En plena guerra por la presidencia entre los delfines de EPN, esa carrera está al rojo vivo. Los que mayores daños tendrían que tapar con otro muro de Berlín y un escudo protector analógico son; Luis Videgaray, Osorio Chong y Aurelio Nuño, al menos los visibles, porque por José Antonio Meade Kuribreña no votaría por él ni su familia cercana.
Lo explosivo de esta carrera es que en su desesperación Osorio Chong, en espacios triple A le echa la culpa de que la seguridad de Guerrero se debe a la incapacidad de Aguirre Rivero y Ortega Martínez; “porque [en los gobiernos anteriores] no se formaron instituciones, no formaron nuevos policías, no los capacitaron y no había controles de confianza, por lo que era muy difícil tomar la acción que le correspondía al Gobierno de Guerrero, y se lo dijimos al Gobernador [Ángel] Aguirre y al Gobernador interino [Rogelio Ortega]”.
Y ya con ánimo conciliador toma la palabra a la mitad del foro ensangrentado de Guerrero en donde masacraron a una familia en las inmediaciones de Chilapa y no sirve para nada y es inútil el programa diseñado para un Guerrero seguro.
En ese tenor dicta verdades a medias: “Se lo dijimos a sus secretarios de seguridad que tenían que formar sus propias instituciones, por lo que hoy son las consecuencias las que se están sufriendo en Guerrero, pero más que lamento, lo que tenemos que hacer es tomar acciones”.
Con todo respeto, señor secretario, es una perogrullada, es como si el ex gobernador Yarrington fuera el causante de la violencia en Tamaulipas o EPN, en la galopante corrupción que campea en todo México.
En Guerrero, en su momento Zeferino Torreblanca, dijo “yo solo no puedo contra el crimen organizado”. Tal parece que el Secretario de Gobernación, encargado de saber todo sobre México, ignora que la violencia en Guerrero es endémica y viral; y se ha convertido de una enfermedad crítica a otra de carácter terminal que se auto multiplica y no termina por sanar y sólo permanece en un estado latente de agonía donde la pobreza es su principal motor.
Osorio Chong como lo indica un diario en línea, se lamenta de las acciones y omisiones de los mandatarios de Guerrero. Lo paradójico es que el programa México Seguro se echo a andar en Guerrero y ha sido ineficaz y baladí. ¿Cómo es posible que siendo Guerrero la entidad donde se pone en marcha uno de los operativos federales de seguridad mas grandes del país, Guerrero sigue entre las llamas de la violencia.?
No creo que al rato, Osorio Chong le eche la culpa de la violencia a Héctor Astudillo. Sería otra incongruencia desesperada por seguir en los reflectores electorales para el 2018.
El secretario de gobernación requiere de una limpia total. Porque se va dar un tiro en el pie, si al rato culpa a Astudillo de la violencia en Guerrero. No señor secretario, así no se diseña la política pública en materia de seguridad.
¿Cómo es posible que el programa Guerrero Seguro no haya detenido a ningún delincuente de pedigrí desde que fue instaurado?
El actual gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores no tiene nada que ver con el pasado de sangre, tampoco Ángel Aguirre y mucho menos Rogelio Ortega.
Póngase a pensar señor secretario y saque sus conclusiones, la guerra de las drogas no es de este tiempo, como tampoco el oro de sangre que trata de doblar a los guerrerenses y convertir sus tierras en campo de guerra para que luego, “entre manotas” y se lleve el oro, el único metal que no se devalúa y del cual Guerrero es uno de los territorios de América, de los más ricos y por el cual se puede matar, doblar a los pueblos, desaparecer e incinerar no importa lo que le cueste al partido en el poder o a la oposición. Esa es una consigna y una acción imperial.
Una súplica: no haga declaraciones con cierto tinte electoral difuso y en caída libre al abismo.
De reojo
Sr. Osorio Chong, ¿lo que pasó ayer miércoles en Tixtla también es culpa de los gobiernos anteriores?
Es una consecuencia de años de solapar a los delincuentes.
Cheque usted la agenda de Guerrero y del país.