Guillermo O´Donell, politólogo argentino |
La inefectividad de los organismos fiscalizadores de Guerrero ha
ocasionado un escenario en el que la ambición de unos exhibe la ambición de
otros, prevaleciendo la intriga política sobre los mecanismos que el Estado
posee para obligar a sus autoridades y burocracia a rendir cuentas o a
sancionarlas si lo omiten o lo hacen incorrectamente.
Si de manera horizontal la
rendición de cuentas resulta una mera comedia de final feliz, cómo podemos
esperar que algún día nuestras autoridades nos informen a nosotros en qué
demonios han gastado el dinero público que les damos a administrar.
Guillermo O´Donell define la rendición
de cuentas horizontal como “la existencia de instituciones estatales que tienen
autoridad legal y están fácticamente dispuestas y capacitadas para emprender
acciones que van desde el control rutinario hasta sanciones penales o incluso inhabilitación,
en relación con actos u omisiones de otros agentes o instituciones del estado
que pueden, en principio o presuntamente, ser calificados como ilícitos”.
Sin embargo, apunta que para que
ésta sea efectiva debe contarse con un conjunto de instituciones de gobierno
dispuestas a aplicar las sanciones hasta las más altas esferas, esto es, al
poder Ejecutivo.
En Guerrero, tenemos una Contraloría General del
Estado y una Auditoría General del Estado. Dos aparatos burocráticos con cargo
al erario que han tenido capacitación y cursos de sobra pero a las que lo
“fácticamente dispuestas” no se les ha visto más que para hacer anuncios
espectaculares.
Veamos, si la Contraloría
estuviera “fácticamente dispuesta”, no dejaría pasar de largo la denuncia
pública de la alcaldesa de Tlachapa, Guadalupe Eguiluz, sobre el presunto
desvío de recursos de la Secretaría de Desarrollo Social estatal, según la
cual, la secretaria Beatriz Mojica Morga ha proporcionado a su hermano Salvador
botes de pintura para promover la creación de la corriente “Nueva Mayoría”.
No deja de ser importante indicio
de interés político el “saludo con sombrero ajeno” cotidiano en el desempeño de
la propaganda personal que en el cargo se viene haciendo Mojica Morga
anunciando las inversiones federales como propias y dando amplia difusión a la
foto de su persona y no de su obra, si es que la hubiera.
De hecho ella aspiraba a ser
candidata al Senado y su hermano Salvador, al que señalan, quería ser diputado,
planes que al parecer siguen en pie.
Según denuncia Eguiluz el propio
Salvador es quien promociona el reparto de pintura de Sedesol en su perfil del
facebook, en el que además, me llama la atención que ponga haber trabajado en
la Coordinación de Fortalecimiento Municipal, de la que su hermana fue titular.
No hay que olvidar que si algo ha caracterizado a la administración estatal de
Ángel Aguirre han sido los señalamientos de nepotismo.
Sin embargo la Contraloría, que
debiera estar ya auditando a la Sedesol estatal, no ha asomado la cabeza en
este caso.
De la misma manera pasa con los
señalamientos hacia los ex alcaldes Manuel Añorve Baños y Héctor Astudillo
Flores. La Auditoria General del Estado (AGE), cuenta a los municipios de
Acapulco y Chilpancingo entre aquellos que hicieron acta de entrega-recepción,
pero sin anexos en los cuales se encuentran los detalles que puedan arrojar luz
sobre posibles malos manejos del erario.
Los señalamientos han sido
públicos, nadie los ha denunciado formalmente ni las instancias oficiales están
“fácticamente dispuestas” a hacerlo.
Celebro el llamado del diputado
Bernardo Ortega al auditor general a que actúe más y anuncie menos, pero señor
presidente de la Comisión de Vigilancia y Evaluación de la AGE… ¿Quis custodiet ipsos custodes?, en
español: ¿Quién vigila a los vigilantes de sí mismos? jesuslepez@gmail.com