El
arribo de Luis Walton Aburto a la presidencia municipal de Acapulco, estuvo
precedida de tres derrotas políticas, pero de un enorme desarrollo político
partidista que llevo al antiguo partido Convergencia, a dar fin a un
ciclo para arribar a un nuevo no sólo esquema de hacer política, sino de buscar
los espacios de mayor estrategia política de acercamiento con la sociedad que
los otros partidos de izquierda, PRD y PT, tenían supuestamente en el bolsillo.
Su
idea fue desde el nuevo concepto de partido en Movimiento Ciudadano, MC,
conjuntamente con Dante Delgado Renauro, acercarse a los sectores sociales que
buscan una alternativa que reindivique una política social de izquierda, o
mejor dicho de centro izquierda, que a su vez contuvieran o al menos moderara,
la implicación depredadora heredada de las políticas, megalomaniacas y sin ton
ni son principalmente de los dos anteriores alcaldes, el Manuel Añorve Baños,
producto del priísmo depredador y de colusión
y Félix Salgado Macedonio, del ala cardenista –lópezobradorista, que
tanto arraigo tiene en Guerrero.
Cuando
el priísmo local –guerrerense y acapulqueño,- ha puesto el “no” por delante y
se encuentra en una encrucijada de pasión y tortura que lo lleva literalmente a la extinción en el
entramado social, abandonadas por la cultura del desprecio de las cúpulas
políticas que no se han hartado de medrar, y han puesto a la militancia en la
posición del “burro detrás de la zanahoria”.
Como
escribiera Joseph Coloner: “Hay que repensar la vida, para repensar la
política”, y este es el caso de Luis Walton Aburto, quien como ningún otro alcalde de las últimos
trienios salvo el caso del ex alcaldeZeferino Torreblanca Galindo, (antes de
que se perdiera), y de Alberto López Rosas, aplicado en el tren zeferinista, buscaron
dar nuevas perspectivas al H.Ayuntamiento, y al municipio enclavado en la bahía
más hermosa del mundo.
Como
el mito de Sísifo, Luis Walton Aburto, ha tenido que escalar y escalar para
toparse cada día, cada semana con nuevas
sorpresas para volver a subir: la mega deuda heredada, la obesidad del H.
Ayuntamiento con más de ocho mil empleados,
“el buró de crédito”, el faltante en el Ramo Tres (3), una ciudad conflictuada en su infraestructura,
abandonada y obsoleta, y en una encrucijada de inseguridad de enormes
proporciones y el campo literalmente abandonado, marginado con el rencor y el
coraje circulando por sus venas.
Las
respuestas se han tendido que buscar en la imaginación, con un discurso fuera
de lo común que proporciona nuevo material de análisis, incluso el aparato con
el cual opera, inaugurando con ello un dominio que no se domina más que con su
operación. Su discurso lo define diferente, y por momentos a parecido
insurrecto.
Sin
embargo no hay que acorralarlo, cuando la planeación estratégica que ha aplicado pareciera
salida de la contracultura políticaa la que nos tenían acostumbrados, y ha
Walton Aburto colocarlo en el “bordeline” de la antipolítica, en un municipio y
en un estado donde el “cachondeo” ha
sido sempiternamente lo más fácil y sitiado siempre en el camino más
incorrecto.
Acapulco
dejo de ser hace años la nostalgia que hoy nos abruma, empresario visionario,
abucheado por tiros y troyanos de la perpetua zalamería al alcalde en turno, no
busca los reflectores, busca a como dé
lugar pese a las críticas y las denuncias de la victimización que parece
abanderar, nuevas avenidas, sino es por la ilusión de los que han tomado el
relevo de la política y logrado con tanto éxito: obtener que generación tras
generación se acueste en el mismo lecho en que nació.
Ha
tomado suya la oportunidad de insurreccionarse a las baratijas de la política
de dejar atrás las “praderas quemadas”,
e iniciar el trazo de los cálculos firmes por venir, y parafraseando a Colomer: “ha repensado su vida, para repensar la política”. Email:
gernestorivera@gmail.com