Circula por diferentes medios de comunicación una columna de un compañero periodista que tras hacer comentarios diversos sobre diferentes tópicos entrega a la opinión pública una ‘’lista’’ con nombres de comunicadores de diferentes facturas y sin mas, arroja nombres y cifras de quienes están recibiendo recursos monetarios de parte del gobierno del estado de Guerrero, o como se conoce en el argot periodístico, les entregan los famosos ‘’chayotes’’ o ‘’embutes’’ con lo que presumiblemente el gobierno de Ángel Aguirre Rivero los somete a la autocensura.
Esto, si bien es cierto que
no es una novedad, resulta lastimoso para los compañeros que han sido incluidos,
sin saberse si en realidad son los destinatarios de esas cantidades de dinero,
pues podría decir que en mi caso particular no lo es y que por lo tanto creo
que así como yo, habrá otros más en similares circunstancias.
Sin embargo, como esto no es
de conjunto y ni voy a ir a quejarme ni a la PROFECO ni a la auditoría del
Congreso del estado ni a la contraloría estatal, lo que diré en descargo es que
si mi nombre es utilizado para que los que manejan el recurso público a través
de la Dirección General de Comunicación
Social del gobierno del estado se queden con ellos, eso no me sorprendería
para nada pues ha sido un recurso ciento de veces utilizados desde que estas
oficinas fueron creadas y quienes han pasado por ahí sabrán que este puñado de
periodistas hoy perversamente enlodados no son tan siquiera el veinte por
ciento de quienes seguramente sí están obteniéndolos y que no se circunscriben
a comunicadores del estado sino y a muchas connotadas figuras de la
comunicación nacional.
Si el gobierno del estado
está libre de culpa y puede probar que los recursos públicos destinados a la
comunicación social son manejados de manera transparente y para los fines que
deben serlo, entonces que publicite todo y a todos los periodistas y
comunicadores estatales y nacionales que son beneficiarios de dicho
presupuesto, pues no se vale que compañeros periodistas sean utilizados como ‘’burros de carga’’ para enlodar a sus
pares y que seguramente fue víctima de lo que él mismo desvela.
Los usos y costumbres de la
comunicación en Guerrero y la utilización del llamado ‘’chayote’’ o ‘’embute’’
que no se circunscriben a personas sino también a empresas de comunicación,
sean estas de prensa escrita, radio o televisión o los ahora medios de la web a
los cuales hace poco tiempo han ingresado para tratar de aminorar los efectos
que causan en un gobierno dislocado las informaciones que presume incómodas
como son los desaciertos de funcionarios y gobernante en casos graves y de
responsabilidad social y política de gran envergadura.
No se podría decir que el
gobierno estatal esté haciendo algo diferente a lo que hacen los demás
gobernantes, sean de la esfera federal o municipal. Los usos y costumbres no
han sido modificadas en el caso de la relación prensa y poder en el estado de Guerrero. Aguirre Rivero sabe y lo
sabe muy bien como es todo esto ya que él ingreso a la política con el ex
gobernador Alejandro Cervantes Delgado y después se convirtió en gobernador
interino y ahora como gobernador constitucional, lo cual le otorga el mayor
conocimiento de la forma como se manejan los recursos públicos en materia de
comunicación social y lo hemos visto actuar a nivel estatal y nacional con los
problemas que le trajo consigo la otra lista, la de sus consanguíneos, por lo
cual tuvo que hacer maroma y teatro para que los medios le bajaran de volumen y
lo olvidaran; después le vino el caso de los estudiantes de Ayotzinapa, lo cual
le costó al erario público un ojo de la cara pues se quiso evitar el escándalo,
lo cual aminoró pero no concluyó, pues existen todavía en México medios de
comunicación abiertos, plurales y comprometidos con la sociedad y
particularmente con su comunidad.
Pero si otro ejemplo
pudiésemos referir sería el diferendo que sostuvo con las televisoras TVAZTRECA
Y TELEVISA, en donde una vez mas las componendas salieron a relucir sin que
esto en realidad nos sonroje para nada conociendo la forma como se hacen los negocios
en estas televisoras.
Por lo tanto, el compañero
periodista que escribió la columna en donde aparece la ‘’lista’’ de periodistas
que reciben dinero del gobierno, no tiene culpa alguna. La perversidad proviene
de otro lugar de donde quieren hacer creer al propio gobernador que estos
dineros se hacen llegar a los que aparecen ahí.
El caso particular, repito,
es una broma de mal gusto, pues si se ponen a revisar mis comentarios y artículos
de opinión que he escrito no tienen nada que ver con un amasiato con el
gobierno y creo que el propio gobierno sería no tonto sino idiota entregar
dinero a sabiendas.
Lo que si es posible es que
estos comunicadores oficiales pueden incluir en la ‘’lista’’ a moros y
cristianos para hacerse de recursos y seguir llenándose las alforjas y sobre
todo, engañando al gobernador Aguirre y llenándole de humo la cabeza con el
prurito de que aún y cuando se les da el famosos ‘’chayote’’ a los periodistas continúan
criticando, señalando y cuestionando los actos de gobierno.
O el gobernador Aguirre está
engañado por sus corifeos de la Dirección General de Comunicación Social que le
muestran nombres y nombres de periodistas que reciben dinero (sin saber para
qué o por qué) o está de acuerdo con ellos. Si es lo primero, pues habrá alguien
que le diga la verdad pero si es lo segundo, entonces esperemos que suban de
tono los agravios y el descrédito a través de las decenas de medios y
periodistas que están dispuestos y disponibles a todo con el fin de llevarse el
pan a la boca.
Ni modo, esto es así.
Los medios de comunicación y
los periodistas deberán replantearse su forma de actuar y ejercer su profesión
si es que no quieren entrar en las nada ‘’listas’’ que operan desde las
catacumbas de Comunicación Social del gobierno del estado.
Lo menos que podemos decir
es que desde comunicación social del gobierno del estado le juegan las contras
al propio gobernador Aguirre.