jueves, 30 de octubre de 2014

ENTRESEMANA Río revuelto Moisés Sánchez Limón

Cuestión de los tiempos, los días más difíciles del gobierno de Enrique Peña Nieto –como asume el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong---, azuzados por el peligroso mecanismo promotor de la desinformación, las redes sociales en manos criminales y el parloteo de jóvenes que se dicen universitarios pero olvidan la cantaleta e irresponsablemente acusan al gobierno de asesinar estudiantes y urgen atención del ciudadano común y lo llaman a protestar. Pero…
De pronto, alguien riega la especie de que Ángel Heladio Aguirre Rivero llegó a Los Pinos, al final del encuentro, el miércoles pasado, del Presidente con padres y madres de los normalistas levantados en Iguala, pese a que era rechazada su presencia. Mentira.
Y por el twitter aseguran que a los familiares de los normalistas los maltrataron en Los Pinos. Mentira.
También por esa vía, se esparce la versión de que los normalistas estarían infiltrados e incluso serían cómplices de Los Rojos, dueños y amos de zonas que corren por los rumbos de La Montaña de Guerrero, de Tixtla y hasta los linderos con Puebla, enemigos jurados de los Guerreros Unidos. ¿A quién y por qué conviene criminalizar a los normalistas?
¿Para descalificar el encuentro con Peña Nieto y el trabajo de inteligencia para dar con el paradero de estos 43 muchachos?
Además, las columnas de estudiantes que protestan en Chilpancingo, Oaxaca, Morelia y el Distrito Federal, son infiltradas por sujetos con el modus operandi desplegado desde el 1 de diciembre de 2012, en torno del Palacio Legislativo de San Lázaro, justo a la hora en que Enrique Peña Nieto juraba como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Esos individuos, entre ellos algunas mujeres, sedicentes anarquistas, proceden con el mismo modus operandi: encapuchados y violentos, con un discurso atado a la guerrilla de finales de los años 60 y mediados de los 70. Elemento que, en 1996, reconoció Ángel Heladio Aguirre Rivero en el mensaje del EPR en Aguas Blancas.
Y ninguno está detenido ni sujeto a proceso penal, aunque saquean, agreden a la fuerza pública, se victimizan y se llaman reprimidos después de asaltar comercios y a transeúntes y agredir a reporteros. ¿Quiénes son; quiénes los financian?
Y luego, el miércoles 29 de octubre, asesinan a Francisco Tlamanalco Bernal, dirigente de la CNC en Acapulco; Menos de un mes antes, el 23 de septiembre, al diputado federal priista por Jalisco, Gabriel Gómez Michel. Y cinco días después, el 28 de septiembre, ultiman a balazos a Braulio Zaragoza, secretario general del PAN en Guerrero.
Y la recurrente postura del lopezobradorismo de demandar la renuncia del Presidente de la República.
O la pueril postura de 75 diputados federales que, perdida ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, su demanda de validar la consulta popular que revoca a la Reforma Energética, en una acción que los pinta oportunistas y fundamentalistas, piden que la ministra Olga Sánchez Cordero devuelva la Medalla al Mérito Cívico “Eduardo Neri, Legisladores de 1913” que hace unos días le entregó el pleno de la Cámara de Diputados.
¿Qué habrían hecho los lopezobradoristas Ricardo Mejía Berdeja, Gerardo Villanueva Albarrán y, por ejemplo, el panista Fernando Rodríguez Doval, si la ministra Sánchez Cordero hubiese avalado la procedencia de la consulta popular contra la Reforma Energética y el incremento del salario mínimo? Sin duda, la ministra sería santa de su devoción y candidata a la inmortalidad democrática.
Estas acciones, descalificaciones, campañas de desinformación, linchamiento mediático, defensas a ultranza como la que arropa los despropósitos de campaña y desmemorias de Andrés Manuel López Obrador y distinguidos perredistas, sin soslayo de panistas, priistas, petistas, convergentes (en su momento) emeceístas con alas para volar a los brazos de Morena, y todo tipo de versiones pueriles, mentiras bastardas y verdades soterradas, forman parte de ese estilo elemental de los pescadores que echan sus redes a río revuelto.
Por eso, el alto valor de la postura asumida por un personaje que ha transitado por esos caminos de la oposición perredista que, en su momento, cerró carreteras y desplegó marchas y plantones contra el gobierno, en la intención, obtenida por cierto en el caso de Michoacán, de tumbar gobernadores. Silvano Aureoles Conejo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, acota:
“No. La violencia hay que rechazarla venga de donde venga. Y por más que yo comprenda la inconformidad de muchos ciudadanos o de estos grupos radicales, la violencia genera más violencia, y no puede ser la vía para que México resuelva sus problemas, la justicia por propia mano”.
Y, ante la gravedad del momento difícil del país, urge: “Tenemos que fortalecer las instituciones y tenemos que apegarnos al Estado de Derecho y a las leyes. Cada vez que la crisis se agudiza, más instituciones sólidas y más Estado de Derecho. Eso es lo que nos va a salvar”.
Silvano quiere ser gobernador de Michoacán, donde la intervención del gobierno federal, desde enero de este año, ha encaminado a la entidad al orden y la legalidad, a espacios de seguridad pública y de certidumbre de un futuro sin sobresaltos. Ese no es rollo; sólo quienes han vivido en Michoacán al margen de esa familia política que se envileció, saben del alcance de los nuevos días que se viven en la entidad.
De ahí la importancia de lo que dice Silvano cuando alude a este río revuelto y la ganancia de pescadores y advierte un status que nadie ha querido tocar, salvo con eufemismos. A saber.
“En medio de una crisis aparecen otros intereses que hay que rechazar, porque en la confusión se cometen atropellos y abusos. Y quienes le apuestan a la violencia como vía de solución se equivocan, porque esos que se expresan en su supuesta solidaridad con las víctimas, pero generando más violencia, lo que buscan es desestabilizar y generar más violencia.
“Por eso –advierte—no podemos caer en la provocación y se tiene que hacer respetar la ley. Todo lo que se pueda expresar, bienvenido, pacíficamente. Pero la violencia hay que rechazarla”. Conste.

VIERNES. ¿Ángel Heladio tiene el status de indiciado? Hay que leer con atención la entrevista que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, concedió a Joaquín López-Dóriga en su programa de Radio Fórmula. Búsquela en www.entresemana.mx Digo.

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