EFRAÍN FLORES IGLESIAS |
Antes del 7 de junio de 2015, Héctor
Astudillo Flores estaba consciente que si ganaba la gubernatura recibiría
un estado convulso y un gobierno con graves problemas financieros.
Al ganar la elección inmediatamente se puso a trabajar con su equipo de
colaboradores para ver la forma en que iban a enfrentar el Caso Iguala, la
inseguridad pública, el déficit financiero, la pobreza y otros asuntos.
El PRD dejó crecer el monstruo de la
inseguridad en todo el estado. Los gobernadores emanados de dicho instituto político (Zeferino
Torreblanca Galindo, Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez) fueron complacientes con los grupos del
crimen organizado. No los combatieron y, para el colmo, algunos ex alcaldes
y ex legisladores fueron vinculados con la delincuencia, como es el caso de José Luis Abarca Velázquez, a quien
dejaron escapar luego del ataque armado y desaparición de normalistas de
Ayotzinapa, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en la
ciudad de Iguala.
Hay que reconocer que con la llegada de Héctor Astudillo a la
gubernatura, quien por cierto, este jueves 27 de octubre cumple un año, se percibe gobernabilidad en la entidad y
orden en las dependencias del gobierno estatal.
No ha sido fácil para el mandatario estatal poner orden. Y se entiende.
Un año no es suficiente para ello. Lo importante es que se ha coordinado con el
gobierno federal para enfrentar la inseguridad que afecta fuertemente a los
guerrerenses, pues se han detenido a varios jefes del crimen organizado,
quienes han sido trasladados a diferentes penales de la entidad y del país.
Al lado de su esposa, la señora Mercedes
Calvo de Astudillo, ha recorrido los 81 municipios para llevar apoyos y
asistencia médica, así como proyectos productivos a los guerrerenses. Doña
Merce, como se le conoce popularmente, ha sido su gran aliada para atender a
diversos sectores sociales.
Se espera que en los próximos días el
gobernador Astudillo anuncie cambios en su administración. Desde luego urgen cambios, sobre todo, de
aquellos funcionarios que no cumplieron las expectativas y que solamente se
dedicaron a entorpecer algunas decisiones.
Han sido 52 semanas de intenso trabajo para Astudillo; 52 semanas de
recorridos e inauguración de obras sociales, y 52 semanas de largas reuniones
con organizaciones sociales y asociaciones civiles.
El diálogo es lo que ha imperado siempre del gobierno estatal y la
firmeza para poner orden. Incluso, alcaldes del PRD, Movimiento Ciudadano, PT,
PAN y del Verde han reconocido a Astudillo por ser un gobernante plural y de diálogo.
Queda claro que apenas es el inicio y los
desafíos son grandes, pero es evidente que las decisiones que ha tomado el
gobernador Héctor Astudillo van por el camino correcto.
Luego entonces estaremos atentos de los cambios que realice en su
gabinete y otras áreas de la administración estatal, así como del mensaje que
dará este jueves en el Congreso local.
ENTRE OTRAS COSAS… Mientras el gobierno federal sigue
“buscando” por mar y tierra (o en el espacio) a los exgobernadores de Veracruz,
Javier Duarte de Ochoa (PRI), y de
Sonora, Guillermo Padrés Elías (PAN), algunos ex gobernadores de PRD
siguen tranquilos como si nada, pese que tienen fuertes señalamientos de
corrupción. Ejemplos sobran. Ángel
Aguirre Rivero y Marcelo Ebrard
Casaubón, son dos casos muy importantes. El primero amaga con incidir en el
proceso electoral de 2018 en el estado de Guerrero, y el segundo se pasea
tranquilamente en París, Francia.
Veremos si el gobierno de Enrique Peña Nieto es capaz de proceder en
contra de su compadre Ángel Aguirre y contra el principal implicado de la Línea 12 del Metro. ¿O será que gozan
de la “bendita” impunidad?
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