Pese a contar con una semana, para definir demandas o querellas en contra de quienes llevaron a la bancarrota no tan solo a la comuna de Atoyac de Álvarez, ésta deberá actuar y proceder de acuerdo a las indicaciones de tiempos y formas que otorga la Ley y de las indicaciones precisas de la Auditoria General del Estado (AGE); sino que se causó con la no circulación monetaria severos daños irreparables en el bolsillo delos atoyaquenses; además, de riesgos económicos en diversas empresas y negocios que empeñaron material y enseres y que hasta la fecha no han sido cubiertos.
Empresas de cemento y
materiales diversos como eléctricos, han sucumbido ante instancias legales por
ese ausente u olvidadizo pago de la administración pasada. Que se niega a
enfrentar sus deslices económicos entre
el cinismo y la vacuidad existencial, por ser decentes y honrados.
Recogerán en breve una
empresa de la ciudad de Puebla por vía judicial, bienes muebles e inmuebles de
los atoyaquenses. Como lo es la Unidad deportiva, conocida como “La Mariscal”,
que no logra cubrir el monto de la demanda. Cabe declarar que en este tenebroso
y peliagudo asunto del ex edil perredista, el Ayuntamiento sirvió de aval -acción
fuera de la ley- para otorgar millonarios préstamos a diversas personas, de las
cuales se cree son prestanombres por un lado; y, por el otro, sean nombres ficticios,
para apañarse el empréstito de alto volumen de dinero.
En la mira de estos
negociantes " la Unidad Deportiva Mariscal", por adeudo de 21
millones de pesos, que Carlos Armando Bello Gómez signó al ayuntamiento como
aval, cuando ello es violatorio a la ley. Siendo particulares los beneficiados,
los favorecidos. Mientras unos callan, la información llega, fluye.
Cabe resaltar en voz de los
abogados de la negociación poblana, que “el primer ex edil hizo pasar estos
adeudos como “deuda institucional”, argumento que fue desechado por un leguleyo
de quinta, pues éste tipo de transacciones, no son válidas para la Auditoría.
Porque carecen de fundamento comercial y jurídico.
Hasta el momento se han
notificado no tan solo ese tipo de adeudo, sino que hay otros que rebasan los
más de 25 millones de pesos, entre demandas y querellas. Deudas y ausencia de pagos.
Donde se involucran no tan solo al ex alcalde, de esa franja perredista del Sol
Azteca, sino al ex abogado (a quien
tratan como inexperto del Derecho penal y jurídico), el ex secretario general y
el ex tesorero.
Toca a esta administración
asumir la responsabilidad que le corresponde para dilucidar este asunto que
hunde más a la sociedad atoyaquense, en
una ausente obra social, préstamos leoninos bancarios, asechanza de cobradores
foráneos y latrocinios que laceran la economía de este vilipendiado girón de
tierra, ya no de héroes, sino de ladrones.