viernes, 11 de enero de 2013

LA BLANQUIAZUL CRISIS DE LOS ROSTROS POR J.M. GOMEZ.



Si los razonamientos de  Hegel y  Carlyle acerca de una historia moldeada por los hombres mas celebres  y/o héroes de cada civilización, requieren de un escenario donde demostrar su validez, ese tiene que ser el que afronta actualmente la militancia del Partido Acción Nacional (PAN).  Luego de perder a un 50 % de sus militantes y 80 % de sus adherentes, resulta mas que evidente que el instituto político atraviesa por la que puede ser la peor crisis de su historia y no falta quienes se aventuren a formular las mas variadas teorías acerca del porqué de la desbandada, algunos opinan que en los 12 años de gobierno panista el partido se impregno de excesivo pragmatismo y extravió su identidad, que siempre se autodefinió como una fuerza política de derecha democrática, que pese a coincidir en materia económica con los gobiernos neoliberales del régimen PRIISTA siempre se habían conducido con un enfoque presuntamente mas socialmente responsable. Otros opinan que lo que afronta actualmente el partido es una crisis de liderazgo, desposeído de sus “vacas sagradas” no hay un personaje con el suficiente peso politico para revertir, en el futuro cercano el rumbo que ha tomado la bancada blanquiazul.
Pese a cambiar de colores, los viejos “usos y costumbres” del régimen permearon la estructura del partido que a partir del año 2000 encabezó los destinos de México convirtiendo así a Vicente Fox primero y luego a Felipe Calderón  en la voz cantante del organismo político y segregando a personajes cuya labor política para bien o para mal habían sido determinantes para la vida política del mexico contemporáneo: Diego Fernandez de Ceballos, Manuel Espino, Carlos Medina Plascencia, Santiago Creel la mayoría de ellos hundidos en el anonimato, alejados de los reflectores, quedando en su lugar a una camada de políticos  mas proclives a la servidumbre que al oficio político.
Nadie tuvo la minima prudencia para disuadir o hacer contrapeso a Felipe Calderon, de emprender una guerra contra el narcotráfico que se termino pagando con caudales de sangre, nadie para decirle al gobierno federal que una buena administración no solo consiste en reformar la constitución sino en la correcta implementación de la ley. Los síntomas del descalabro se advertían ya en la pasada contienda electoral cuando ante una campaña francamente pobre, el partido no pudo mas que perder su registro. Ahora, llegado el momento de saldar las deudas y pagar el costo, el PAN se ve a la deriva, con una bancada legislativa endeble y sin el apoyo de la gente.
Al final, tanto en la política como en la naturaleza, las poblaciones o las manadas solo siguen a los macho alfas cuyas fauces puedan asestar una mordida mas feroz o cuya sola presencia pueda resultar mas amenazadora para los enemigos, cosa de la que ahora carece el balquiazul que vislumbra mas como una presa asustada lista para ser comida por cualquier fiero depredador.