José M. Gómez
Somos la sociedad de la información, aquella en la cual las
tecnologías que facilitan la creación, distribución y manipulación de la
información juegan un papel protagónico en las actividades sociales, culturales
y económicas. La gran revolución informática iniciada a finales de los años 90
ha supuesto un cambio radical en la manera en que los individuos nos
relacionamos con el resto del mundo. Las viejas formas de hacer periodismo han
venido a ser substituidas por medios y alternativas de mayor penetración como
redes sociales, blogs y portales, que
distribuyen noticias, opiniones e imágenes como nunca antes en la historia de
la civilización. A la par de esto, el marketing digital, ha cambiado todos los
paradigmas de la comunicación. El comercio electrónico se ha vuelto más popular en la medida en que
los proveedores de Internet se están volviendo más accesibles. Más de un tercio
de los consumidores que tienen acceso a Internet en sus hogares afirman haber
utilizado Internet como medio para realizar sus compras. Lo que supone un nicho
de mercado enorme para las nuevas generaciones de comunicadores que han de
sepultar las anquilosadas elites de editores y las rígidas empresas que afirman
tener la palabra precisa.
Esencialmente, el rasgo primordial de esta nueva forma de
transmisión de mensajes se basa en estructuras dinámicas, cuya característica
esencial debe ser la innovación, la creación de estructuras y modelos que impacten
e influyan las corrientes de opinión pública. Imitar lo que los pioneros en
esta tendencia han hecho no garantiza la captación de publico, pues copian
modelos que en absoluto garantizan su éxito y por el contrario solo ponen en
entredicho la originalidad de sus proyectos.
YaLas tecnologías de la información y la comunicación no son ninguna
panacea ni fórmula mágica, pero pueden mejorar la vida de todos los habitantes
del planeta dijo alguna vez el ex secretario de Naciones Unidas Kofi Annan.
Decía también que se dispone de herramientas para llegar a los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, de instrumentos que harán avanzar la causa de la
libertad y la democracia y de los medios necesarios para propagar los
conocimientos y facilitar la comprensión mutua.