“Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de
falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha
comenzado” -Epicteto de Frigia-
Entremés.
Mientras en las instalaciones de RTG, se escuchaban las notas
musicales de una tradicional música guerrerense. En el Congreso Local, el
titular de la oficina, era vapuleado con y por
"usos y costumbres" de representantes populares incómodos unos;
encorajinados otros; y, los más molestos por la forma de manejar la
"administración" de esas instalaciones.
Pero-la mala suerte- le tocó al periodista Misael Habana
delos Santos, pues esa oficina, desde que el ex gobernador José Fco. Ruiz Massieu, trajo las instalaciones
-con permiso cultural, no comercial- del
canal 22 como repetidora a esta entidad, ésta ha sido usada y manipulada para
los intereses de quienes han sido sus directores.
RTG, es y ha sido un estigma, no un referencial ciudadano por
ser una estación de radio para el transmitir del pueblo. Ha sido padroteada
por todos los titulares de esa
paraestatal. Solo han copiado modelo de otras estaciones de radio; pero ninguno
ha sido capaz de lograr darle el perfil como a las radios comunitarias y propias de ese giro parecido a las de Tabasco, Veracruz, Tamaulipas o de Oaxaca
mismo. RTG, es una pirujilla en mano de lenones.
Esa empresa o negocio ha sufrido los embates del saqueo desde
su creación, del hurto, del robo hormiga, sitio y antesala de campañas políticas;
de ruindad comercial; de indecencia
laboral; de perversidad y torpeza gubernamental (recordar el Vado de Coyuca de
Benítez, por no mencionar el otro nombre); de bellaquería y salaz
esparcimiento.
Hoy algunos representantes populares que saben y entienden la
finalidad de esa oficina. Bueno, quiero pecar de inocente; han puesto las
barbas de comunicólogo Habana de los Santos, no a remojar, sino a trasquilar.
Pero esto no va a terminar así. No, que va, será pero el fin de RTG, pues ante
los reclamos de los legisladores, el
“acusado”, pues lo llevaron con engaños a lasilla, habrá de tomar sus
medidas precautorias. No olvidemos que el maestro Misael, es reportero hecho en
las lides y línea de fuego, donde las palabras se comen crudas.
No os queráis verle como el gran Comendador del pueblo, Fernán Gómez de Guzmán,
en Fuente Ovejuna. Eso jamás. Si lo han visto sonreír ante el pleno de
concejales legislativos como en la película del “Silencio de los Inocentes;
mejor dicho: "The Silence of the Lambs", como el tal Hannibal Lecter,
eso sí, es harto peligroso.
“La maldición del chaneque” recayó en el profesor Misael,
cuando la historia debe colocar a todos y a cada uno delos directivos contra el
paredón, puesto que todos son garantes de culpabilidad de esos malos “usos y
costumbres”, que han despedazado un buen proyecto radial, que como el agua en
el desierto, se evapora. RTG, requiere de administradores, solo eso. Los
“genios” al carajo, eso es lumpen.
*sin.marca@gmail.com