miércoles, 30 de julio de 2014

(FOTOS) KRUBERA, LA CAVERNA MÁS PROFUNDA DEL MUNDO




 En el territorio de Abjasia, en Georgia, podemos encontrar el paraíso de todo espeleólogo, conocida como Caverna Krubera o Voronya (palabra rusa para “cuervo”) es la caverna natural más profunda conocida en la Tierra.
Este peculiar fenómeno geológico está situado al norte de Abjasia, en el Macizo de Arabika, uno de los macizos de piedra caliza cárstica más grandes en la región del Cáucaso occidental, que alberga cientos de cuevas, que comenzaron su formación y desarrollo hace por lo menos 5 millones de años.
Pese a que el registro de su descubrimiento data del año 1960, el mundo tuvo que esperar 41 años, hasta el 2001, para que una expedición de la Asociación Ucraniana de Espeleología alcanzara una profundidad de 1,709 metros, superando la marca anterior de Lamprechtsofen, en los Alpes austriacos, por más de un cuarto de kilómetro. La historia volvió a ser contada una vez más en 2004, cuando finalmente llegaron o lo que se cree (no hay certeza aun) es la base de la caverna a 2,197 metros de profundidad.
Krubera, en realidad, es un sistema interconectado de cavernas de 16,059 metros, la mayoría de las cuales consisten de profundos pozos verticales, interconectados a un tramo principal. La caverna inicia en lo alto de las montañas, de una altitud de 2,256 metros, con una entrada muy estrecha. Los primeros exploradores muchas veces se vieron en la necesidad de cavar para ensanchar pasajes muy estrechos que les permitieran un avance seguro. En otros lugares, la brecha es tan ancha como un túnel del metro.
Sólo para tener una idea, cinco de las cavernas de este complejo sistema tienen más de 1,000 metros de profundidad; la mayor de éstas es la única caverna en la Tierra con una profundidad superior a los 2,000 metros.
A unos 200 metros desde la cima, la caverna se divide en dos ramas principales: el Non-Kuybyshevskaya, que ya ha sido explorado hasta los 1,293 metros de profundidad en 2008 y el principal que tiene los referidos 2,197 metros de profundidad. Este ducto principal se subdivide aún más en numerosos ramos con profundidades de hasta 1,300 metros.
Cuando los espeleólogos comenzaron la exploración de las cavernas, uno de sus mayores retos fueron los túneles inundados llamados “reservorios”. Cuando se encuentran con este tipo de estructura, los espeleólogos tienen que colocarse su ropa de buceo y seguir adelante, o más bien, hacia abajo. Uno de los reservorios, el más profundo, tiene casi 70 metros de profundidad.

La gruta se ha convertido en un destino muy popular para las expediciones provenientes de diversas partes del mundo.