En cualquier país del mundo, bajo cualquier
circunstancia los migrantes indocumentados siempre son los más golpeados
de los sistemas. Invisibles como personas y visibles como botín. De los
migrantes indocumentados se aprovecha el país origen que los obliga a
migrar; a cambio de esta ingratitud recibe las remesas que ellos
envían y que son las que mantienen el país a flote. Se aprovecha el
país de traslado que irrespeta sus derechos humanos y la libertad de tránsito.
Los secuestra, tortura y desaparece. Y por último también lo utiliza el país de
llegada que se convierte eventualmente en el país de residencia.
Un ejemplo claro de esto
es la crisis que se está viviendo en Europa que en una muestra de inhumanidad
les está cerrando las puertas y los deja a su suerte. Propiamente de las
migraciones forzadas en Latinoamérica, resaltan las del triángulo norte de
Centro América y México que buscan llegar a Estados Unidos. Es una crisis
perenne a causa de la injerencia estadounidense con La Operación Cóndor y los
gobiernos neoliberales que surgieron a raíz. En la actualidad un sistema que
los margina y los oprime. Gobiernos corruptos y de carácter lacayo.
En Estados Unidos los
inmigrantes indocumentados son indispensables como mano de obra barata, pero
excluidos como seres humanos. Les niegan los beneficios laborales y se les
abusa en los derechos humanos. En tiempo de elecciones presidenciales toman
notoriedad y se convierten en el botín más preciado del partido Demócrata
y Republicano. Constantemente los sacan al ruedo en los debates, entrevistas y
mitines. Unos a favor y otros en contra: de palabra porque en acción ambos
partidos los abusan y se benefician de esa modalidad de esclavitud. El
Demócrata no es un partido de izquierda y mucho menos socialista como muchos
creen. Es tan recalcitrante como el Republicano, para no ir tan lejos ahí está
el “legado” que deja Obama, que bien haría en devolver el Novel de la Paz que
le regalaron.
Los medios de
comunicación afines al sistema nos quieren hacer ver las elecciones desde la
perspectiva que a ellos les conviene. Por un lado cubrir absolutamente todo lo
que respecta a Trump. Trump como candidato político es una creación de los
medios de comunicación más que de los millonarios que lo apoyan. Los medios
editan, le suben el tono, lo hacen popular, lo lanzan a las masas y lo
promocionan. Podría decirse que para favorecer a Hillary Clinton, y tal vez ése
es el juego pero nunca imaginaron que con Trump despertarían el odio racial y
la xenofobia que siempre ha existido en la sociedad anglo. Y no serían cientos,
sino miles los que lo apoyan. Viéndolo en perspectiva era así la jugada: crear
una ola de reacción anti Trump, no cubrir a Sanders y dirigir las masas hacia
Hillary Clinton.
Al principio decían que
era un loco. No, Trump no es un loco. Loco y soñador podría ser Bernie
Sanders, pero Trump es una fanático extremista al igual que Ted Cruz y Marco
Rubio. Sanders no es la excelencia, no es el candidato ideal pero es el que más
se acerca a la imagen de un gobierno que se abstenga de inmiscuirse en asuntos
políticos de otros pueblos. Es decir: que deje de invadir territorios y
realizar genocidios y crímenes de lesa humanidad en nombre de su supremacía
caucásica. Además ofrece salidas congruentes a la política interna del
país. A Sanders lo siguen solamente los locos soñadores que en Estados Unidos
son tan escasos.
Cosa distinta está sucediendo
con Hillary Clinton que como a Obama, lo idealizaron por ser negro (por
gusto) a ella por ser mujer. Se maneja eso de ya le toca a una mujer. Sí, es
tiempo que Estados Unidos tenga una presidenta mujer, pero no Hillary
Clinton. Las cartas están marcadas, de sobra se sabe que la que ganará la
presidencia es Hillary Clinton. Es la candidata propuesta por el sistema y la
que lo defiende a capa y espada. La sociedad estadounidense es una de las
más poralizadas del mundo, a causa del sistema capitalista que utiliza el
consumismo como su arma letal. Los tiene muy entretenidos en vanidades como
para que piensen y actúen políticamente.
