jueves, 13 de julio de 2017

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

ES INDISCTUBLE QUE EN GUERRERO el PRI está vivo. El acto del sábado, en el que en ocasión de su Asamblea Estatal, deliberativa y electiva, concentró a la clase política, encabezada por el gobernador Héctor Astudillo Flores, en su calidad de “primer priísta” del estado, y la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido, Claudia Ruiz Massieu, y a la que también asistieron, en su estatus de exgobernadores, René Juárez Cisneros (actual subsecretario de Gobernación), y Rubén Figueroa Alcocer, demostró que el tricolor está “más vivo que nunca”.

Y es que tras la elección del estado de México, en donde si bien el PRI retuvo la gubernatura gracias a la alianza con el PVEM, precisamente por los resultados electorales muchos dan por hecho que el tricolor perderá la elección de presidente de la República, ante los escasos resultados en desarrollo social y combate a la pobreza, y por otra parte, por la galopante corrupción de gran parte de las autoridades emanadas de ese partido, además de que la inseguridad y la violencia cada día aumenta en el país.

Sin embargo, al menos aquí en Guerrero, el PRI está más fortalecido que nunca, primero porque después de 10 años el tricolor gobierna el estado, y segundo porque este gobierno, encabezado por Héctor Astudillo Flores, realiza un excelente papel comparado con el de Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez, y con mayor sensibilidad que el que encabezó Zeferino Torreblanca Galindo.

Indudablemente que el PRI Guerrero aprendió la elección. Diez años de estar fuera del poder, precisamente por los malos gobiernos que encabezaron, y por lo cual llegaron a la gubernatura, como una opción de gobierno los perredistas Zeferino Torreblanca Galindo, Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez, quienes también encabezaron administraciones desastrosas, tuvo que haberlos hecho entender que los tiempos son otros, y que contrario con el pasado, tienen que construir gobiernos exitosos.

Cierto es que los buenos o malos gobiernos tienen que ver con quien los encabeza, con el compromiso que tiene con los guerrerenses, y con la aplicación de las leyes, y en este sentido, el que encabeza Héctor Astudillo no solo ha dado muestras de trabajo, sino también de querer hacer bien las cosas en favor de los guerrerenses. Ha dado muestras, además de cumplirle a la gente, de resolver los problemas del estado, y de hacerlo de la mejor manera. Por supuesto, es imposible hacerlo en un santiamén, de ahí que, aunque urge la solución de muchos pendientes, como el de la inseguridad y violencia, en gran parte de éstos los resultados habrán de tardarse.

Hay que decirlo. Precisamente porque el actual gobierno del estado trabaja por cumplirle a los guerrerenses, lo que puede verse en acciones de obra pública, obra social y de apoyo al desarrollo de las actividades productivas, es que los guerrerenses, una gran mayoría, creen en el gobierno de Héctor Astudillo. La confianza en un gobierno se obtiene en razón de sus resultados, y hasta ahora, el de Astudillo Flores los ha dado.

Y si el partido que gobierna hace un buen trabajo, es indiscutible que éste se fortalece. En consecuencia, no por nada decimos que el PRI en Guerrero está vivo, sino más fuerte que en los últimos 10 años cuando, tras perder la gubernatura, precisamente con Astudillo Flores, pasó a ser oposición durante 10 años, tiempo en el que el tricolor entendió que los malos gobiernos, que también los encabezó por muchos años, obligan a los guerrerenses al cambio, a la alternancia.

Es cierto. Si en el resto del país el destino del PRI es incierto, en Guerrero no se preocupa, a pesar de que en los procesos electorales donde participa directamente Andrés Manuel López Obrador, ahora como dueño de Morena, en el estado tiene un gran arrastre. En la Asamblea Estatal deliberativa y electiva, rumbo a la Asamblea Nacional Ordinaria, el tricolor mostró el músculo y su estructura, encabezada por el mandatario estatal en su calidad de “primer priísta” del estado, y la secretaria general del comité ejecutivo nacional, Claudia Ruiz Massieu, de fuertes raíces guerrerenses, sino también con los exgobernadores René Juárez y Rubén Figueroa.

Por supuesto, el priísmo guerrerense tiene en los senadores a dos activos importantes, al igual que en los diputados federales y en los diputados locales. Por supuesto, en los presidentes municipales. Y tiene, también, a toda una estructura que ha venido fortaleciendo con miras a la elección del 2018, la cual ha venido estructurando el presidente estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez, y la Secretaría General de ese partido, Gabriela Bernal Reséndiz.

Claro. El resto de partidos políticos también están haciendo lo suyo rumbo al 2018, pero el PRI, de quien hoy nos ocupamos, sin duda les lleva mano. Por supuesto, mucho tienen que ver los candidatos, la oferta política y el discurso, y claro, la postura frente a la corrupción, a la impunidad, y a los grandes problemas estructurales, como la inseguridad y violencia, la pobreza y la marginación.


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