domingo, 10 de noviembre de 2013

¡ME HUBIERA GUSTADO CONOCERLOS! Por Cesáreo Suárez Naranjo.

Hay personajes a los que nos hubiera gustado conocer. Si no ocurrió - o no a ocurrido, aún - es porque muchos ya han fallecido; y, otros, dadas las distancias, y las circunstancias. Entre otros, y para el caso, hay algunos que mencionaré en el curso de estos artículos (William Somerset Maughan, Jiddu Krishnamurti, etc.). Más, para empezar, mencionaré a uno de ellos (que sí conocí), actor mexicano - de cine, teatro y televisión - del que se van a cumplir (el próximo día 11 de noviembre) 31 años de que vino a Coatzacoalcos, a dar una serie de pláticas (no quiero llamarle, pomposamente, "Conferencias"). 

La primera de ellas la llevó a cabo en el Ateneo, patrocinado por Pemex (donde estudiaba literatura, con algunos amigos), y el tema, casi en su totalidad, fue acerca del desarrollo del teatro, desde sus orígenes, en Grecia, siguiendo, con Roma, pasando por "la" Inglaterra, y "la" Francia, de Shakespeare, y de Moliere; haciendo mención de los cómicos de la legua (Arlequín, Pantalón, Colombina, Scharamouche, Pierrot...¡oh, aquella canción, que oía en mi infancia: "Una noche triste estaba Pierrot, cantando a la luna sus quejas de amor, todas las estrellas lloraba con él, por la Colombina que fué tan infiel, Y yo que escuchaba su triste canción, le dije "tu pena...es mi pena de amor...somos compañeros del mismo dolor...por la Colombina que nos traicionó"...jíjole, que ya ha llovido!); ¡en fin!, habló de los "bululús", y otros tipos de espectáculos para llegar, finalmente, al teatro contemporáneo.

El actor a quien me refiero es SERGIO BUSTAMANTE, con una muy larga trayectoria. Recordemos algunas de las obras en las que ha trabajado: "Los Miserables" (en teatro y cine); "Cenizas y Diamantes" en televisión, "El Tejedor de Milagros", en la pantalla "grande". Señaló que un actor, sin importar cuánta experiencia tenga, siempre sentirá nervios antes de salir al escenario; y lo que tiene que hacer es a canalizar esa energía, para dar lo mejor de sí. Explicó, también, que para ser un "verdadero actor", no es suficiente con aprenderse el guión (libreto, argumento) de una obra, sino que, aparte, tiene que adquirir cultura familiarizándose, principalmente, con la literatura universal.

Al dar comienzo la tercera, y última, de esas conferencias (sostenida, esta vez, en la Sala de Cabildos), parecía que su plática iría por el mismo camino que la anterior, en la que dijo que "un actor tiene que someterse a muy duras disciplinas". Con ello dio un giro completo a su charla, y mencionó que - en cierta ocasión - viajó a la India, poniéndose bajo el cuidado de un "gurú" -comenzando a hablar de cosas  como "el misticismo y la levitación", los cuales sentí que ‘me tocaban de cerca‘. De ahí en adelante, su exposición versó sobre aspectos relacionados con el esoterismo, conocimiento con el cual empezaba yo, apenas, a relacionarme. Entre ellos mencionó ‘algo’ de lo que yo ya había encontrado en algunos de los libros de Carlos Castañeda y de Krishnamurti.

            Al dar lugar, Sergio, de que los asistentes pudiéramos llevar a cabo una ‘ronda’ de preguntas, a fin de interrelacionarnos con él, en mi oportunidad, sin ningún ‘empacho’, le lancé las preguntas que ya tenía preparadas. Permítanme recordar (lo más posible) parte del diálogo que se desarrolló entre él y yo.

             - “Sergio; ya que en su disertación tocó esos temas, ¿qué piensa usted sobre eso de ‘detener el mundo’, y de la ‘mutación inmediata’, de las que hablan Castañeda y Krishnamurti?”

            - “Ambas cosas” – contestó – “son bastante difíciles. Se pueden lograr, sí, siempre y cuando pongamos en ello todo nuestro propósito, cuando se tenga la suficiente disposición para alcanzarla”. En seguida dijo ‘algo’ relacionado con lo anterior, pero que me pareció que provenían de las enseñanzas de Lao Tsé. “Sí; poner todo nuestro propósito (recalcó), dentro de la idea del ‘hacer sin hacer’…”.

            Verdaderamente, la intercomunicación que tuve con Sergio me fue bastante útil; pues, además, existió un ‘flujo’ constante de ‘esa’ energía, la cual permaneció en mí mucho tiempo después que se había llevado la plática. Bien, pero, me preguntará usted ¿qué tienen que ver, con las pláticas de Sergio Bustamante, las ‘ideas’ que propone Krishnamurti? y, ¿cuáles son "esas"? Primero que nada, debo aceptar que esta es una de las tantas ‘digresiones’ en las cuales caigo (¡que ni hace falta decirlo! ¿verdad?). Pero, créame, pienso muy seriamente en las cosas "trascendentales", así que veamos una parte de la entrevista que Krishnamurti le concedió, allá por 1964, al periodista francés, Carlos Suares:

             J.K.- “…hay que morir para el tiempo, para los sistemas, para las palabras. Mientras exista en la conciencia un conflicto, sea el que fuere, NO HAY MUTACIÓN. Mientras domine nuestros pensamientos la autoridad de la Iglesia o del Estado NO HAY MUTACIÓN…Mientras nuestra propia experiencia se erija en autoridad interior, NO HAY MUTACIÓN…Mientras YO procure alcanzar altas virtudes de asceta; mientras YO CREA en una revelación...NO HAY MUTACIÓN…Mientras haya un ESFUERZO en pos de una MUTACIÓN, ¡NO HAY MUTACIÓN!...(y)…me veo obligado a agregar: ¡mientras haya pensamiento, NO HAY MUTACIÓN!...Muera usted para la Duración, para el concepto total del Tiempo. Para el PASADO, PRESENTE y para el FUTURO. Muera para los sistemas; muera para los símbolos…”.

            “Y, entonces”, preguntó Suares, “¿qué es lo que queda, si no es la desesperanza, la angustia, el miedo de una conciencia que ha perdido todo punto de apoyo, y hasta la noción de su propia identidad?”.


            J.K.- “Si un hombre me hiciera esa pregunta de tal manera, yo le respondería que ÉL NO HA HECHO EL VIAJE; QUE HA TENIDO MIEDO DE PASAR A LA OTRA ORILLA” (Usted, preguntaré, con todo respeto: ¿tendrá el valor para pasar "a la otra orilla?"). Con todos mis respetos.