La candidatura del inmigrante mexicano Jesús “Chuy” García para alcalde de Chicago, contra el “incumbent Mayor” Rham Emanuel sigue levantando entusiasmo. Habrá tres debates y esperemos que con ello Chuy logre superar el porcentaje de intención del voto de 37% contra 51% de Emanuel, el resto son indecisos de acuerdo a una encuesta realizada por el diario Chicago Tribune hace una semana.
Es notorio el entusiasmo en la comunidad de habla hispana que en su mayoría apoya a Chuy. Más aun cuando este sábado pasado durante el St. Patrick’s Day Parade, el mayor grupo laboral –sindicato-de Illinois, Service Employee International Union (SEIU) Local 1, dio su respaldo al duranguense. Sumándose al candidato afroamericano Willie Wilson que quedó en tercer lugar, que también se había pronunciado a favor de Chuy, lo que afectará a las encuestas en los días siguientes.
Esto significa que habrá más dinero para la campaña y más elementos de apoyo en las calles. Que era una de las limitaciones de García. Ahora el reto será que el bigotón Chuy se supere a sí mismo, puesto que el alcalde Emanuel lo está presionando por hacer promesas sin fundamentos sobre los mayores retos que enfrenta Chicago.
Las crisis a resolver es: la financiera, escuelas públicas, fondo de pensiones, violencia, entre otras polémicas como las multas con los semáforos “red light cameras”, recorte a los servicios sociales y el posible incremento de impuestos a la propiedad para cubrir los hoyos financieros (decenas de billones de dólares).
Uno de los argumentos a favor de Emanuel es que hace cuatro años cuando tomó el cargo, la ciudad había perdido empleos y fuga de capitales, lo que ha venido contrarrestando durante su mandato.
Pero votos son votos, y estos se ganan no necesariamente con políticas económicas, aunque beneficiosas, si estas no se ven reflejadas en la comunidades donde se acumula la basura, donde hay balaceras y cámaras dando multas de 100 dólares al por mayor.
Sin embargo, muchas de esos problemas son creados por la misma comunidad que tira basura en los barrios, que tiene hijos sin disciplina y con deficiencia escolar; prospectos pandilleros. Y los que manejamos con negligencia o tratamos de engañar al color amarillo del semáforo.
Demográficamente la ciudad de Chicago se divide básicamente en tres partes: blanca, negra y cafecita. El voto blanco o hispano prácticamente está definido, quienes podrían hacer la diferencia son los del voto negro al no tener un candidato. Por eso, ahora Chuy tiene posibilidades.
Ahora que ya cuenta con mayor apoyo, también lo sepa reflejar en prioridad y manejo de ideas. Y no salga diciendo como lo hizo al principio; “Rham Emanuel prometió mil policías”, y que él los contrataría de llegar al puesto. Por cierto, cuestionable al decir que cubriría el costo eliminando las horas extras de los agentes actuales:
Mil policías distribuidos en 50 distritos son 20 agentes en cada uno de ellos, o sea, un promedio de 7 policías por turno laboral de ocho horas. Y si se toma en cuenta que los policías ya no trabajarán horas extras por ser cubiertas por los nuevos, se traduce que horas-hombres en servicio sería prácticamente lo mismo.
Pero mil o dos mil policías no solucionan el problema de violencia en Chicago, en todo caso habría que reducir los agentes del orden y lo que genera el crimen. De otra manera nos estaríamos ajustando a la criminalidad como se ha venido haciendo sin que se resuelva el problema.
Así que, mi Chuy, además de recibir el apoyo de tu comunidad y de tu raza y la hagas sentir orgullosa, habrá que reflejarlo en pericia e ingenio político. Que independientemente llegues o no, y haciendo a un lado la idea romántica de liberal y progresista con la que te defines ¡Yes, you can! ¡Chuy, Chuy, Chuy…!