jueves, 30 de octubre de 2014

MIRADA INTERIOR EL ZOON POLITIKON Y LA PRIMAVERA MEXICANA Por: Isaías Alanís

Intentar escribir una cartografía política del impacto en México y el mundo de los hechos de Iguala, es dramático y patético. El Zoón politikón, concepto acuñado por el estagirita que proviene de dos palabras griegas clave, ζον: animal, y πoλίτικoν: social o político. Aristóteles lo escribió pensando en futuras zoologías fantásticas, sangrienta y muy reales en su libro 1 De política. Para hablar en plata esta expresión del pensamiento occidental, define al ser humano como  “animal social” o más específicamente “animal político”. Suponía Aristóteles que sólo los seres humanos  a diferencia de los animales poseía la capacidad natural de relacionarse políticamente, o sea crear sociedades y organizar la vida en ciudades-estado. Ahora se sabe que hay muchas especies animales que viven en comunidad, o sea, que no existe tal diferencia. Somos animales políticos ni más ni menos.
Un postulado aristotélico sobre la naturaleza del ser humano afirmaba que sólo el individuo se realiza plenamente en sociedad. Y retomando la secuela de mitos clásicos afirmó los “que son incapaces de vivir en sociedad o que no la necesitan por su propia naturaleza, porque son bestias o dioses…”.
¿Y por qué Aristóteles anda de metiche en el caso Iguala? Por simples razones elementales. En una sociedad como la que se ha construido con paciencia y salivita como la mexicana, este concepto del pasado, ya no es válido. La “bestia aristotélica” ha rebasado al animal social.
El reciclamiento del concepto no ampara a la democracia ni de sus propios monstruos que se han convertido en términos aristotélicos en “bestias y dioses” amparados en el limbo donde la ley de Herodes impera y la ilegalidad-legal de los Kalashnikov de igual forma. La CETEG es un ejemplo de estos monstruos que el Zoón politikón a la mexicana  ha creado desde las cañerías de Bucareli. Y que ahora es imposible detener porque en su accionar está su existencia y razón de ser miembro distinguido de la fauna política que se enseñorea en México.

El ADN priista chocó de frente contra los argumentos de padres, amigos e invitados quienes el pasado miércoles se reunieron con EPN, mientras en Chilpancingo, hacían de las suyas derribando una puerta de la Casa de Gobierno.
El quid de todo esto radica en que el gobierno de muestras de certeza sobre el verdadero destino de los desaparecidos. Mientras eso no suceda, las protestas y las advertencias inducidas en los diarios más importantes del mundo por el Departamento de Estado Norteamericano, ha desnudado el verdadero rostro de la democracia mexicana.
La vaporera nacional está a punto de reventar. Hay protestas en ciudades, capitales, pueblos, escuelas de todo tipo. La Primavera mexicana oscila entre el abismo y una salida urgente y creíble. Ya no se puede tapar al sol con un chayodedo mediático. Las redes sociales van adelante de los diarios y publicaciones con el peligro de difundir mentiras o causar pánico en la población y ser utilizadas como arma sicológica. 
El gobierno de la republica tiene que dar una respuesta tangible y que el golpe de timón, para usar las palabras trilladas del presidente, “tope donde tope” que realmente se cumplan. Esta es la prueba de credibilidad que la nación demanda de los gobernantes. Si la respuesta está en el viento o en los entresijos de una retórica cantinflesca, la Primavera mexicana va continuar y con mayor brío.

En el estado de Guerrero, que ha sufrido casi todo en las tres últimas décadas: muertes de luchadores y de inocentes, violencia extrema en Acapulco y las regiones del estado, y recientemente dos meteoros maléficos que despedazaron la escasa infra estructura de esa entidad federativa y dejó en la orfandad a miles de mujeres, hombres, niños y ancianos, pese al aplicado ejercicio de un presidente itinerante, aún en ese segmento, ni el programa Nuevo Guerrero, podrá de aquí al 2018 abatir los rezagos ancestrales del estado.
Y en medio del caciquismo ramplón o de verdad que se desmorona en un estado donde la transparencia va a la zaga y alcanzar una responsabilidad social es ganarse la lotería. Con una clase política agachona y ensarapada en el anhelo de no quedar descobijada para los comicios del 2015,  pese a la crisis enorme que amenaza con descarrilar al presidente EPN,  mientras la CETEG y normalistas tienen como rehén al estado con las 22 alcaldías más importantes tomadas y paralizado al estado. ¿Qué hacen los grupos de poder de los partidos mayoritarios de Guerrero, sus cúpulas, cenáculos y amigos que los acompañan? Y ¿que le proponen al gobernador sustituto para salir de la crisis?. La inmovilidad, el ostracismo, no es asunto mío, eso les pasa por culeis, no saben gobernar. ¿Cuál es el argumento?

Y la famosa sociedad civil de Guerrero, ¿bajo que sábanas de terciopelo o de saliva está escondida? Salvo Tlachinollan que encabeza la defensa de los normalistas con Vidulfo como cabeza visible,  ¿dónde están los descendientes de Guerrero y los Galeana que en eventos oficiales se desgañitan con discursos gargareados, ejemplo fiel de la oratoria del siglo antepasado por su retórica cursi y desteñida, o en alabanzas a la lucha revolucionaria setentera, desfasada y demodé, cuyo eje es una “izquierda” chipilona, mansa y con precio?
Mientras Guerrero sea casa tomada y no le salgan al toro por los cuernos, sometido el federalismo, al tomar posesión de Guerrero, que digan la verdad y agarren a quién tengan que pescar, “tope donde tope” y que les digan la verdad a los padres de los desaparecidos por muy desesperanzada que sea o que los presenten con vida y que dejen al gobernador catapultado por una simbiosis entre la realidad y la ficción.
Y entre paréntesis? urge meter el nuevo presupuesto a la federación ¿Quién lo va hacer?
Y en medio del nacimiento en septiembre de la Primavera mexicana, en pleno otoño se le puede armar un  Watergate al presidente escuchante de los desesperados en los Pinos.

Y que el Zoón politikón aristotélico no se quede en esa definición onomatopéyica sobre los hombres de este tiempo: “que son incapaces de vivir en sociedad o que no la necesitan por su propia naturaleza, porque son bestias o dioses…”.