El infante desmadoso |
Un avance en la democracia,
será sin duda alguna, la desaparición o anular el registro del Partido Verde
Ecologista de México (PVEM), por los diversos delitos en que se han visto y denunciado a integrantes del “bunker
propiedad” de los González Torres, principalmente a Jorge González, mal llamado
el “niño verde”; o quizás si se toma en sentido chusco o irónico. Asignado el
mote por ser un “ecologista”, es todo. Mal hecho
El PVEM, es organismo en que la mayoría de las posiciones en
congresos y municipios las ha obtenido gracias a sus alianzas “estratégicas”
con otros partidos; principalmente con su patrón el PRI. Por ello la refrendación o revisión.
Por lo tanto, y de entrada no
es una organización social que aglutine simpatizantes defensores del medio
ambiente, sino un club de amigos alegres, pendencieros, alcohólicos y por demás
“niños bien”, o los que compran la franquicia para ascender a un puesto de
representación popular. Pero, además, no es nada o nulo su compromiso por
buscar o demandar alternativas o programas que favorezca al medio ambiente.
Pero sí, con el otro ambiente, el nefasto, el cómodo de la trapacería, el del
timo y malas costumbres. El de las tranzas. Como se han visto inmiscuidos no
tan solo Jorge Emilio González Martínez, sino el otro tocayo, Jorge -el
golpeador, el transformado por botox- Kahwagi
Macari.
Revisando, buscando y
apuntando entre las crónicas de ese organismo, no ha habido más que promesas de
campañas erráticas y subvencionadas por los organismos políticos con los que ha
hecho alianza, es decir complicidades, porque al final los representantes o
funcionales del PVEM, solo son comparsas, escoltas, pajes anodinos. Lo
emblemático, de este comercializador partido, nos recuerda: el despojo de
algunos terrenos protegidos cerca de la zona de Cancún, en donde pretendía la
construcción de una zona hotelera. Sin olvidar, el caso de la “suicida”
búlgara.
En el 2004, el periódico
español El País, publicó un incidente de soborno del Jorge Emilio. Los
pirruris, junior, los niños bien del Verde, son faltistas a sus sesiones,
erráticos en sus respuestas, torpes en sus propuestas y como buenos ecologistas
debieran evitar el ser nombrados políticos, sino defensores. Con ello se
certifica su escasa capacidad de pensamiento. En Guerrero vemos la caterva de
representantes y funcionarios de esa oficina, bisoños, inexpertos en sus
actuares, ignotos en sus funciones, irresponsables e incumplidos. La demanda
ciudadana así lo refrenda y documenta.
Por si fuera poco, en las
actividades administrativas que han intervenido en su fase “ecologista” han
afectado gravemente la flora y fauna del lugar al destruir manglares de la zona
de sus competencias laborales. ¿Qué han hecho por la Laguna Negra de Puerto
Marqués; o allá en Can Cun? Devastación y omisión, que también es delito.
Bien se vería ante el
público demandante y votante el presidente Enrique Peña Nieto, darle la
adecuación a este organismo satélite y de comodato, que en nada favorece la
democracia en el país.
Lo mismo sucede con el
mentado Partido Movimiento Ciudadano,
que es otro asunto aciago y desfavorable
para el país, que veremos en breve; y, principalmente el caso de Atoyac en
manos de vivales.
*sin.marca@gmail.com