Pacientes con diabetes mellitus y con hipertensión
tienen mayor peligro de padecer daño renal crónico
El desarrollo de padecimiento renal crónico se puede evitar con una vida
saludable que implica hacer ejercicio y comer adecuadamente para disminuir el
riesgo de obesidad, colesterol y triglicéridos elevados, afirmó María Juana
Pérez López, nefróloga adscrita al Hospital de Especialidades del Centro Médico
Nacional La Raza.
También, dijo la especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), es importante disminuir la ingesta de cantidades excesivas de proteínas
de origen animal que aumentan la actividad de los riñones, así como limitar el
consumo de alcohol y fumar, ya que este último se elimina a través de dichos
órganos.
La nefróloga recomendó adicionalmente disminuir el consumo excesivo de
sal a menos de seis gramos diarios y evitar medicamentos no prescritos, ya que al
ser usados por largo tiempo desgastan el funcionamiento de los riñones.
Detalló que quienes están en peligro de
desarrollar daño renal crónico son, además de las personas mayores de 60 años,
aquellas que padecen diabetes mellitus e hipertensión. Por ello, en las Unidades
Médico Familiares (UMF) del Seguro Social se realizan exámenes de laboratorio
periódicos a estos pacientes a fin de descartar problemas de riñón y en su caso,
controlar la progresión del padecimiento.
A la población diabética, expuso, los especialistas del IMSS prescriben
el control estricto de glucosa a través de tratamiento farmacológico y evitar
la obesidad, ya que ésta es indicativa de una dieta inadecuada que incide en la
gravedad de la enfermedad renal.
La especialista alertó que la enfermedad renal crónica es silenciosa, ya que no presenta signos ni
síntomas externos hasta etapas avanzadas. Por ello, en las UMF del Seguro
Social se lleva una vigilancia periódica en la población que tiene más riesgo
de contraerla.
Explicó que la función renal es el trabajo de los riñones, dos órganos
vitales a cargo de funciones de limpieza y equilibrio químico que procesan los
desechos en la sangre. Éstos se localizan en la parte baja y posterior de las
costillas. Regulan, además, la
presión arterial a través de la eliminación de líquidos en exceso y sodio,
producen eritropoyetina, hormona para la creación de sangre y regulan la producción
de vitamina D.
La especialista agregó que aunque es un padecimiento que no se
manifiesta hasta que se encuentra avanzado, cuando aparecen síntomas como
cansancio, malestar general, frio, piel reseca, calambres, nauseas, vómito y
coloración amarillo biliosa, en las UMF se realizan exámenes básicos en
poblaciones de riesgo para determinar si los pacientes requieren atención especializada
en segundo o tercer nivel.