La frase célebre del ex presidente chabacano de México, Vicente Fox, cuando
literalmente le dijo por teléfono al dictador cubano Fidel Castro Ruz “comes y
te vas”, grabado de manera tramposa por el líder revolucionario durante la
Cumbre de Monterrey, México (2002) por supuesta presión de los Estados Unidos,
puede ser una anécdota ‘light’ comparada con la visita del papa Francisco a la
isla de la “re insistencia”.
Y se puede volver en un acto de “vana” fe de la iglesia
católica, apostólica, romana y de una falacia democrática del comunismo cubano.
Se dice que es una visita
diplomática entre dos estados “elegidos” democráticamente. Pero como el diablo
está metido en todo, surge el morbo de la suspicacia y se pone en duda la
voluntad de una iglesia conciliadora y la moral de un gobierno ateo.
Como
antecedente tenemos que un gobierno comunista represivo se puede acostar con el
mismo diablo y al día siguiente hablar de fidelidad al prójimo. No cree en Dios
ni en los milagros ni siquiera en los humanos, solo en el próximo acuerdo a su
favor.
Los únicos
acercamientos que han tenido con cualquier credo se ha limitado para limpiarse
la mea culpa.
Con la presencia del papa
Francisco a Cuba se cumple la tercera vista de un máximo jerarca de la Iglesia
Católica a la isla en un lapso de 17 años, privilegio que no ha recibido otra
nación predominantemente católica y con mucho mayor número de fieles.
No se trata de recelo
religioso, es una cuestión de geopolítica. La isla cuenta con 11 millones 239
habitantes. Mientras que Illinois, como ejemplo, tiene cerca de 13 millones de
50 estados de EU. Con un PIB abismal.
Aun así,
con toda la preferencia papal parece que a Francisco le hicieron manita de
puerco, le torcieron la voluntad de encontrarse con los feligreses católicos y
disidentes opuestos al régimen para no molestar al gran lord del comunismo
cubano, Fidel Castro.
A su arribo a Cuba el Papa
definió su agenda condicionada diciendo “mi saludo llega especialmente a todas
las personas que por diversos motivos no podre encontrar”. A pesar de que el papa calificó su presencia como una visita pastoral.
Lo que sí podrá hacer y
decir en EU, donde sí hay libertad de culto, de política y crítica, con todo y
sus defectos.
No obstante, en Cuba el Papa ofreció todos sus respetos
y reconocimientos a Fidel Castro a través de su hermano Raúl; se supone que
Fidel ya no está en el poder.
En su discurso de arribo
dio la impresión de que estaba pronunciando palabras directas a la dictadura
sobre el acercamiento con el exterior al decir: “es un proceso, signo de la
victoria de la cultura del encuentro, del diálogo, del sistema del acrecimiento
universal por sobre
el sistema muerto para siempre de dinastías y de grupos”. Pero concluyó
diciendo que era un deseo de José Martí. Se desmarcó.
En pocas palabras, fue a hacer
un acto de confesión de buenos deseos al púlpito marxista y no a oír sus
arrepentimientos. Pero en su peregrinación hará su comunión en un altar
político (Congreso de los EU), donde sí podrá mencionar a Dios libremente y
criticar a los infieles.