Moisés Sánchez Limón |
Trabajadores de Antropología e Historia y diputados
federales del Partido del Trabajo y de Movimiento Ciudadanos y algunas voces
alzaron la voz en defensa de los presuntos responsables del vandalismo desatado
el sábado último, 1 de diciembre. Los han calificado como presos políticos.
Sin duda, es una ofensa al sentido común dar el status de
presos políticos a estos vándalos que irrumpieron violentamente, en el
escenario político, con la abierta intención de evitar que Enrique Peña Nieto
rindiera protesta como Presidente de México.
Sí, ofende la pretensión de que la opinión pública se vuelque
a favor de una causa carente de sustento; vaya, no es defendible quien es
sorprendido in fraganti en la comisión de un delito. ¿Cómo defender a quienes lanzan
piedras, bombas molotov, petardos y lo que encuentran a su paso contra la
policía, reporteros, ciudadanos e inmuebles?
Salvo que estos
sujetos estén mal de sus facultades mentales, podría aplicárseles la condición
de inimputables y, por ende, exceptuarlos de la aplicación de la ley
sometiéndolos al amparo de la rehabilitación o de plano internándolos en
pabellones especiales, donde los ciudadanos estemos a salvo de las locuras de a
300 pesos por piocha.
Este martes, en la sesión del pleno de la Cámara de
Diputados, en la agenda política se abordó el tema de la violencia desatada el
sábado último por grupos autodenominados anarquistas que llevaban la clara
intención de generar un clima de incertidumbre al inicio de la nueva
administración federal, culpándola, además de represora y asesina.
Por supuesto, Ricardo Monreal Ávila, coordinador de los
diputados federales de Movimiento Ciudadano, evitó la rechifla e hizo mutis,
porque quien subió a tribuna para referirse al tema fue la legisladora Luisa
María Alcalde Luján, quien bordó en una pretendida defensa de aquellos
personajes pillados con las manos en la masa, aunque ella adujo que “su único
delito fue sucumbir ante unas fuerzas armadas que desproporcionadamente los
agredían y perseguían”.
La joven legisladora, igual que su coordinador y aquellos
que se rasgan las vestimentas desde espacios de #YoSoy132, tienen una visión
muy particular de los acontecimientos. Pareciera que estuvieron en otras avenidas
Juárez, Eduardo Molina y Paseo de la Reforma, donde las protestas habrían sido
tersas.
Sin duda es imperativo investigar estos hechos, lamentables
y condenables sea de quien fuere la mano que mece la cuna. Al calor de los
acontecimientos se hicieron conjeturas respecto de los presuntos responsables,
o por lo menos enterados de lo que acontecería. Pero vale preguntar a Ricardo
Monreal por qué la prisa de anunciar desde la tribuna de la Cámara de Diputados
que había un muerto, cuando la persona a quien se refería con nombre y
apellidos estaba sólo herida.
¿Por qué Andrés Manuel López Obrador apresuró la demanda de
renuncia de Miguel Ángel Osorio Chong a la Secretaría de Gobernación? Decíamos
que esas son ganas de joder al vecino, aunque no es así de simple porque ahora
resulta que López Obrador acusa el despliegue de una campaña en su contra por los
acontecimientos del sábado último, aunque nadie lo ha responsabilizado
abiertamente.
Pero, mire usted, si Andrés Manuel o personajes vinculados a
su causa son los autores del operativo violento, sería un contrasentido
jurídico dar la condición de presos políticos a estos individuos y el puñado de
mujeres detenidos in fraganti en la comisión de delitos tipificados graves. Si
ello ocurre, mañana habrá más atencos y “anarquistas” en la calle, embozados y
con machetes y piedras y bombas molotov en ristre para poner contra la pared al
gobierno federal y al de la capital del país.
Respeto, sí, al libre tránsito y el derecho a manifestarse.
Toda demanda social genuina es factor de unidad; pero es detestable toda
asociación que agrede, violenta, daña y ofende al ciudadano con el ñoño
argumento de que se está en contra de un Presidente producto de un dizque
fraude electoral, cuando más de 18 millones de personas lo eligió. ¿Por qué las
prisas de Ricardo Monreal y de Andrés Manuel López Obrador? ¿Presos políticos
libertad? Digo.