El corredor de
maratón mañanero, aún en México, Felipe Calderón, al que lo sigue un tufo a
baba de perro del cerro de la Estrella, es perseguido por una jauría de
tuiteros tras su pronta llegada a una universidad gabacha a donde dictará
conferencias magistrales cuyos temas son: como preparar el “caldo de poquianchis a la vinagreta”, y su receta
exclusiva, “moronga con sangre de naco”. El mismos señor de los ejércitos, que
se arrepintió en pleno vuelo sobre el Castillo de Chapultepec de signar la Ley
general de Víctimas, y siguió con su plan divino trazado con bazucas y fusiles
de asalto, espera que los perros come tripas del Cerro de la estrella, se le
unan y les coman las manos a los miles de tuiteros que le siguen los pasos, y
de paso espanten a EPN, que en su intento por borrar el negro pasado del
panista, recientemente firmó la Ley enchalecada y con sombrero que le han
endilgado el nombre de “Ley Javier Sicilia”. El equipo de EPN, desató los nudos
chicaneros dejados por FCH y ya se publicó el Diario Oficial de la Federación.
Duro golpe al general perseguido por una bandada de chachalacas que pretenden
cobrarle derecho de piso por el uso indiscriminado de la frase, “haiga sido
como ídem”, anda a salto de mata y lo único que pide a sus rastreadores que no
lo lleven a correr para estar en forma al Cerro de la estrella porque como la
mayoría de los cien tantos millones de mexicanos, le tienen “mello” a vivir con
la violencia constitucionalizada con la que dejó al país el chupacabras verde
olivo que ahora vestirá la casaca de guarda bosques en una universidad gringa.
Y como la Gaviota que
acaba de estrenar cargo, le encargó a Javier Sicilia, que no besara a su muñeco,
el líder del Movimiento por la Paz y la Dignidad, sólo le obsequió un fuerte
abrazo y lo apapachó con soberbias palabras sin llegar a las manos ni a los
labios. De ahí que el tan anunciado encuentro amoroso, sólo resultó una simple
ceremonia donde cartulinas y mentadas no se escucharon en los noticiosos, pero
pese a todo, buen comienzo del presidente que a pesar de que los índices de
violencia no menguan, ha dado muestras de que su administración será un intento
de aliancitis aguda y crónica en este
país que se diluye en forma por demás escandalosa, trágica y festiva.
Y en este caos
llamado medios de comunicación, vecinos y colonos del Cerro de la estrella, en
la delegación Iztapalapa, en una superficie de bosque en partes arbolada el
pasado 29 de septiembre encontraron los cadáveres de una mujer, Shunashi
Mendoza y de un infante de un año. De acuerdo al peritaje de agentes de la
procuraduría capitalina, la mujer y el niño murieron desangrados. Días después,
unos “visitantes del parque hallaron el sábado los cadáveres de Alejandra Ruiz,
de 15 años, y su novio Samuel Martínez, de 16, quienes también perdieron la
vida por hemorragia. La muchacha le llamó a su hermana Diana, alrededor de las
19:00 horas para suplicarle ayuda dijo la hermana a un noticiero de televisión…”