
Un investigador interesado
en temas aparentemente triviales, pero
por ser tema tabú lo escondemos debajo
de la alfombra fría de la impunidad,
como es el caso de la corrupción y el acoso sexual en los centros educativos y
laborales.
Un investigador de primer
nivel con publicaciones internacionales, miembro del Sistema Nacional de
Investigadores, con una larga trayectoria académica y un reconocimiento de sus
pares. Hombre sensible y culto, amante
del arte y la cultura en particular del teatro y la poseía. Fundador del Museo
José Juárez.
Hablar con los hechos,
como lo hizo Ascencio, es vislumbrar esperanza y coraje en estos tiempos cuando
la vida no vale nada, es reforzar la convicción que no todo está perdido y que
solamente nosotros y nadie más que nosotros, los de a pie, la gente como tu y
yo podemos decir basta.
Hasta siempre Ascencio
Villegas Arrizón.