ISAIAS ALANIS TRUJILLO |
Los
Estados Unidos de Norteamérica, (no América para los cuates de las cintas
jolibudenses), ha tenido durante su historia, masacres organizadas, fingidas
como pretexto para entrar en los conflictos mundiales. La historia es larga y
llena de mendicidades fidedignas cuyo sentido tiene una respuesta en las
tragedias interiores. Lo acontecido el viernes 14 de diciembre en la escuela
elemental de Newtown, en Connecticut, Estados Unidos, cuando Ryan Lanza, de 20
años disparó a niños y niñas matando al menos a 26 personas. Este hecho, que no
es aislado, cubre con sombras de sangre la némesis de la casi ex potencia
mundial y lo cubre con pequeñas cantidades de cuotas interiores de sangre que
durante años han practicado los marines en diversos frentes mundiales, matando
a la población civil. Corea, Viet Nam, Camboya, Laos, América Latina,
Afganistán y hoy en día Siria y el triángulo del petróleo, son sólo una muestra
de lo que los Estados Unidos han infringido a naciones pobres, México no ha
sido la excepción, remember Texas,
Veracruz, Tampico y el Castillo de Chapultepec. Sin contar la exportación y
venta legal o clandestina de armamento, tecnología de guerra, de las cuales ni
México se escapó con la operación Rápido
y Furioso. Armas que entraron por la frontera con la anuencia del gobierno
de los Estados Unidos. País donde es más fácil comprar armas que caramelos o
trago. Incluso tener pistolas, rifles de asalto está protegido por la
Constitución, en la unión americana es más simple adquirir armas que droga.
La
némesis de lo acontecido en Newtown, es una muestra de la irresponsabilidad del
sistema que ha puesto al servicio de la sociedad una ideología militarista para
dominar al mundo. Los juegos electrónicos, la cultura del poder han hundido a
la nación yanqui en un almacigo de probables terroristas interiores. El Kukuxklán,
blancos nacionalistas, neonazis, antigay, neoconferdearos, Skinheads, entre
otros, asolan al mundo del american way of life.
Lanza,
se pasó de lanza y armado hasta los dientes, primero mató a su madre, un Edipo
armado y después como lo atestigua la policía: “Lanza entró a primera hora de
la mañana vestido con ropa negra y llevaba una máscara, un chaleco antibalas y
cuatro armas, un fusil Bushmaster calibre 223, una pistola Glock 9mmm y otra
SIG Sauer, detallado en la edición digital de 'USA Today'. Al parecer, las
armas habían sido adquiridas su madre…”. El multiasesino, es descrito como un
joven solitario, sin amigos que tras la separación de sus padres de una
relación de 17 años, se quedó a vivir con su madre, aficionada a los deportes y
al tiro al blanco.
El
cineasta, Michael Moore, en su artículo publicado en The Huffington Post había exigido a las autoridades revisar la
situación e impedir nuevas tragedias: “Hay una diferencia entre el resto del
mundo y nosotros: ¡en Estados Unidos tenemos dos Auroras cada día de cada año!
Al menos 24 estadounidenses mueren cada día (entre 8,000 y 9,000 al año) por
armas de fuego, y eso sin contar las armas que se disparan por accidente ni a
los que se suicidan. Si se incluyen, la cifra se triplica y supera los 25,000”.
“Matar, para nosotros [los estadounidenses], no es solo algo histórico (la
matanza de indios y esclavos, además de la guerra “civil” en la que el norte y
el sur se mataron entre sí)…” (14 de dic /Sin
Embargo).
La
suma de muertos, es de 26 hasta este momento, más el trauma vivido por los
niños y niñas que estarán marcados para toda su vida por la presencia de un
solitario Edipo armado a lo marine, que tras de ultimar a su progenitora, se
dirigió a su ex escuela elemental en Newtown, y
perpetrar un crimen absurdo y terrible.
La Némesis, diosa de la violencia retributiva se enseñorea en el imperio más
grande del mundo, entre otros atributos, castigaba a los hijos desobedientes
que no aceptaban el rumbo marcado por sus padres. Ryan Lanza, además de tener
problemas de identidad y de relación con la vida social, y cómo lo señalan sus
ex compañeros de robótica, era un genio con graves problemas que lo llevaron a
matar a su madre y a los infantes, es producto de un país conquistador, invasor
y genocida cuyo destino manifiesto se selló bajo la frase sangrienta con la que
dio inicio su fundación en tierras americanas, “un indio bueno, es un indio muerto”.
El
domingo 16 el paseo del Pendón tradicional, fue más de lo mismo. El gran
despliegue policiaco no impidió que los
oxxos, tenderetes y vendedores ambulantes no hicieran su diciembre con la venta
de chelas, trago y botanas. Lo único que se palpó fue la ausencia de las
carretas con toneles de mezcal. Creo, sin dudar a equivocarme, que además del significado
simbólico del paseo del Pendón, hay que nutrirlo de nuevas posibilidades de
crecimiento como una celebración del México Profundo. No es tan difícil, ni
tampoco tan fácil, pero de que se puede, se puede. Hay muchos ejemplos de esta
naturaleza en el país. Con tantita imaginación creadora, como escriben los
kabalistas, se le puede dar un giro de 360 grados a esta maravillosa reunión de
voces, cantos, danzas, comilonas y beberecua tradicional del Guerrero profundo.
De
reojo
Apenas
la Secretaria de Educación, Silvia Romero Suarez declaró la importancia de
revisar el sistema educativo de Ayotzinapa, y que éstos argumentos cayeran en
manos de gente sin calidad moral como la del diputado Evencio Romero, que se
lanzó a bala perdida contra lo mismo que él práctica; diversas agrupaciones
piden la destitución de la secretaria, demostrando sólo su insolvencia y las
ganas de seguir en el presupuesto sin trabajar.