En
el muro de un salón situado en el interior de La Alhóndiga de Granaditas en la
ciudad de Guanajuato, Gto, México, lucen en bronce forjado las facciones del
Gral. Vicente Ramón Guerrero Saldaña.
El
delineado facial de este prócer, soldado
libertador de la patria, combatiente incansable que vio la luz primera el nueve
de agosto de mil setecientos ochenta y dos en la población asentada en el valle
de Tixtla, muestra rasgos de carácter y firmeza inquebrantables.
Allí,
en la majestuosidad de la Alhóndiga de Granaditas, edificio otrora emporio de
poderío y riquezas acumulados por el gobierno de esa comarca en la etapa
colonial en México; reducto de poder en donde comenderos y adinerados peninsulares sintieron el embate
de los oprimidos que se debatían en la
miseria y la desesperanza; en ese almacén, que fue tomado a sangre y fuego por las tropas
insurgentes comandadas por don Miguel Hidalgo y costillas, hay un bagaje
histórico cultural, y en éste, un sitial
destinado al Gral. Vicente Ramón Guerrero Saldaña, cuyo rostro esculpido
en metal coexiste con la rememoración de personajes, hombres y mujeres, que participaron
en el movimiento encaminado a la Independencia de México, gesta heroica que
inició el 16 de septiembre de 1810.
LOOR
A VICENTE RAMÓN GUERRERO SALDAÑA, CONSUMADOR DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO.