Rodrigo Huerta Pegueros |
Siguiendo
la lógica de las autoridades federales sobre lo que ocurre en el estado de Guerrero,
nos lleva a pensar que no es una, ni dos, sino muchas más las manos que mecen
las cunas (léase movimientos sociales) con el interés de provocar una especie
de estado intranquilo, e ingobernable, lo cual le permitiría a la federación
hacerse cargo de la gobernabilidad que pareciera se está perdiendo poco a poco.
Lo
que no queda claro, es el doble lenguaje con el cual se están tratando de
comunicar con la opinión pública los jefes militares, los funcionarios
policiales de la Secretaría de Gobernación y otros personeros de la política
nacional priista, pues mientras tratan de querer dar certidumbre a la
población, en el sentido de que se tienen bien identificados a quienes tratan a
toda costa de subvertir el orden en el estado de Guerrero, solo provocan mayor
confusión, nerviosismo y hasta tensión entre los grupos sociales que están
haciendo la tarea que le correspondería realizar a las fuerzas del orden
público, como es el de ofertar la seguridad pública a los ciudadanos de este
territorio guerrerense.
Pero
si la incertidumbre y la confusión son malas consejeras para cualquier
ciudadano de a pié, el hecho de que se juegue con la adivinanzas para suponer
quién o quiénes están tratando de provocar la inestabilidad social, es mucho
mas grave, pues en una entidad como la nuestra, donde las autoridades de todos
los colores y todos los niveles cuentan con poquísima confianza, lo que están
provocando es una especie de sicosis donde todos se miran recelosos y
desconfiados por el prurito de que se esté frente o cercano a quienes se les ha
colgado el mote de ‘’mecedores de cunas’’.
Pues
si bien es cierto que tanto los altos mandos militares de la región como el
nuevo comisionado de policía de la Secretaría de Gobernación han expresado ante
civiles y la televisión, respectivamente, que detrás de los grupos denominado
de autodefensa popular que han surgido en varios municipios de la entidad, hay
personas que los controlan, que los dirigen y los mueven a su antojo.
Pero
si esta es la lógica militar y policiaca del gobierno de la República, luego
entonces, no solo existe una sola mano que mueve una cuna, sino que son varias
manos las que mecen varias cunas a la vez, pues el estado de cosas que
persisten en esta entidad son variadas y diferentes y cada una podría ser manejada
al antojo de un gobernante, un político partidista, un empresario, un dirigente
universitario, un ex mandatario, un militar venido a menos o un capo o
delincuente común, etc. Etc.
Si
bien es cierto que se habló de los grupos de autodefensa armados que han
surgido dada la inseguridad pública que tienen en su territorio, éstos no han
tenido mayor interlocución más que con el jefe del ejecutivo estatal quien
incluso los ha ido a presentar ante el titular de la Secretaría de Gobernación,
con quien dialogaron y no se sabe—porque no se dijo nada al respecto—si habían
llegado a una especie de acuerdo y cuáles fueron y en que términos se
suscribieron, pues de ser así, la embestida posterior nos dicen que no se
lograron concretar y que en cambio ahora saben quién es el que los maneja a su
antojo y por cuestiones meramente de interés político.
Pero
nos preguntamos, ¿porqué solo se han referido a los grupos de autodefensa y no
a quienes se han autodenominado policías ciudadanas, civiles y comunitarias?
¿Porqué no han incluido en estos grupos que causan inestabilidad política a los
normalistas de Ayotzinapa o a los maestros de la Coordinadora Estatal de
Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG)?, pues también a estos
seguramente los mece una mano invisible para los ciudadanos de a pié, pero
demasiado vista por quienes manejan la seguridad pública, la inteligencia
policial y política de los tres niveles de gobierno.
Por
lo tanto, lo que se causa con esta clase de mensajes cifrados a la población,
es un aviso de preocupación y no de tranquilidad como bien lo mereceríamos los
guerrerenses a fin de que todos nos ocupáramos de nuestras tareas cotidianas
sin tener que pensar en que algo malo o peor nos pudiese suceder, sobre todo,
cuando no tenemos injerencia en estos conflictos de intereses que se mezclan y
hacen de ello un coctel explosivo que quien sabe cuándo vaya a detonar y cuáles
serán las consecuencias.
Luego
entonces, si las autoridades civiles y militares tienen bien identificados a
los que mecen las cunas que provocan inestabilidad social y política en el
estado de Guerrero, lo procedente sería que se les detuviera y se les sometiera
al estado de derecho y se hiciera cumplir la ley. De no hacerlo así, estarán contribuyendo a que en Guerrero la
inestabilidad política se acrecente y desemboque en una especie de
ingobernabilidad—aunque les de urticaria los mandatarios—que provocará la
remoción de mandos importantes y con ello se asegure el desarrollo de una vida
apacible y productiva de la ciudadanía guerrerenses.
P.D.
Por cierto, si usted conoce algún nombre de esos que se dicen son mecedores de
cuna, favor de comunicarlo para tenerlos presentes para un nuevo apunte
editorial.
Periodista/Analista Político*