martes, 21 de mayo de 2019

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


PREOCUPANTE. POR ESTAS FECHAS, hace un año, los campesinos del estado, los que se encontraban en el padrón del fertilizante, ya lo habían recibido o lo estaban recibiendo. Y lo que es mejor, en su propia comunidad, y más aún, completamente gratis. Y nada tenía que ver el gobierno federal, si el del estado, y los gobiernos municipales.

Eso era hace un año. Hoy en cambio, con todo y que el programa del fertilizante lo opera el Gobierno federal, es decir, el del presidente Andrés Manuel López Obrador, el insumo ni siquiera se encuentra en los llamados centros de acopio, es decir, en las bodegas que con oportunidad se establecieron, para desde ahí llevarlo a las cabeceras municipales y luego hasta los pueblos donde se encuentran los productores.

En efecto, mientras hace un año para estas fechas el fertilizante ya estaba entre los campesinos, ahora ni siquiera se encuentra en las bodegas, con todo y que el gobierno federal a través de su delegado en el estado, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, hizo todo un evento para anunciar la llegada de los trailers a los centros de acopio.

Lo grave del asunto es que las lluvias ya llegaron al estado, y los campesinos, tras preparar sus parcelas con todo y los incendios, están a la espera de sembrar sus tierras, mientras el gobierno del presidente López Obrador ni siquiera tiene integrado el padrón del fertilizante, pues de acuerdo al responsable del programa, apenas están revisando las solicitudes de los 401 mil guerrerenses para ver si les entregan el abono.

Es decir, los 401 mil campesinos inscritos en el programa, no tienen la seguridad de que se les entregue a todos el fertilizante, dado que su solicitud está en revisión, de tal forma que, hoy por hoy, se encuentran en la incertidumbre. No por nada diversos alcaldes de la Tierra Caliente y de la región Norte, por citar dos ejemplos, están exigiendo a la voz de ya las listas de beneficiarios del abono.

Hay que decirlo también. De no ser por el gobierno del estado, difícilmente se tendría el padrón de solicitudes para acceder al programa de fertilizante gratuito, del que hay que decir que ya se entregaba en Guerrero. Han sido las autoridades estatales, encabezadas por Héctor Astudillo Flores, quienes han coadyuvado para que el programa camine. Y es que, como sabemos en el estado, son los funcionarios del gabinete estatal, empezando por Juan José Castro Justo, Mario Moreno Arcos y Tulio Pérez Calvo, quienes tienen experiencia en este asunto.

OTRO ASUNTO QUE TAMBIÉN PREOCUPA EN Guerrero es el paro laboral de trabajadores del Congreso del estado. Como todos los trabajadores, los del Poder Legislativo exigen incremento salarial, el cual, de acuerdo a los diputados de Morena y el presidente de la Junta de Coordinación Política, es decir, el que maneja el presupuesto, se oponen a concederlo, aduciendo que está fuera de la ley.

No habrá tal aumento, han señalado de manera contundente diputados de Morena como Norma Otilia Hernández, mientras que el presidente de la Jucopo, Antonio Helguera Jiménez, ni siquiera ha establecido contacto con la dirigencia del sindicato de trabajadores en paro, y que encabeza Lenin Hernández, quien pese a buscar el diálogo con quien administra el Congreso, ha sido ignorado una y otra vez.

Triste papel el del diputado de Morena, quien desde su llegada al cargo ha sido motivo de pleitos incluso entre la fracción parlamentaria que encabeza, y más aún, entre los diputados del resto de los partidos representados en el Congreso. No lo bajan de ser el causante de los problemas existentes, e incluso, de permitir los destrozos en el recinto legislativo causados por maestros de la CETEG.

Y triste papel también porque al representar al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al cargo enarbolando la consigna de “primero los pobres”, se opone junto con el resto de los diputados de Morena, a aprobar un incremento salarial en favor de los trabajadores, cuando por otra parte hace gastos superfluos e innecesarios como el tablero electrónico de casi 10 millones de pesos y que hasta la fecha no se utiliza.

No es posible, hay que decirlo, que una fracción de diputados se oponga a mejorar las condiciones salariales de los trabajadores sindicalizados, cuando hay recursos para ello, y por otra parte hasta fiestas hace con tal de gastarse el presupuesto aprobado por ellos mismos. Es una contradicción que mientras los diputados, todos, ganan mensualmente 300 mil pesos, algo que es un insulto para un pueblo pobre como lo es Guerrero, por otro lado les nieguen a los trabajadores un incremento salarial que no pasa de los 100 pesos a la quincena.

Triste, lamentable y condenable, pero así son los diputados de Morena.

Comentarios: julio651220@hotmail.com