Cualquiera con la mentalidad pejelagartiana diría que estos dimes y diretes en torno de la marihuana, son cortina de humo prohijada desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ocultar aviesos actos de gobierno.
¿Podría ser que se prepare el terreno para sentar jurisprudencia y permitir el uso “lúdico” de esta droga? ¡Ajá! Y qué de la reglamentación, qué de los controles. Porque la despenalización y el uso generalizado, siembra y comercialización de la marihuana es competencia del Poder Legislativo. Nada sencillo ni simplista.
Además, no es nueva la discusión encaminada a despenalizar el consumo de esta yerba. ¿Amnesia político legislativa? Por lo menos en el Congreso de la Unión, no sería el PAN cabeza de una iniciativa que despenalice el tema. El PRI ha sido, y no se debe perder de vista, el partido que en la Cámara de Diputados manifestó apertura a discutir y, eventualmente, aprobar un asunto de esta naturaleza; el PRD fue cauto.
El problema, empero, ha sido de comunicación como si ésta en los ámbitos Ejecutivo, Legislativo y Judicial se hubiese encomendado a bisoños comunicadores que no conocen de sinónimos y antónimos o creen que la sintaxis es un platillo exótico.
A menos que sea un despropósito esta mecánica de desinformar. Porque la tarde del miércoles 4 de noviembre de 2015, cuando los cinco ministros de la Corte habían dictado sentencia respecto del amparo incoado en busca de la protección jurisdiccional para producir marihuana con fines lúdicos, es decir, de juegos, la inmensa mayoría de los mexicanos pensó que los juristas habían dado banderazo al juego libre con la marihuana.
¡Marihuanos de México uníos! Al grito de más si osare un extraño enemigo, la desinformación oficial corrió libremente por las redes y los medios de comunicación. Cada quien traía su versión pero nadie, nadie, fue capaz de enlistar un A, B, C del fallo de los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y sus consecuencias.
No, la nota fue amarilla, privilegió una mentira descomunal: MÉXICO DESPENALIZA EL USO DE LA MARIHUANA.
Incluso medios extranjeros de la talla de The Washington Post y The New York Times dieron por hecho la apertura al libre consumo, producción y comercialización de esta droga. Y todo porque la Secretaría de Salud de la mano de la Secretaría de Educación Pública y sus instancias especializadas en temas de esta naturaleza, no fueron capaces de elaborar un esquema preventivo en torno de esta discusión cuando se analizaba en la Corte y se elaboraba el proyecto que finalmente fue aprobado por mayoría de los ministros.
Bueno, hasta el vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez, convocó tardíamente a una conferencia de prensa para, junto con el consejero jurídico, Humberto Castillejos Cervantes, abonar en este escenario de desinformación, cuando el presidente Enrique Peña Nieto había sido claro, horas antes, en su postura respecto del fallo de la Corte y lo que proponía como jefe del Ejecutivo Federal.
Flaca memoria que hoy convoca hasta foros públicos con especialistas, académicos, constitucionalistas, médicos, psiquiatras, burócratas de medio pelo, comunicadores y hasta periodistas, con ausencia de un representante de la comunidad aficionada al uso lúdico de la cannabis índica.
Veamos. Respecto de la producción, tráfico, consumo y consecuencias en la salud humana, de la cannabis indica ha habido históricamente un debate polarizado entre buenos y malos, como el cielo y el infierno.
En México –y sin duda en otros lares de diferente ideología, idioma e idiosincrasia-- el calificativo de marihuano ha tenido la acepción discriminatoria hacia quien consume la marihuana o mariguana, como se le quiera llamar, de cualquier manera el efecto no varía según el número de fumadas. En fin.
Sin embargo, la era global de la modernidad y los saltos tecnológicos prácticamente han llevado de la mano a una nueva condición de respeto y tolerancia por quienes piensan diferente o tienen diferentes hábitos. Diríase en esa laxitud del respecto al consumo ajeno es la paz, paráfrasis de Benito Juárez que, en su tiempo, dio el salto político de romper con el poder fáctico de la Iglesia Católica con el poder político civil.
Y esa sui generis Santa Inquisición decimonónica de los grupos radicales ungidos como heraldos de la palabra divina y las buenas costumbres de las hermanas de la veladora perpetua y el santo rosario, pretendió pasear el pellejo del oaxaqueño y ofrendarlo en la hoguera como escarmiento a los ateos que habían confiscado los bienes clericales.
Sin duda el extremo, éste sí de verdad y con sangrientas consecuencias, fue el enfrentamiento de católicos y camisas rojas, es ejército de jóvenes socialistas reclutados por el gobernador tabasqueño Tomás Garrido Canabal y que el presidente Plutarco Elías Calles utilizó para perseguir a cristeros en esa bárbara guerra en nombre de Cristo Rey.
Hoy, en cambio, pese a la contestataria impronta de grupos radicales de derecha y ultraderecha, amén de quienes en público se persignan y en privado maldicen, por mayoría de cuatro votos en pro y uno en contra, los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación fallaron a favor de un recurso de amparo incoado por la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART), toda vez que fue rechazada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) la solicitud de permiso para que sus integrantes cultivaran su marihuana para autoconsumo.
Empero, el solo anuncio de que el amparo al que recurrió este grupo había sido admitido para su análisis, discusión y votación en el ámbito de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, provocó un falso debate porque todo el mundo festeja una falsa apreciación. La Corte amparó a ese grupo mas no despenalizó el consumo generalizado de cannabis y mucho menos avaló su siembra, cosecha y comercialización.
Además, los coordinadores de las diferentes bancadas en la Cámara de Diputados sólo tienen que descongelar archivos para percatarse que no es nuevo el asunto y que es ocioso volver a andar el camino que otros diputados, por lo menos en la pasada LXII Legislatura federal, como el perredista Fernando Belauzarán, convocaron a un debate público en torno del tema.
No hay que equivocarse ni echar campanas al vuelo e invocar, en la paráfrasis marxista, “¡Marihuanos de México uníos!” Este miércoles por la tarde todo el mundo opinó a favor y en contra. Pero, la verdad, el que esté libre de culpa que lance su primer churro. Legislar no es igual que amparar. Conste.
VIERNES. No hay que perder de vista la nueva mecánica de comunicarse del presidente Enrique Peña Nieto. Sus discursos no le dan vuelta a temas como los críticos por encargo y el desprecio por las maledicencias. Tocar lo del fallo de la Corte respecto del uso de la marihuana, personal y directamente, sin medias tintas, es buena señal. ¿Por qué se rajó Andrés Manuel en la entrega de su proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México? Dice que no quiere incurrir en politiquería. ¡Ajá! ¿No es eso lo que ha hecho en busca de la Presidencia? Digo.
@msanchezlimon