lunes, 6 de mayo de 2019

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Antonio Helguera: de mal en peor



Desde su designación (13 de diciembre de 2018) como coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Congreso local y, por ende, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), era evidente que Antonio Helguera Jiménez sólo sería un títere de quien le heredó ese importante espacio de poder.
En lugar de haber elegido a una persona con liderazgo, experiencia en la administración pública y conocedor del derecho, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros prefirió palomear al más gris y manipulable de los 24 integrantes de Morena en la LXII Legislatura.
Se entiende que el delegado del gobierno federal en Guerrero evitó que el grupo de César Núñez Ramos –su archirrival– se quedara con dicha posición estratégica. Lo que no analizó el también diputado con licencia es que Antonio Helguera rompería los acuerdos que él había establecido con los demás coordinadores parlamentarios, sobre todo, el de mantener la gobernabilidad.
Antonio Helguera, no sólo es un ignorante de la ley, sino un pésimo político. Su comportamiento en nada ayuda a que el Congreso local avance por buen camino. Incluso, ni en su propia bancada lo ven con buenos ojos. Hay quienes pretenden ocupar su lugar para que se recupere la armonía con todas las fracciones parlamentarias y representaciones de partidos.
Cada vez que declara algo a la prensa, Antonio Helguera mete la pata. Al parecer se rodea de pésimos asesores en comunicación política o se deja influenciar por mentes perversas que le dicen estar con él, pero que en los hechos festinan los desaciertos que comete.
Además de ser un pésimo operador político, el otrora comerciante del mercado municipal “Gral. Adrián Castrejón” de Iguala y hermano de un ex guerrillero y peligroso asalta bancos (Pedro Helguera Jiménez), fue mandado por un tubo el pasado 2 de mayo por sus amigos y aliados de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), quienes de manera violenta irrumpieron en la instalaciones del Congreso para destruir todo lo que se encontraban a su paso (archiveros, computadoras, documentos oficiales, escritorios, puertas, sillas, etcétera).
Antes de que los cetegistas y alumnos de la Normal de Ayotzinapa ingresaran al Palacio Legislativo, el presidente de la Jucopo intentó dialogar con ellos, pero Arcángel Ramírez Perulero, dirigente de la Ceteg y ex candidato en el distrito XIII por Morena en 2015, se negó. Y eso no es todo. Los enardecidos maestros disidentes le dijeron a Helguera que era un traidor. ¡Zas!
Los destrozos ocasionados en el Congreso de Guerrero fueron la nota de varios noticiarios nacionales y el tema durante varios días entre los periodistas, políticos y uno que otro curioso en las cafeterías de Chilpancingo y Acapulco.
Por supuesto, la mayoría no baja de inútil e irresponsable al presidente de la Jucopo, quien en lugar de admitir que fue un error de su parte el haberles abierto las puertas del Congreso a la Ceteg, ahora sale que el gobierno del estado no envió seguridad para resguardar el edificio ni veló por la integridad de los trabajadores y diputados.
Antonio Helguera no entiende aún que la fuerza pública del gobierno actúa a petición de parte, con una solicitud formal del Congreso del estado, algo que él no permitió, ya que se opone en que se aplique la ley contra sus amigos vándalos.
Ante esa situación, el gobernador Héctor Astudillo Flores respondió que el gobierno del estado actúa en términos de la ley y de la ley del propio Congreso local.
“Yo soy un hombre respetuoso de la ley, y reitero mi mayor disposición de colaborar institucionalmente, pero no puedo actuar a mutuo propio, toda vez que es una acción que se tiene que hacer siguiendo lo que establece la Ley Orgánica del Poder Legislativo, no a iniciativa del gobernador”, dijo.
En efecto, el titular del Poder Ejecutivo no pude invadir esferas de otro Poder, en este caso el del Legislativo, ya que incurriría en una seria violación a la Constitución.
Por cierto, el diputado Helguera se hace el ingenuo para ocultar su incapacidad de llevar las riendas de la LXII Legislatura. Lo comento porque él estaba consciente que los cetegistas no iban en plan de amigos, sino a vandalizar, tan es así que ordenó guardar el tablero electrónico y las tabletas, en lugar de proteger a los trabajadores.
También es necesario comentar que los coordinadores de las bancadas del PRI y el PRD, así como las representaciones del PVEM, PAN, PT y MC denunciaron este lunes que el presidente de la Jucopo pretende arrebatarles tres comisiones legislativas: Estudios Constitucionales y Jurídicos, Asuntos Políticos y de Justicia.
“El Congreso no puede seguir paralizado por la ambición y sentido patrimonialista de quienes pretenden manipularlo para satisfacer su sed de poder. Es urgente que se retomen los trabajos parlamentarios para enfocarnos a lo que es nuestra responsabilidad constitucional”, señala el desplegado.
Ojalá el señor Helguera aproveche sus ratos libres para leer a Locke y Montesquieu y comprender el significado de la división de poderes, sin menospreciar, claro, las obras relacionadas con el derecho parlamentario y el poder.

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