Plena en patriotismo y convicción en todos los sentidos, fue la trayectoria de
Don José María Morelos y Pavón, (30 de
septiembre de 1765 - 22 de diciembre de 1815)
pues no se desvió un solo centímetro del camino seguro de su destino
superior.
La Historia Nacional, lo presenta como un gran ejemplo para
los mexicanos que en el solar patrio sueñan con rescatar las libertades venidas
a menos y que en su tiempo reclamó para sus conciudadanos el notable hijo de
Valladolid.
Morelos representó en si la aspiración más valiosa de una generación oprimida y su pensamiento de visionario comulgó con las grandes y legítimas aspiraciones
populares; fue el caudillo de una causa noble y padre espiritual de una cauda de héroes de la independencia;
el guía esforzado que comprendió la belleza
de la libertad como única
salvación de México; el estadista que en la vorágine de la lucha encontró la
fórmula del bienestar social y el hombre que a pesar de los defectos como tal,
recibió el justo tributo de merecer el bien de la Patria y el respeto de todos
los mexicanos.
Dentro del Contexto ideológico con que dotó sus esfuerzos
libertarios, brilló como astro refulgente, pues en el marco del primer congreso
de Anáhuac, dictó sus opiniones de carácter político y los 23 puntos vertidos
relativos a problemas nacionales, recibieron en conjunto el tratamiento de
“Sentimientos de la Nación”,
configurándose el primer proyecto
de Constitución, otorgando soberanía a nuestro País.
Su pensamiento progresista pregonó los ideales de la soberanía nacional
y la igualdad social, la equidad y la
justicia; atacó el vicio, la ociosidad y el latifundismo; proyectó la imagen de
su gobierno revolucionario, unido y armónico, desechando la figura de Fernando
VII; promovió el Congreso Nacional en
Chilpancingo, que emitió la Declaración de Independencia, y la promulgación en
Apatzingán, del Decreto Constitucional, el 22 de octubre de 1814, carta magna
que recogió principios revolucionarios
surgidos a lo largo del movimiento. Propuso la creación de un gobierno
autónomo, representativo del pueblo y el principio cardinal de la nacionalidad
mexicana.
Destacando en ese texto: el principio básico de la división
de poderes, el valor de la libertad y la reivindicación del hombre, de un
hombre nuevo que viva en la realidad de su tiempo, un hombre que ya no permita
la prepotencia de los poderosos, un hombre que se reconozca como Morelos,
”Siervo de la Nación”.
Coincidentemente al actual
reclamo Nacional, que espera del Presidente de México, y del Gobierno federal, recuperen el tiempo y el terreno perdidos
para acceder a mejores niveles de vida, de oportunidades y de justicia…
Mientras tanto
ocurre, no olvidamos al sublime cura de Carácuaro, en el 247 aniversario de su
nacimiento con sus incontables incursiones en esta tierra suriana, donde
cumplió su compromiso histórico de darle continuidad a la lucha independentista
iniciada por Miguel Hidalgo y consumada por Vicente Guerrero.