Salvo que la juventud
reaccione y dé un cambio de timón en último momento y vote por Sanders, cosa
que es muy difícil que suceda. El voto no se cambia de un día para otro y las
mentes que han sido trabajadas durante años ya están hechas a un tipo de
pensamiento fanático, tratándose propiamente de la respuesta a la
mediatización. Y en este caso la batuta la lleva Hillary Clinton, por su esposo
que fue presidente y por el papel que ella ha jugado en el gobierno
estadounidense durante décadas.
Por supuesto que un
factor muy importante es el descaro que ha tenido para declararse feminista y
con esto se echó a la bolsa a miles de mujeres estadounidenses que anhelan
igualdad de derechos. (Lastimosamente hasta la propia Dolores Huerta).
Utiliza el feminismo de la misma forma en la que utiliza la Reforma Migratoria
y el tema de las deportaciones. Con esto se ha aventajado en ambos sectores de
la sociedad. Mucho más por decir tiene Sanders pero los medios no lo
cubren, ¿por qué? Porque sus propuestas son contra el sistema y de hacerse
realidad su presidencia y si él mantiene su palabra muchas cosas cambiarían
para las mayorías en Estados Unidos y en la política exterior.
Por su parte Trump se
declara completamente anti inmigrantes latinoamericanos. No asombra que la
Patrulla Fronteriza declarara hace unos días que lo apoya. La comunidad
latinoamericana que es la más grande de las minorías en Estados Unidos es vital
para las elecciones. Por esa razón Univisión que es la cadena más vista por la
comunidad latina en Estados Unidos realiza en español el debate
Demócrata. Sus empresarios son Demócratas anti Latinoamérica y anti Cuba.
Un as bajo la manga tenía
Jorge Ramos (que fue uno de los moderadores) y la multitud que seguía el
debate por televisión ni cuenta se dio que se la echaron a la bolsa y de la
forma más fácil. Dijo al inicio que su hija trabajaba para la campaña de Hillary
Clinton. Y Jorge Ramos es un periodista muy querido por la comunidad, su voz
convierte en marionetas a las masas y las maneja a su antojo. Ramos es anti
Cuba y anti gobiernos progresistas, es un periodista que corresponde al sistema
y lo defiende.
Además de ser antiético
el comentario con éste aventajó a Hillary Clinton sobre Sanders. Y lo menciono
en este artículo porque fue manipulación y hay que denunciarlo. Hillary Clinton
estuvo de acuerdo en deportar a los niños, niñas y adolescentes que entraron al
país el año pasado en la llamada crisis de niños que viajaban sin compañía de
un adulto. De sobra está decir que fue una crisis creada para implementar el
Plan Frontera Sur y el Maya-Chortí, que militariza desde la frontera sur de
Estados Unidos hasta Honduras que solo ha servido para que las autoridades
migratorias mexicanas deshumanicen aún más el trato hacia los migrantes en
tránsito.
En el debate Sanders dejó
callados a los moderadores y a los asistentes anti Cuba cuando habló de la
Operación Cóndor en la región y de la injerencia estadounidense no solo en
Latinoamérica, lo dijo específicamente en Nicaragua y Guatemala. Está en
contra del bloqueo que le tiene Estados Unidos a Cuba y pide el cierre de
Guantánamo, por su parte Clinton apoya la injerencia estadounidense en la
región. ¿Qué feminista estaría de acuerdo con algo así? Ninguna que sea
feminista real.
Cabe resaltar el papel
primordial que jugó la denuncia que hizo la migrante guatemalteca Lucía Quiej
que denunció las deportaciones masivas de padres de familia. Y así como ella
hay miles. Veremos a cuánto aumentan las deportaciones cuando Hillary Clinton
gane la presidencia. Ella representa en su totalidad la continuidad del
sistema, eso que sea mujer no significa nada, tanto ella como mujer y Obama por
negro son afines a la opresión. ¿Cambiará el panorama en los siguientes
meses? ¿Despertará la sociedad estadounidense e irá por un giro aún mayor
votando por Sanders? ¿Existirá la utopía en un país como Estados Unidos después
de Martin Luther King, Rosa Parks y Malcolm X? ¿Cuál es el futuro para
los migrantes indocumentados? ¿Cuándo despertarán los millones de
indocumentados y harán sentir su valor humano?
@ilkaolivacorado
Estados
Unidos.