domingo, 10 de abril de 2016

MIRADA DEL DOMINGO LA NOCHE TRISTE DEL MEZCAL Por: Isaías Alanís

Mezcalito de Guerrero
tu que sabes bien actuar
que me florezcan las ganas
pa’ su pasión saborear
y libar su miel en penca
como la abeja al panal…


Intentar en un corto espacio hablar de la importancia cultural, ecológica y cultural del agave es tarea de Hércules, por lo que sólo me concretaré a diseñar un mapa de la multidiversidad de esta planta emblemática de Mesoamérica utilizada desde hace siglos para la elaboración del mezcal. Existen alrededor de doscientas especias catalogadas y que son utilizadas como plantas de ornado, y para la producción de mexcal se tiene registradas solo a catorce, según la NOM-/070, Norma Oficial Mexicana que regula la denominación del mezcal.  Aunque existen en regiones como Oaxaca y especialmente en Guerreo, que agaves endémicos se utilizan para la elaboración del mezcal, ese elixir de potente espíritu animoso.

Lo extraordinario es que para elaborar el vino, se utiliza una sola especie, la uva, que a lo largo del tiempo y del desarrollo de la industria vitivinícola y de la humanidad ha dado lugar a variantes propias de cada región de la misma uva. Para el mezcal existen conocidas treinta y nueve  especies de agave y que regionalmente tienen variaciones cada una.  

El agave que es utilizado para la elaboración del mezcal, se produce y distribuye hacia el Occidente y Sur de México, a lo largo de la Sierra Madre Occidental, el Eje Neovolcánico y la Sierra Madre del Sur, donde habitan las diferentes especies en la selva baja caducifolia, matorrales, bosques templados y en zonas de pastizales.

Desde Sonora a Chiapas, las especies de magueyes mas utilizadas para el mezcal son: Agave angustifolia. En Durango le llaman, Tepemete o chacaleño, en Guerreo, maguey delgado, espadín en Oaxaca y en Puebla, espadilla.
A diferencia de otros agaves, la planta mezcalera ha tenido una veneración anterior a la colonización española y lusitana en América. En Mesoamérica, ya existían los hornos para la elaboración de mezcal y la técnica para su destilación.
A lo largo del territorio nacional el maguey recibe nombres distintos, para no entrar en un espacio dedicado a un ensayo y no a una nota periodística, hablaré sólo de los agaves que son utilizados en Guerrero; el Papalote o cupreata, el maguey delgado (Agave angustifolia) ambos con cambios morfológicos y de azucares dependiendo de la zona donde crecen y desde luego por la ubicación a nivel del mar. Utilizándose otros agaves como el “verraquito”, entre otros.

LA MESCOLATRÍA

Ulises Torrentera, en su libro sobre el mezcal, habla y sostiene que existe una mezcolatría moderna, sin embargo, con todo esta trampa legal en que quieren meter al mezcal al despojarlo de su histórica participación en el proceso civilizatorio mesoamericano y que pervive hasta nuestros días, se suma la torpeza de tratar de eliminar del mercado a una bebida ceremonial, y también a una planta mágica, pues de ella se extraen las mieles para la bebida; la planta conserva los suelos, recarga acuíferos e impide la erosión en las montañas y con ello la muerte de los bosques causadas por la erosión de agua y viento. Los acuíferos disminuyen y las recargas de agua se van a lo profundo de la tierra o terminan su carrera en una barranquilla contaminada y ya no cumplen su misión de ser la reserva de la madre tierra.

Ahora que el mezcal esta de moda y que pretenden “levantarlo” del mercado nacional e internacional, hace falta que en vez de vivir del mezcal de a mentiras y con los bolsillos llenos de los dineros que deben de ser utilizados por los mezcaleros de Guerrero, principalmente, las organizaciones se unan para impedir otro atraco más a la historia y la cultura de México. Porque considerada por cronistas del siglo xvi como la planta milagrosa porque de ella se extrae, “el vino que beben estos naturales, también se comen sus flores, de las hojas de esta planta maravillosa se extraen fibras para elaborar sus vestidos, arreos de pesca y otras maravillas de esta planta venerada como una deidad…”.

Sin menoscabo de otras plantas mágicas como el peyote, las verdolagas o el epazote, el agave mexicano es una planta de tradición milenaria y que ha contribuido al desarrollo de un pueblo que hasta la fecha la utiliza como bebida ceremonial.

Lo malo, es que pese a su éxito, al menos en Guerrero, no se siembre con profesionalismo y se vigila su crecimiento, se han hecho experimentos fallidos.

Hago una invitación a las instancias abocadas como la Seder a que impulsen un macro programa para la siembra de agave en los cerros erosionados y pelones de Guerrero.  En Atliaca, Mazatlán, Amojileca, Mochitlán,  por ejemplo, porque si no, al paso que va el corte de agave y a la falta de una política para su siembra, preservación y conservación, no le doy cinco años para que el agave se escasee en Guerrero. Y por otro lado, a que no se ha mantenido, al menos como en otros estados como Oaxaca su conservación, reproducción y siembra de los agaves mezcaleros regionales.

La sumatoria de esta condición peligrosa en que se haya el agave, lo es sin duda, frenar a toda costa la norma regulatoria criminal implementada por el gobierno federal, en contra de una de las bebidas más antiguas cultural y artesanalmente como lo es la producción de mezcal y borrar con un zarpazo legaloide esta tradición de siglos de la cual los mexicanos deberían sentirse noblemente orgullosos.

Y para evitar la noche triste del mezcal, este 10 de abril en que se conmemora un año más del sacrificio del líder más derecho que ha tenido México, Emiliano Zapata, en memoria del caudillo que gustaba saborear en las batallas o después de ellas un caballito con mezcal de Palpan, el Tepehuaje o de la Tigra, en memoria del hermano Emiliano Zapata, comenzar a sembrar, sembrar, producir, exportar y luchar para que los intentos por sacarlo de la cancha consumidora frente al tequila, sean solo eso, una intentona vana y un ataque en despoblado que los mezcóltras de México y el mundo van a impedir.
Mezcóltras del mundo, uníos contra esta medida atrabiliaria, incorrecta y denigrante impulsada por el gobierno federal a través de la Secretaria de Economía contra nuestro viejo y querido mezcal.