LOS ALCALDES DE TLAPA Y DE
Cocula, el primero del PRI, y el segundo del PRD, tienen algo en común. No les
costó el cargo como a los otros 79 del estado, pues no hicieron campaña para
ello, en razón de que ellos no eran los candidatos. En consecuencia, ninguno de
los dos hizo compromisos con la gente de los pueblos que gobiernan.
Y es que ambos ocupan el
cargo de presidente municipal por la ausencia del titular, es decir, porque no
están los que ganaron la elección del 7 de junio pasado. El de Tlapa se murió
cuando era alcalde electo, y el de Cocula está preso por preguntas ligas con la
delincuencia organizada, según las autoridades de la PGR.
En efecto, Noé Abundis
García llegó a la presidencia municipal de Tlapa, y en la que se afirma se está
despachando con la cuchara grande, gracias a que se murió, de manera repentina,
Javier Morales Prieto. El hoy alcalde era el suplente. Es decir, el de relleno.
Por su parte, Carlos
Alberto Duarte Bahena, ocupa el cargo de presidente municipal, gracias a que el
titular, Erick Ulises Ramírez Crespo, está preso en una cárcel federal, acusado
de ligas con la delincuencia organizada. También era el suplente.
Sin embargo, a pesar de
que llegaron al cargo sin ningún compromiso con los pueblos que gobiernan,
ciertamente hay mucha diferencia entre ellos. Por supuesto, mucho tiene que ver
su formación, y claro, el compromiso que tienen con el pueblo.
El de Tlapa, por ejemplo,
quien asumió el cargo de presidente municipal el 30 de septiembre pasado, no
solo es un fracaso como tal, sino una vergüenza para el pueblo tlapaneco y para
su partido, pues aparte de inútil, eso dicen, es un completo borracho, y por
supuesto, un sujeto ávido de dinero.
No por nada el gobernador
del estado no va a Tlapa, y eso que es el “Corazón de la Montaña”. Los eventos
de trascendencia los ha realizado en Olinalá, y si bien va a la región, visita
otros municipios, pero no el que gobierna, o mejor dicho, mal gobierna Noé
Abundis; a menos que vaya una autoridad federal.
Y no es para menos. Lo
primero que hizo el alcalde, nada más llegar al Palacio Municipal, fue
incrementarse el salario, al igual que los regidores, pues de 50 mil pesos que
ganaban antes, ahora el presidente municipal gana 150 mil al mes, y los
regidores 120 mil. Es decir, tanto Noé Abundis como el síndico y los regidores
que integran el Cabildo, llegaron con hambre de dinero.
Por supuesto, como decía
el entonces gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, los funcionarios públicos
deben ganar bien “para que no roben”, y para que hagan bien su chamba, pero
resulta que ni lo uno ni lo otro. Ni trabaja, y en consecuencia no entrega
resultados, ni maneja los recursos con transparencia, responsabilidad y
honestidad a favor de los tlapanecos.
¿Y cómo va hacer lo uno y
lo otro si, como bien dicen, se la pasa en los bares de Chilpancingo, o de
Acapulco? ¿Cómo si no tiene la menor idea, ya no de gobernar un municipio, sino
administrar los recursos, con decencia y honestidad los recursos que le llegan?
Claro, nos referimos en favor del pueblo, porque de ser un hombre que no tenía
dinero, hoy es el nuevo rico de Tlapa. Ojalá y las autoridades se den una
vueltecita por ese municipio.
Lo contrario es el alcalde
de Cocula. Cierto es que Carlos Alberto Duarte Bahena, tiene unos cuantos días de haber tomado el
cargo, y si bien no ha sacado las uñas, al menos al asumir la responsabilidad
de presidente municipal se comprometió a trabajar incansablemente y de manera responsable
a favor de los pueblos que hoy gobierna. Cocula, dijo, no solo es violencia,
sino también trabajo y ganas de salir adelante, “y en eso nos vamos a enfocar,
porque el pueblo lo merece”.
Al menos del edil Carlos
Alberto Duarte Bahena, hay un compromiso. Y sin duda, también va hacer negocios
con el presupuesto destinado para el desarrollo de Cocula, pues como diría mi
compadre, ni que fuera tonto para no hacerlo, pero hay de ratas a ratas, de
bandidos y bandidos, y aunque es el mismo delito robarse poquito que robarse
mucho, yo le voy a los primeros, aunque los segundos son cínicos,
desvergonzados y perversos. Al fin que, es muy cierto, hasta ahora no hay
ningún alcalde, o ex alcalde metido en la cárcel por cuatrero.
Y EN OTRO ASUNTO, YO CREO
que Vidulfo Rosales se apendejó al reconocer que los 43 normalistas,
desaparecidos el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, están muertos. Digo, si
ese es el negocio del momento, cómo es que lo van a dejar que se les termine
así como así? Quienes han seguido el caso saben que diversas organizaciones, incluida
Tlachinollan, a la que pertenece el abogado, a quien le gusta litigar en los
medios de información, sabe que la desaparición de los estudiantes ha dejado
buenos dividendos, incluidos los que integran el GIEI (Grupo Interdisciplinario
de Expertos Independientes) que a través de la CIDH han cobrado al menos dos
millones de pesos.
En fin. Hay quienes dicen
que todos tenemos cinco minutos de ..., y creo que a Vidulfo Rosales lo
entrevistaron en ese momento.
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