Estimado
Sustituto…
No
tengo ninguna duda que los tres principales candidatos a la gubernatura del
estado, es decir, Héctor Astudillo Flores, del PRI y del PVEM; Beatriz Mojica
Morga, del PRD y del PT, así como Luis Walton Aburto, del MC, así como el resto
de los abanderados, también del resto de los partidos políticos que contienden
en este proceso electoral, tienen buenas intenciones, propuestas y compromisos
por Guerrero y por supuesto, con los guerrerenses.
Es
decir, cada uno de ellos, estoy seguro, no sólo están comprometidos con el
desarrollo del estado y el progreso de los guerrerenses, sino que tienen las
mejores recetas para conseguirlo, en base, por supuesto, a un diagnóstico del
estado de cosas en que se encuentra Guerrero, y a un proyecto de gobierno,
contenido en un plan de desarrollo.
Luego
entonces, la pregunta es: ¿por quién votar, de los candidatos a gobernador,
junto con los partidos que los postulan, si cada uno de ellos tiene un programa
de gobierno y el compromiso de sacar adelante al estado de Guerrero?
La
respuesta, desde luego, está en manos de cada uno de los electores, muchos de
los cuales, por no decir que la mayoría de ellos, deciden el sentido de su voto
en los últimos días previos a la elección, contrario a los militantes de los
partidos políticos que ya saben por quién votar, y en base a la trayectoria y
al historial de vida de cada uno de los candidatos.
En
este sentido, el voto que se habrá de emitir el 7 de junio, principalmente para
gobernador del estado y presidentes municipales, tendrá que ver con la
valoración que hagan los electores respecto de los candidatos, y en
consecuencia, más allá de la supuesta compra de votos o de fraude en la
elección, de qué tanto les creen para cumplir sus compromisos de campaña.
Es
cierto. Las campañas electorales se basan en propuestas y compromisos de los
candidatos con los electores, pero es también muy cierto que mucho tiene que
ver quién los hace, por qué los hace y bajo qué condiciones y circunstancias
los hace, pues ni siquiera es lo mismo que el PRI, el PRD o el PAN, e incluso el
MC se pronuncien en contra de actos de corrupción, de aplicación de la ley, de
responsabilidad, o de realizar un gobierno eficiente, a que lo haga el PT, el
PNA, el PVEM, o los de reciente creación, como el Partido Humanista, el Partido
Encuentro Social, o el Partido de los Pobres.
La
“historia de vida”, como dicen algunos, sin duda que será fundamental en los
candidatos, para que a partir de ella los ciudadanos decidan el sentido de su
voto, de tal forma que los resultados electorales serán una “consecuencia
lógica” de lo que sean Héctor Astudillo Flores, Beatriz Mojica Morga, Luis
Walton Aburto, Jorge Camacho Peñaloza, y el resto de aspirantes a gobernador
del estado.
Y
en otro asunto, te comento, mi estimado Sustituto, que el asesinato de la
candidata a diputada local por el PRD, Aidé Nava, además de sentar un mal
precedente en el actual proceso electoral, pone de nueva cuenta en la agenda de
la discusión, el tema de la inseguridad pública en las campañas electorales,
pero además, el que la delincuencia organizada no sólo ponga candidatos a
cargos de elección popular, sino también que los financie, los compre o los
amenace si no están con ellos.
Cierto
es que hay el compromiso, tanto por los partidos políticos, como del gobierno
federal, para que “nunca más” ocurran hechos como el de Iguala, y que “nunca
más” se tenga un alcalde como el que tuvo ese municipio, pero como vienen
sucediendo las cosas, parece que sólo se quedó en el discurso, pues en el
registro de precandidatos y candidatos del PRD para presidentes municipales y
diputados locales, hay por lo menos tres aspirantes que al menos tienen
señalamientos públicos de tener ligas con la delincuencia organizada.
Y
cito al PRD porque es el partido político donde se ha avanzado más en el
proceso interno de selección de candidatos, aunque seguramente también los
habrá en el resto de ellos, toda vez que la delincuencia organizada no tiene
una militancia definida ni credo político.
Por
último, me dicen los que saben que la “alianza electoral” que tiene el PRD con
el PT en Guerrero pende de un hilo, y en consecuencia, en cualquier momento
puede romperse, toda vez que está supeditada a que el petismo apoye al
candidato perredista a la gubernatura de Michoacán, y es que el aspirante del
partido rojo-amarillo al mismo cargo, y en el mismo estado, se niega a bajarse
del caballo.
Te
escribo mañana. Si es que se puede, mi estimado Sustituto.
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