martes, 6 de diciembre de 2011

ATOYAC, ENTRE HOMBRES, MUJERES Y UN MARICA. Jorge Luis Falcón Arévalo


LOS ASPIRANTES PARA LA ALCALDIA DE ATOYAC, ENTRE HOMBRES, MUJERES Y UN MARICA.
Por Jorge Luis Falcón Arévalo 
La competencia es de personalidades de características algunas peculiares y típicas; otras, rayan en lo absurdo e incoherente. Pero hay una que se debate entre lo bocón y lo marica. No soy homofóbico; pero es repugnante que un hombre presente características de damisela y pretenda parecer hombre; ya no en el sentido estricto de la palabra, sino en su forma y fondo.
Tanto del PRI, como PRD, PAN, Panal, Movimiento Ciudadano y el escaso verde ecologista (partido que le cuesta mucho dinero a la sociedad mexicana y que es patrimonio de una familia de sabandijas como son los González Torres y González Martínez. Organismo que deberá desaparecer en un país que le agobia la pobreza y el hambre, ante lo desnaturalizado de estos engendros. Y la sociedad que lo permite.
Lo cierto es que en la comarca cafetalera, solo el PRD y el PRI, buscan solucionar el enredo para encontrar cada fracción política su candidato. Aunque hay unos que se nombran “Aguirristas”, que ni son priistas, ni perredistas, sino unos híbridos, advenedizos, forasteros y tal vez, cuatreros de la política; pues no está inscrito en ningún lado del IFE, una organización con ese término. Son solo una especie en el “limbo” en espera de mejor ocasión. Son como una especie de comodines de afeminación; pues el perfil psicológico de estos ni los hace de un color amarillo, menos tricolores y se mueven de acuerdo a sus conveniencias, a sus provechos y beneficios.
Los panistas, esperan la señal. La misma de hace años. Panal y Movimiento Ciudadano, solo son franquicias para endosarlas a quien va en alianzas. Esa es la puerqueza de un sistema que no sabe del arte de la estrategia, como parte de una ciencia que ha muerto; para convertirse en un jaloneo de intereses y/o utilidades.
Pablo César Solís Nava, Juan Carlos Pérez González y Agustín Sotelo Aguilar, Edilberto Tavares Cisneros, combaten de frente, buscan, se enfrentan y arremeten con su verborrea ante el irresoluto e indeciso electorado, buscando con esas frases y oraciones muy propias de la grilla, escarbar dentro del alma de cada ciudadano, el voto. Instruidos si, exitosos en sus áreas profesionales. 
Hombres fraguados en sus áreas específicas de su quehacer laboral. Denotan esfuerzos, demuestran sus capacidades, para lograr su meta. Avasallan con sus místicas y sus propios destinos, el camino que los lleva a darse a “querer” dentro del que emite y sufraga en las boletas y se cuenta ese signo en las urnas.
Tal vez con esfuerzos lo haga Isaías Eduardo Gómez Ozuna, aunque su perfil siempre es el de estar a la espera de la caza de lo que “ocurra” primero. Se agazapa y atisba; pero su lucha es escasa. Prefiere seguir la instrucción del “sí señor”. Juan Méndez Nogueda, se placea del brazo de sus “palancas”, pues ni caso en una persona así. No hay ejercicio de la praxis política. Busca el clásico “dedazo” ¿Conviene a la sociedad atoyaquense un tipo con esas señas? ¿El voto, pa’ dónde?
Cada quien con su dios y cada quien con sus terrenales poderes, para allanar caminos o disciplina, si la voz del mandato se los pide o exige. Sus influencias, valen.
Rocío Mesino Mesino, líder aguerrida, admirada por su valor entre hombres y mujeres del campo. La sierra del Sur, su bastión de lucha. También, hace su parte en la prosapia de una familia de luchadores sociales; y, se enfrenta a diario en busca de ser apuntalada en sus aspiraciones. La única fémina que se avienta al ruedo. Y es una característica de ella, ser de temple, de brío, de “garra”.
