Puesta la mirada en el
pasado, EPN, se dejó llevar por la enorme baja de popularidad que ha “cargado”
casi desde el inicio de su mandato. En Acapulco, al clausurar la Convención
Bancaria nada más y nada menos que en uno de los destinos de playa más
quebrados del país: anunció, apretarse el cinturón y que el gasto público se diseñará a partir de una “base
cero”, con una “revisión a fondo” y no una “mera modificación inercial”,
acompañado todo de una “transformación de la administración pública federal”.
Después de esas declaraciones sibilinas en Acapulco, no se ha percatado que los
huevos andan por las nubes. Y es una cruda realidad para millones de mexicanos.
¿Qué vamos hacer sin huevos? Y no es para menos. Aparte de que eso de
“apretarse el cinturón”, es una parábola,
porque con sesenta millones de pobres y la violencia imparable, es casi
imposible salir a la calle por temor a ser asaltado o “levantado”, o
extorsionado, y sin haber desayunado y comido.
Y con un intervalo
regular de apretones a la economía totalmente VideHigaray barón de Malinalco, se
hizo el anuncio que el tianguis turístico que ahora si se queda en Acapulco.
Sin embargo, pese a
tantas saudades el mandatario mexicano ha abierto en corto tiempo enormes
grietas que lo han llevado al abismo de la popularidad. Y como los mexicanos,
somos muy dados a hacer bromas con la tragedia, hay quién afirma que la venida
de James Bond a México como agente encubierto fue porque durante su visita al
Reino Unido, la pareja presidencial se trajo algunos suvenires, que incluyen:
un castillo con su pub privado, y un
arcón repleto de joyas de la corona real inglesa.
Y continuando con el guión estelar, alzó su voz a la
mitad del naufragio y dijo así con entonado acento: “vamos a cambiar y ajustar
políticas públicas, programas gubernamentales que ya no corresponden a la
realidad del país ni a las nuevas demandas de la sociedad”.
Bola de rajones
A escasas dos semanas en que la campaña de Beatriz Mojica
Morga cobra fuerza, un grupo de perredistas de toda la vida, luchadores
sociales, emperadores de la izquierda y mordaces vividores del erario público,
se cambian de camiseta. Algo nada raro en tiempos electorales ante la
evaporación del sistema de partidos de estado que priva en México. Celestino
Cesáreo, presidente del PRD, dijo escandalizado: “que se vayan, nosotros tenemos la fuerza de
la gente…”
Pero lo cierto es que son golpes que obedecen a un plan
bien diseñado al interior de las tribus perredistas. La operación cicatriz como
medida cautelar interna, casi no existe al interior de las tribus. O todo o
nada. O los cargos o el cambio de camiseta.
Mientras en el tricolor, se arreglan componendas, se
toman la foto, la rompen y la vuelven a retocar, en el PRD, esta práctica no
obedece a cuestiones pragmáticas como pomposamente se le llama, sino en base a
intereses personales o de grupo. Silvano
Blanco de Aquino, por ejemplo, entre los hasta ahorita cantados cinco chapulines
coyunturales, perteneció al Grupo Guerrero, liderado por David Jiménez Rumbo,
que no ha sacado la cabeza para decir apoyamos a la candidata o nos vamos para
otras tierras anaranjadas o de tres colores, como meses atrás lo pregonó a los
siete vientos durante la reventa política de invierno con tarjetas Monex y
Soriana. Blanco de Aquino dio el salto de Grupo Guerrero a IDN, al igual que
otros saltimbanquis, ¿es acaso porque a René Bejarano no le tocó la plurinominal
que exigía en el Distrito Federal? ¿Cuántos más se van a sumar a la lista de
“rajones”?
Campañas
Como esta va ser una batalla de estructuras, el tricolor
ha hecho una campaña sobria, con poca gente, sin exponerse a ser boicoteados
por los opositores en un estado incendiado y en donde finalmente la Secretaría
de Gobernación llegó a un acuerdo con los maestros para que las elecciones
fluyan en calma. Van pian, pianito. Tienen experiencia y los recursos para
potenciar su estructura. ¿Les alcanzará la votación sobre todo de los
incrédulos para remontar al PRD? Héctor Astudillo es un producto vendible
electoralmente fuera de la estructura priista?
Por otro carril, la campaña de Beatriz Mojica Morga, va
lenta pero segura. Lo bueno de la nacida en Huehuetán, es su simpatía, frescura
y que es militante del sol azteca. Pero le falta que se sumen los liderazgos de
la estructura perredista, que su campaña vaya al fondo de la problemática de
Guerrero, y sobre todo que la estructura paralela con jóvenes, mujeres, y la
ciudadanía, avance con propuestas novedosas.
A dos semanas de iniciada, la campaña BMM, necesita de un
golpe de timón que obedezca a la dinámica social del estado y que se teja en el
entramado de las convocatorias a la gente. Existe, por ejemplo en Chilpancingo
un deseo enorme por escucharla. Se ha descuidado un escenario importante
simbólicamente por ser la capital del
estado y también no se ha hecho la debida promoción en medios locales y
nacionales. Y también que incida directamente en la problemática actual de
Guerrero, y que haga –en la medida de las posibilidades- un deslinde del viejo
pragmatismo del PRD tradicional. Si Mojica Morga logra conjuntar a los
guerrerenses bajo la dinámica de que una nueva fuerza va a nacer de su
candidatura, logrará impactar en los votantes el próximo 7 de junio. Y demostrar que se puede sacar a Guerrero del
mar de sangre, con proyectos sustentables por ejemplo, en el campo,
agroindustrias y nuevos cultivos y al reactivación de la pesca, la ganadería y
la implantación de nuevos sistemas de turismo alternativo y de energías
renovables.
De reojo
Dice el oráculo de Papanoa, que Luis Walton anda con un
talego de dinero comprando perredistas, que no salieron agraciados en el
consejo electivo para diputados y presidentes municipales.