Como si se tratara de
un guion ya escrito, el derrotado perredismo se derrite como mantequilla pura
de vaca y con una acción por demás escandalosa y mediática, pretende cambiar
mantequilla de vaca por margarina elaborada con los aceites de más baja calidad.
La margarina, fue creada para consumo de “las clases bajas y los
ejércitos”. Los aceites son extraídos de semillas
oleaginosas usando altas temperaturas y a muy alta presión. Este proceso de
extracción enrancia los aceites y los carga con radicales libres que
reaccionan fácilmente con otras moléculas causando daño celular y
envejecimiento prematuro y otros problemas. El proceso final se realiza con disolventes químicos (hexano) que
resultan más rápidos y baratos, normalmente cancerígenos, que aunque posteriormente
son eliminados, no es extraño que queden trazas en el producto final.
Está metáfora de la mantequilla pura de
vaca y la margarina, es lo que el desfasado y oloroso a formol y entrado en
decadencia PRD, piensa hacer con el cambio “generacional” del que hablan los
chuchos por boca del trovador Carlos Navarrete. Cambio para que todo siga
igual. En la fachada, la mantequilla pura de vaca se obtiene después de un
largo proceso que comienza con la clase de vaca, la pastura que come y todo el
largo proceso que lleva a concentrar los componentes de la leche para lograr
una barrita de mantequilla pura. Esa si, bien amarilla y sabrosa. Lo anunciado
con bombo y platillo desafinado por el cantador de rolas de José Alfredo, es
pura faramalla, gatopardismo industrial, meras ganas de seguir en el negocio de
la franquicia llamada PRD. “Como entre ellos sólo quedan carchuchos quemados, no se les ocurrió otra cosa que acudir a
prominentes figuras que jamás los aceptaran…” (Rayuela de La Jornada).
Entre estos destacan Juan Ramón de la Fuente, José Woldemberg y Armando Bartra.
La salida de Cuauhtémoc Cárdenas y otras figuras conocidas del teatro político
nacional, que también se hicieron a un lado, impedirá que estos personajes
acepten unos segundos estar en el PRD ante la mafia tendida por los chuchos que
llevan años de manejar como negocio particular a este partido que en su momento
representó una esperanza democrática. O bien este cambio generacional es para
de plano no volver a tranzar con los Abarca, los Greg Sánchez, los Toscano y
con los dinos y velocirraptors del parque jurásico Atlacomulco y el pacto por
México.
Es penoso que el PRD haya llegado a esta
abismo de no credibilidad en tan corto tiempo. Al PAN le costaron décadas hasta
que llegaron las “concertaseciones” salinistas. El PRD, una vez que conocieron
el sabor de la miel y no el de la margarina. Se les hizo fácil cambiarle el
rumbo a un proyecto democratizador por una posición de palero exprés. Y así
como está ya la banda de informada y decepcionada del sol de margarina pura,
especialistas y gente de la calle, militantes y hasta el filósofo de
Cuahuchiles no les creen, pero nadita. De la margarina no sale mantequilla,
como del cartuchismo quemado, enquistado y rabioso podría salir un PRD
recargado y renovado. Ese si que es un sueño imposible por más vueltas que le
den: para entre otras cosas, seguir con el negocio y frenar por tercera vez las
aspiraciones de Andrés Manuel López Obrador, que al negarse a pactar con los
chuchos, lo van acusar de ser un peligro para México. Este estrambótico
numerito de los chuchos, sólo demuestra y pone sobre la mesa de los analistas
nacionales y militantes de a pie, que este partido ya no saldrá del hoyo cuando
menos de aquí a que fenezca este siglo.
De ahí que en Guerrero, las declaraciones
de Sebastián de la Rosa y demás connubios, tronos y potestades del estado más
violento del país, sólo sean chinampinas declarativas ante la debacle, que para
algunos no será tanta, seguirán con su diputación y fuero, protegidos de la ley
o tranzando libertad por servir al mejor postor sentado en el trono del poder,
o administrando sobre la cloaca de la corrupción a un partido vencido por las
ambiciones personales y sentado a la diestra del señor de los Pinos.
¿Manlio venció?
Cubierta la maldad con
una túnica del santo barón de Atlacomulco de apellidos Hank González, el grupo
que gobierna este país que pasó del país de las maravillas, al país de las
corruptelas presidenciales y de ciento de miles de asesinatos, periodistas,
mujeres y niños sicarios ultimados en apenas tres años de firmar y cumplir,
pese a negarse a repetir el modelo mexiquense; escoger a Eruviel y no a del
Mazo el primo. Para el relevo en el tricolor, EPN se amarró el dedo sangrante y
vislumbró en el futuro y en el de su partido, y antes de escoger a Nuño o a
Manlio, se inclinó por el sonorense y pactar con los viejos priistas del parque
jurásico nacional y jugársela para que en el 2018 se garantice la permanencia
del tricolor en la silla de palacio nacional, dada su notoria perdida de
personalidad televisiva. La figura del presidente ha caído a la fosa
clandestina de sus mismos correligionarios.
Habrá que esperar a que
las aguas nacionales se aplaquen en esta canícula que ha subido de temperatura
no sólo a la violencia sino a la clase política nacional que ya se juegan un
albur por donde ponerse a salvo para garantizar su futuro. En que secretaría,
senaduría, dirección, etc.
A un tal candidato nada ciudadano, alias “El Bronco”, ya le dieron línea los
empresarios regiomontanos ante el llamado de atención del secretario Videgaray
de que también habrá moches y trabajo en los macro proyectos de la presidencia
para los próximos nueve años si lo apoyan para llegar a la grande. Y como dicen
en el cerro de la silla si’iñor, le soltó los perros al tabasqueño que va en
patineta voladora para el 2018 ante la
desazón de la derecha clerical y empresarial y de la izquierda gatopardista