José Castro Castillo, de no muy gratos recuerdos por las calles donde reside, pues es dado los fines de semana a “empedar” musicalmente a los vecinos con sus notas melodiosos que violan los decibeles permitidos para el ser humano y que rayan más allá de un castigo monetario, sino carcelario, pues aún sin el poder que le brindaría ser representante popular, se da las ínfulas de un gran señor de horca y cuchillo, cuando solo llega a ser un demandante defensor de “enternecidos” cerdos; léase cuches. Pero que además pierde el caso en legendaria historia que lo perseguirá toda su vida. Bueno parte de lo que le queda. Un hombre que violenta la tranquilidad de los demás, solo merece el voto… ¡del destierro!
Corral Falso, presenta al héroe desconocido; al hombre que solo recibe indicaciones e instrucciones de un tipo torvo y gandalla como lo es el legislador Faustino Soto.
Encasillado y nombrado como “el loco del pueblo”, por sus típicas actuaciones ante la población; deja mucho a la imaginación y a la historia de un pueblo que es dado a tejer las más chistosas leyendas. Tony Radilla, un personajero entre la risa y la carcajada por sus frases incongruentes acerca de la polaca y sus ideas inoportunas acerca de lo que es un proyecto de gobierno. Si éste es aspirante a la silla municipal atoyaquense Javier Galeana Cadena, es hombre. . . ¡de principios!
El ex beodo, resulta que tiene tras sí una historia de melodrama, tragedia e infelicidad. Después de haberse pasoteado por todos los organismos políticos, no quiere hacer fila; pretende ser temerario; pero es miedoso y pusilánime… bueno cobardón.
Resulta que ha buscado a toda la familia de parte de su hermano Pepe Téllez, aquel del trio de dueños -antes diecisiete- del Diario que le dio nombre al periódico; y, que además que tiene el en misterio de la demanda a más de 18 familias en la desesperanza de no haberles pagado liquidación alguna. Vacaciones, tiempo extra y demás prestación que la ley demanda. Entre ellos al pasquinero  de chilapa Pablo Alonso -¿Para qué sirve un sindicato?-, hoy naturalizado atoyaquense. Pepe, otro inhumano empresario, que se olvida de niños y ancianos si habrán de comer o la esperanza de que les sea finiquitado el salario ya devengado, en esta navidad. ¡Servido Nacho y Francisco Javier! Busca al fraterno  con el anhelo de “salvarlo y protegerlo” por sentirse “perseguido” por la prensa que habla de sus pillerías, de sus bribonadas, de todo un vividor profesional. ¿Quién no ha sufrido las consecuencias de sus trastadas de que le organicen recepciones -comelitonas y bebidas gratis- en sus visitas domiciliarias? Cuando como todo bribón, señala que “él hace campaña sin un centavo” Así es. Lo hace a costillas de los demás. Esquilmando incautos. Que lo desengañen el trío de pelmazos que le acompañan, que le han puesto autos y dinero, para que se desplace éste desviado, que como todo marica, busca auxilio y apoyo. Para esto expuso ante la vergüenza a toda su parentela, como él, faltos de inteligencia y buenos modos. Algunos, como le conocen, lo obvian; otros, se lamentan que tengan un familiar tan amanerado, teatral y falso, que solo ande como el Tony, por la región cafetalera, rumiando su desventura.
Sus quejas en una reunión seria, para tratar asuntos de la política entre los perredistas, solo demostró, Javiercito, su escasa hombría. Sorprendió su queja, lamento y sollozo a los presentes. “Solo le faltó lloriquear”, dijo uno de los concurrentes, pues ni caso su lamentación, en esa reunión. Otro de los presentes en una reunión donde se quejó éste remedo, uso otro epíteto impublicable.
El haber modificado, transformado y retocado un texto periodístico -que la monumental mediocre de su mujer, en mal momento para este granuja- le puso la soga en el cuello, pues violó la ley. Y eso tiene nombre: ¡Te puso chinqueque, ante la justicia! Los barcos cuando se les abre un boquete, se hunden. Cierra la boca, pues entre más la agranda, le entra agua y se hunde. . . Ha dejado Javiercito huellas de su ignominia e infamia, y sabe bien en donde y por dónde. . .