JULIO AYALA CARLOS |
Ex Jefazo….
Dice el dicho que
“muerto el perro, se acabó la rabia”, aunque también hay otro que reza: “murió
el rey, viva el rey”; en consecuencia, tú entenderás que, como dicen los
abogados, ya no hay materia de litigio…
En consecuencia, ésta
es la despedida entre tú y yo, y por consiguiente, ésta es la última epístola
que te envío.
Claro, estoy seguro
que tu primo y compadre, te seguirá llamando Jefe, como por cierto, lo sigue
haciendo.
A partir de hoy, ya no
habré de ocuparme de ti, ni tú tendrás motivos para enojarte conmigo, aunque
seguramente, más de una vez querré escribirte.
Y ciertamente me
gustaría seguir haciéndolo, pues al no hacerlo, ¿a quién voy a seguir jodiendo?
Así pues, ya no podré
seguir diciéndote Jefe, Jefito, Jefazo y Jefezazo, y también, ya no habrá
motivo para escribirte y decirte: “te lo dije”, y tampoco ya no podré
orientarte, pues al oficializar tu
licencia ante el Congreso, has dejado de ser, legalmente el Jefe, y en
consecuencia, ya no hay motivo para ocuparme de ti.
¿De quién voy a
escribir? ¿A quién voy a enviarle mis epístolas? No lo sé, aunque sí sé que ya
no será a ti, pues desde la noche de este jueves 23 de octubre, has dejado de
ser el Jefe.
Claro. Podría
escribirte como “ex jefe”, pero, tú lo entiendes, ya no es lo mismo. En
consecuencia, te reitero, esta es la última carta que te envío.
Dicen los que no te
quieren que a partir de hoy entras en el terreno del olvido; a menos, claro,
que les sigas pagando a quienes te endulzaban el oído.
Siempre te lo dije:
“el amor comprado es pasajero, que se acaba cuando ya no hay dinero”. Por desgracia,
nunca me hiciste caso.
Y neta. Te lo dije. Te
dije que si seguías dejando el gobierno en manos ajenas, por muy hermanos,
sobrinos, hijos y esposa que sean, era peligroso porque los errores que
cometieran a la larga iban a perjudicarte. Te lo dije y nunca me hiciste caso.
Déjame decirte esto:
tu “renuncia” al cargo, así entre comillas, porque los cargos de elección popular
son irrenunciables, siendo honestos, no fue por la presión popular, estatal,
nacional e internacional, a consecuencia de los hechos del 26 de septiembre
ocurridos en Iguala, sino resultado de los errores e irregularidades cometidos
en tu gobierno.
Nadie más que tú, lo
sabes, eres el responsable de tu propia caída.
Yo creo que como
hombres, como machitos, hay que responder por nuestros errores. Echarle la
culpa a otros, no habla bien de uno, y nos muestra, hay que decirlo, como
cobardes.
Neta. Me hubiera
gustado que no te fueras, pero quedarte, para ti y tu partido, que al último te
dejó solo, ya era insostenible. A partir de ahora, seguro sabrás lo que vivió,
hace casi ya 20 años, Rubén Figueroa Alcocer, que también por circunstancias
parecidas, dejó el cargo.
¿Te acuerdas? Seguro
que sí, porque tú lo relevaste en el cargo. Y sin embargo, se te olvidó todo
ello, y la prueba más fehaciente es que prácticamente cometiste los mismos
errores.
En fin, ya no tiene
caso de decirte “te lo dije” o decirte “si no lo hubieras hecho”, porque él
hubiera no existe. Hay sin embargo, quienes están tristes porque te hayas ido,
no porque les importes, sino por los negocios que estaban haciendo contigo, y
claro, hay también quienes están felices y contentos de que ya te fuiste, y no
sólo los normalistas y los cetegistas, sino también los que no te quieren. Y
claro, también lo están los venados del Zoochilpan y de Casa Guerrero.
Ya por último, aunque
no lo creas, me preocupa tu hijo, pues después de entusiasmarlo con que sería
el próximo alcalde de Acapulco, hoy, como están las cosas, ya no sé si puedas
postularlo aunque sea para una regiduría.
Es todo. Si nos
encontramos, a partir de este viernes en la calle, “ni te conozco”.
P.D1.- Ojalá y quien
llegue al cargo que dejaste, se vea en tu espejo.
P.D2.- ¿Te pregunto:
vas a vaciar Casa Guerrero”?
P.D3.- “Gur vái”.
julio651220@hotmail.com