Destaca que es necesario que el derechohabiente acuda a revisión dental dos veces por año
Una mala higiene bucal, así como el consumo continuo del tabaco (ya como una adicción) son factores que desarrollan con facilidad padecimientos periodontales, advirtió el supervisor de Estomatología del IMSS Guerrero, Carlos Roberto Torres Ayala.
Detalló que estos padecimientos pueden considerarse comunes, aunque precisó que no tendría que ser así, si una persona tuviera buenos hábitos de forma permanente y visitará a un dentista, por lo menos dos veces por año.
Informó que las enfermedades periodontales pueden variar desde una simple inflamación de las encías hasta un padecimiento grave que puede dañar los tejidos blandos y los huesos que sostienen los dientes. En los casos más graves, las piezas dentales se caen.
Este padecimiento se registra más en hombres de 30 a 50 años y en algunos casos en mujeres embarazadas, informó el supervisor delegacional Torres Ayala.
El especialista explicó que si la enfermedad de las encías deja de avanzar, progresa lentamente o empeora, pero “ya dependerá mucho de cómo se cuide los dientes y las encías diariamente desde que recibe el diagnóstico”.
Torres Ayala informó que la enfermedad se genera porque la boca está llena de bacterias, las que junto con las mucosidades y otras partículas forman constantemente una placa pegajosa e incolora que se deposita en los dientes, por lo que el cepillado y el uso de la seda dental ayudan a eliminar esta placa.
Cuando la placa no se elimina, se endurece y forma unos depósitos llamados "sarro" o "tártaro", que el simple cepillado no puede remover. “Solamente una limpieza profesional hecha por un dentista o higienista dental puede eliminar el sarro”, mencionó.
Informó que mientras más tiempo permanezcan sobre los dientes esa placa y el sarro es más dañino, debido a que las bacterias causan una inflamación rojiza de las encías, lo que se diagnostica como “gingivitis”.
“Si la persona tiene gingivitis, las encías se enrojecen, se inflaman y sangran fácilmente. La gingivitis es una forma leve de la enfermedad de las encías que, por lo general, puede curarse con el cepillado y el uso de la seda dental a diario, además de una limpieza periódica por un dentista o higienista dental”, relató.
Esta forma de enfermedad periodontal no ocasiona pérdida del hueso ni del tejido que sostiene los dientes, por lo que reiteró que es indispensable que la población en general deben general una cultura del buen cuidado de la boca desde temprana edad.
La gingivitis es la tan sólo el primer paso de una enfermedad bucal mayor, y de no tratarse se convertirá en “periodontitis”, que es una inflamación alrededor del diente.
En la periodontitis, las encías se alejan de los dientes y forman espacios o bolsas que se infectan -también conocidos como postemillas-, comentó el especialista. Ante esto, el sistema inmunológico del cuerpo “lucha contra las bacterias” a medida que la placa se extiende y crece por debajo de la línea de las encías.
Con este padecimiento dental, las toxinas de las bacterias y la respuesta natural del cuerpo contra la infección empiezan a destruir el hueso y el tejido conjuntivo que mantienen a los dientes en su lugar.
Torres Ayala insistió que cuando la periodontitis no se trata debidamente, los huesos, las encías y los tejidos que sostienen los dientes se destruyen. Con el tiempo, los dientes pueden aflojarse y hay que sacarlos.
Los factores de riesgo para las enfermedades periodontales son: fumar, cambios hormonales (situación que provoca que algunas embarazadas lo padezcan-, diabetes, padecer otras enfermedades como cáncer o Sida, debido a que los tratamientos pueden perjudicar la salud de las encías.
Los síntomas de la enfermedad de las encías son: mal aliento constante, encías rojas, inflamadas, muy sensibles o sangran, dolor al masticar, dientes rojos y sensibles, encías retraídas o dientes que se ven más largos de lo normal.
Indicó que la salud bucal también es parte de la estrategia Chécate, Mídete, Muévete, ya que el derechohabiente tiene la obligación de checar su salud buco-dental y acudir al médico familiar para una revisión rutinaria y de considerarlo, canalizar al paciente con el especialista.