sábado, 26 de agosto de 2017

MALA ALIMENTACIÓN Y OBESIDAD PUEDE DESARROLLAR GOTA, PADECIMIENTO QUE AFECTA ARTICULACIONES



·         Con la modificación de los alimentos se consigue disminuir los niveles de ácido úrico en sangre

 La obesidad es un factor determinante para la presencia de ácido úrico, y que genera la enfermedad llamada gota, y que afecta a las articulaciones, indicó la Delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guerrero.

Cuando se desarrolla la gota, genera un dolor extremo en quien lo padece, por lo que la única medida es acudir con el médico o con el especialista en alimentación, para iniciar una dieta adecuada, indicó el Seguro Social.

El médico familiar Mario Vázquez Salazar, comentó que con la modificación de los alimentos se consigue disminuir los niveles de ácido úrico en sangre y aumentar el control de la situación para evitar que aparezcan los ataques de gota.

“Los alimentos que son los que están produciendo el ácido úrico y es lo más importante, la alimentación, en este caso la obesidad es un factor muy importante para el aumento del ácido úrico, la falta de ejercicio”, explicó.

El médico mencionó que el exceso de ácido úrico se convierte en cristales que se acumular en las articulaciones y generan dolor tipo artritis, y que genera enrojecimiento de inicio nocturno en el dedo gordo del pie, también es frecuente en el dorso del mismo, rodillas, tobillos y hombros.

La mayor parte del ácido úrico se disuelve en la sangre y viaja a los riñones, desde donde sale a través de la orina. Si el cuerpo produce demasiado ácido úrico o no lo elimina lo suficiente, la persona se puede enfermar y desarrollar hiperuricemia.

El no metabolizar este ácido de manera adecuada puede ser por herencia. Hay dos factores de riesgo que son no modificables: la edad avanzada, por lo tanto, personas que ya han mantenido por varios años los niveles de ácido úrico elevados, tendrán mayor posibilidad de presentar signos y síntomas de la gota.

El médico Vázquez Salazar reiteró la importancia de no acudir al médico cuando se tenga una dolencia, sino visitarlo al menos dos veces por año en forma preventiva; en caso de ya padecer la enfermedad, la recomendación es seguir un tratamiento médico adecuado y no automedicarse o consumir remedios caseros.