“La
lucha de Evaristo Pérez Arreola ha
subido de nivel. A su memoria.”
Ernesto Rivera |
Hay
quienes como Héctor Apreza Patrón, líder de la fracción priísta en la
Legislatura Local, ven “la paja en el ojo
ajeno, y no la viga en el propio”, lo cual lo advierte como un político de
“de ética y moral distraída”. Cómo se atreve a hablar de ética y de moral, y
solicitar al gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, dar marcha atrás en
el nombramiento de Alberto López Rosas, como titular de la Secretaría del
Trabajo, por su supuesta responsabilidad en los trágicos hechos del 12 de
diciembre del 2011, y por el proceso de juicio político que se le sigue en ese
órgano legislativo, pese a las resoluciones de la magistratura federal que lo
exime de toda responsabilidad.
Tal
caso, el del “juicio político” es una mascarada política, carente de todo
sustento legal, que la política se esconde bajo
el manto de una conspiración truncada en plena autopista del sol en
aquella fecha trágica.
Pese
a la sonrisa de su compañera la diputada Julieta Fernández de Añorve, como se
advierte en las fotografías, Apresa Patrón parece carecer de memoria, porque se
le olvida las condiciones en que su compañero de partido y el entonces
presidente municipal de Acapulco y candidato perdedor a la gubernatura del
estado, Manuel Añorve Baños, dejo el H Ayuntamiento de Acapulco, en una crisis
financiera, y para usar sus propias palabras, “ética y moralmente” por los
suelos, y de la cual la diputada Julieta Fernández, ha guardado pecaminoso
silencio, luego entonces, ¿de qué tamaño tienen la viga frente a sus ojos?.
La
respuesta a su ética desviada también la
tuvo del diputado perredista Juan Marcial Liborio, quien le recordó: “Si quiere
ser congruente se debió haber hecho lo
mismo cuando se designaron a los magistrados del Tribunal Estatal
Electoral (TEE), que también tenían un
procedimiento de juicio político”· Y concluyó afirmando que “ …y dado a que a
la fecha no existe ninguna resolución judicial que incrimine como responsable
de delito a Alberto López Rosas”, este cumple con todos los requisitos legales
establecidos. La memoria y la congruencia es un don que al parecer no a todos
se les dada.
Dos.
Las declaraciones del director de la
Secretaría de Seguridad Pública de Acapulco, Jesús Cortés Jiménez, en
referencia al crimen organizado por
aquello de que “matan a quien deben de
matar”, es un signo de su pobreza profesional y a su carencia de ética.
Este si como dicen los chavos “se pasó de
liso”, pero no es más que la carencia de elementos, su visión no primitiva
sino “nardenthalesca” de la profesión que ejerce, y tal parece que se quisiera
parecer un poco aunque sea al supersecretario de Seguridad en el triste sexenio
calderonista, Genaro García Luna, otro hombre que utilizó todo su poder y su
fuerza para apaciguar sus grotescos apetitos de poder y corrupción.
Cortés
Jiménez, es un “aprendiz de brujo” comparado con aquel, pero ya dio visos de su
falta de principios y de su falta de congruencia, entre lo que piensa –si
piensa y lo que dice. Porque una cosa es utilizar las neuronas y otra las
“hormonas” que en él parecen estar muy desarrolladas, y que termino por afirmar
en otras palabras que el que a “hierro mata a hierro muere”, pero se le ha
olvidado que vivimos en una sociedad civilizada que atraviesa por una época de
violencia que de ninguna manera aceptamos y que es la penumbra de una sociedad
que por falta de organización, por timorata, por falta de solidaridad a perdido
la capacidad de motivarse para enfrentar los grandes retos de sublimarse ante
la decadencia que busca tomar las riendas de la propia naturaleza humana, encerrándola y arrojándola al vació de la violencia que de otra manera debe de
combatir para abrir y dar nuevos horizontes a una sociedad que pareciera como
la nuestra estar totalmente desorientada, aislada y constreñida en la cosificación
y el utilitarismo de su existencia, en donde los valores han quedado enterrados
y en el olvido.
El
ejemplo de Jesús Cortés Jiménez, es lo que menos se debe de seguir, y no
importa que pida disculpas, el desacierto ya está dado. Su pobreza ética la
demostró con creces, pero como escribiera Unamuno: “no todo está perdido en Salamanca”. Email:gernestorivera@gmail.com