La
clase política mexicana sigue llevando acabo las viejas practicas de sus
antepasados, cuando los mexicas al enterarse de la llegada de los españoles y
que ingenuamente creían que era el Dios Quetzalcóatl quien había amenazado con
regresar triunfante para vengarse, estos los recibieron con enormes ofrendas de
oro, lo que llevó a los españoles a
creer que en México había una enorme riqueza y empezó el saqueo, el cual está
vigente hasta nuestros días.
Sin el
derramamiento de sangre de esa época, hoy en día, el gobierno de México en
complicidad con su clase política, le han dado la espalda al pueblo que los
eligió y han puesto en bandeja de
plata, con las nuevas reformas
aprobadas, las riquezas naturales que
tiene nuestro país, especialmente los yacimientos petroleros esos que el mismo gobierno de todos los tiempos,
nos hizo creer que era propiedad de todos los mexicanos.
La historia
de México está llena de traiciones y sumisión al poder del dinero, así lo dicen
los libros o por lo menos así lo plantea la historia narrada por los españoles,
casi en su mayoría. La historia que nos toca vivir está inmersa en el temor, el
miedo, las traiciones, las deslealtades y los intereses económicos, que nos importa
que no coman en la casa de enfrente si en la mía hay comida para varias
generaciones de hijos y nietos, ese parece ser el principal interés de los
políticos de hoy en día.
De esas
reformar aprobadas, en donde el gobierno de México le está entregando a los extranjero
toda la riqueza que hay en nuestro país, de todo lo que se dice y se hace en el
Senado de la República, la Cámara de Diputados y los respectivos Congresos
Locales, ¿cuantos de esos representantes populares realizaron consulta alguna
con sus representados?,¿ a cuantos de ellos les informaron el sentir del voto
que emitirían?, estoy segura que nadie hizo eso, porque primero está el interés
personal económico de ellos y después ellos y a lo último ellos.
Los
votos emitidos de los representantes populares han estado desde siempre al
servicio del poder y del dinero, porque es mejor llevarse un dinero a sus
cuentas personales, que en emitir un voto en contra que le de la confianza de
sus electores y estos le reconozcan para futuros cargos.
Pero si
a la actitud asumida por los senadores y diputados, se le agrega, la actitud
complaciente, omisa y agachona de los mexicanos (no de los políticos) por
defender nuestras riquezas y nuestra identidad, está claro que el miedo se ha
apoderada de los ciudadanos por perder, no solo la vida sino lo poco o mucho
que ha hecho en su vida. Enfrentarse con el poder es más fuerte , sin duda
alguna.
El miedo se apodera de los mexicanos por
protestar, por exigir, “marchan los
rijosos, los que no tiene nada que hacer, los que buscan algo” me dicen con
frecuencia cuando les pregunto. Los mexicanos somos hijos de la mala vida, del
ahí se va, del valemadrismo y del sospechosismo.
No
esperemos que baje la luz, no esperemos
que baje el gas, y quien diga lo contrario miente, recordemos que ya nos
dijeron que la gasolina no bajará ni con ésta reforma ni con nada, que la
reforma educativa no es más que una reforma laboral y cuando se empiece a
aplicar, entonces los que han dormido el sueño de los justos gritarán en
silencio porque no tendrán el valor de salir a las calles para exigir y menos
para iniciar una revuelta.
Así
como los Mexicas le tuvieron miedo al regreso del Dios Quetzalcóatl y se
entregaron de lleno a los españoles, así seguiremos estando los mexicanos,
permitiendo que el gobierno de éste país y su clase política terminen de vender
lo último que queda: su territorio, del cual ojalá que nunca lleguemos a ser
expulsados de nuestro propio terreno ¿A caso sigue siendo nuestro? Veremos que
pasa.