¡Pero
qué necesidad! Paráfrasis del filósofo de Juárez aplicable al gobernador del
estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, en el caso de la columnista y
funcionaria municipal panista veracruzana María (Marijose) Josefina Gamboa
Torales.
Lejos
de instruir encauzarlo por la vía legal y evitar juicios de valor, permitió que
antes de emprenderse una investigación apegada a Derecho se le dictara
sentencia, condenándola a 15 años de prisión, de acuerdo con el procurador
General de ¿Justicia?, del estado de Veracruz, Luis Bravo Contreras.
Las
prisas del gobierno de Javier Duarte de Ochoa en este asunto son de burdo
sustento político. Utiliza a un desgraciado percance vial en el que perdió la
vida un ciudadano, accidentalmente lo atropelló Marijose con su automóvil, para
frenar la carrera de Miguel Ángel Yunes Linares, anotado en segundo sitio en la
preferencia electoral veracruzana para sucederlo.
Aunque
la contienda por la sucesión de Duarte de Ochoa es hasta 2016 y el año pasado
se renovó el Congreso local y los 212 ayuntamientos, el año entrante se elegirá
a los diputados federales veracruzanos que se sumarán a la renovación de la
Cámara de Diputados en el Congreso de la Unión.
Contar
con mayoría en la Cámara baja es una aspiración de todos los partidos, aunque
sin duda sólo tres tienen esa posibilidad y, junto con el PRI y el PRD, el PAN
teje alianzas para lograr ese objetivo en 2015 y tender el andamiaje para
recuperar gubernaturas. Veracruz ha sido el sueño dorado y no duda Gustavo
Enrique Madero Muñoz en que el ex priista Miguel Ángel Yunes Linares tienen
todas las posibilidades de concretar esa meta albiazul.
Y
tiene razón el dirigente nacional del PAN. Hay que recordar que en 2010 Duarte
de Ochoa ganó la elección de gobernador a Yunes Linares por un margen de 2.57
puntos porcentuales. Un millón 277 mil 151 veracruzanos, es decir, 40.99 por
ciento del total de votos emitidos en aquella contienda, sufragó a favor de
Miguel Ángel Yunes Linares.
Por
eso, es un atentado al sentido común la negativa del gobernador Duarte de Ochoa
de que el caso de Marijose Gamboa sea persecución política. Un dato harto
conocido refiere que Yunes Linares fue operador de la campaña de Marijose a una
diputación local, en la contienda del año pasado.
Es
el perverso juego político. Esto de echar a andar al aparato del Estado contra
el enemigo político no es privativo del PRI. Aunque fue praxis de uso
particular del priismo cuando su hegemonía comprendía a todo el territorio
nacional, prácticamente, la oposición no tardó en aprender de esa mecánica que
se surtía en la fabricación de delincuentes de cuello blanco.
En
las administraciones panistas y perredistas
el uso del poder para el cobro de facturas políticas o el beneficio para
los socios y cómplices, los amigos y compadres, fue copia fiel de la mecánica
tricolor.
Y,
bueno, politizar los delitos, asuntos de barandilla como accidentes viales o de
alcoba, presuntos vínculos con el crimen organizado, deslices verbales y actos
de prepotencia de funcionarios públicos, legisladores y/o sus familiares,
apenas es factor elemental que ha servido para acabar o frustrar carreras
políticas, enlodar honras e inculpar extrajudicialmente.
Desde
el jueves de la semana pasada, por la tarde, se avistó la resolución judicial
en el caso de la columnista y funcionaria municipal panista María (Marijose)
Josefina Gamboa Torales. Este domingo 20, a las siete y media de la mañana le
comunicaron el auto de formal prisión dictado en su contra por su presunta
responsabilidad en la comisión de homicidio culposo.
De
que hay prisa la hay para enjuiciar y dictar sentencia a una ciudadana cuya
agravante, sin duda, es militar en un partido político diferente al del
gobernador y sus cortesanos. Peor es su amistad con Miguel Ángel Yunes Linares,
a quien a toda costa la familia revolucionaria priista veracruzana odia con
odio jarocho --¿hay de otro más exquisito contra el vecino de enfrente?—y no
quiere en Palacio de Gobierno en Xalapa durante seis años.
Así,
un habilitado secretario de juzgado de nombre Esteban Noriega Velasco, no el
juez de la causa, el Quinto de Primera Instancia del Poder Judicial del Estado
de Veracruz, cumplió la encomienda de notificar a Marijose el auto de formal
prisión.
¿Cuál
fue la reacción de Yunes Linares? Él y Gustavo Enrique Madero consideran un
atentado a la libertad de expresión y una venganza política del gobernador
Javier Duarte, el encarcelamiento de Marijose.
Yunes
calificó al procurador general de Justicia, Luis Ángel Bravo Contreras, como
“brazo ejecutor de los caprichos de un “gobernador torpe” como Javier Duarte”.
Si el gobernador quiere frenar a Yunes, con este caso politizado le dio oxígeno
para una carrera que tiene dos años para crecer. Conste.
LUNES.
“En primer lugar, el Partido Revolucionario Institucional no necesita que nadie
lo venga a defender, senador (Benjamín) Robles (…)”. No, no es frase de César
Camacho. Es del senador Penchyna en tribuna, al puro estilo del Bronx
legislativo. ¡Lástima! Digo.
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