Los pronósticos no son alentadores, los
expertos dicen que antes de que la presente centuria termine, la especie humana
habrá consumido casi la totalidad de la riqueza mineral de la tierra, y el
petróleo, esa sangre terrena que por décadas ha alimentado la industria, el
progreso, las extravagancias, la guerra y la economía de las naciones, habrá
prácticamente desaparecido del subsuelo para concentrarse solo en los grandes
contenedores de las empresas petroleras. Su legado sin embargo continuara
circundando la atmosfera por décadas, toneladas de hidrocarburos producto de
nuestro ajetreado estilo de vida moderno, que aumentan paulatinamente el calor
del planeta, alterando el equilibrio climático que por millones de años habían
establecido un ciclo natural.
Tan solo basta con ver el surgimiento de
especies nocivas donde antes no existían. Un estudio del Instituto de Salud Público de
Polonia ha detectado en ese país la presencia de un tipo de mosquito que
tradicionalmente se circunscribía a regiones tropicales y zonas templadas del
sur de Europa, y que han provocado la aparición de casos de dirofilariosis o enfermedad del gusano
del corazón, un mal producido por un parásito que se transmite a través de las
picaduras de ese mosquito.
Mientras tanto, un informe preparado por el
Instituto del Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de las Naciones
Unidas (UNU) con base en Hamilton (Canadá) señala que para 2050 se producirá
una grave escasez de agua en siete de las 10 principales cuencas fluviales del
mundo. Estas 10 cuencas son actualmente el hogar de una cuarta parte de la
población mundial y generan el 10 % del Producto Interior Bruto del planeta.
Ante tal panorama algunos científicos en la
Gran Bretaña han pretendido adelantarse a la hecatombe y han comenzado un banco biológico que conservará a 80 grados
bajo cero células madre de 1.130 clases de mamíferos y 1.183 de aves, además de
semillas de plantas y árboles que según estiman algunos científicos, podrían
extinguirse en los próximos 30 años. El proyecto recibe un nombre que resulta
evidentemente de naturaleza mística 'Frozen Ark' ('Arca Congelada'). No
obstante no podemos quedarnos de brazos cruzados y alistar todo para un
panorama post apocalíptico, esta crisis provocada por nuestra irresponsable manera
de malgastar energía y recursos en empresas y actividades inútiles debe
cambiar, corresponde a las personas exigir a los gobiernos que fijen su
atención en una política ambiental verdaderamente sustancial y no solo en una
mera cuestión demagógica, que automáticamente se agota cuando terminan las
campañas.