jueves, 23 de octubre de 2014

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a ex El Jefe) De Julio Ayala Carlos

JULIO AYALA CARLOS
Ex Jefazo….
Dice el dicho que “muerto el perro, se acabó la rabia”, aunque también hay otro que reza: “murió el rey, viva el rey”; en consecuencia, tú entenderás que, como dicen los abogados, ya no hay materia de litigio…
En consecuencia, ésta es la despedida entre tú y yo, y por consiguiente, ésta es la última epístola que te envío.
Claro, estoy seguro que tu primo y compadre, te seguirá llamando Jefe, como por cierto, lo sigue haciendo.
A partir de hoy, ya no habré de ocuparme de ti, ni tú tendrás motivos para enojarte conmigo, aunque seguramente, más de una vez querré escribirte.
Y ciertamente me gustaría seguir haciéndolo, pues al no hacerlo, ¿a quién voy a seguir jodiendo?
Así pues, ya no podré seguir diciéndote Jefe, Jefito, Jefazo y Jefezazo, y también, ya no habrá motivo para escribirte y decirte: “te lo dije”, y tampoco ya no podré orientarte,  pues al oficializar tu licencia ante el Congreso, has dejado de ser, legalmente el Jefe, y en consecuencia, ya no hay motivo para ocuparme de ti.
¿De quién voy a escribir? ¿A quién voy a enviarle mis epístolas? No lo sé, aunque sí sé que ya no será a ti, pues desde la noche de este jueves 23 de octubre, has dejado de ser el Jefe.
Claro. Podría escribirte como “ex jefe”, pero, tú lo entiendes, ya no es lo mismo. En consecuencia, te reitero, esta es la última carta que te envío.
Dicen los que no te quieren que a partir de hoy entras en el terreno del olvido; a menos, claro, que les sigas pagando a quienes te endulzaban el oído.
Siempre te lo dije: “el amor comprado es pasajero, que se acaba cuando ya no hay dinero”. Por desgracia, nunca me hiciste caso.
Y neta. Te lo dije. Te dije que si seguías dejando el gobierno en manos ajenas, por muy hermanos, sobrinos, hijos y esposa que sean, era peligroso porque los errores que cometieran a la larga iban a perjudicarte. Te lo dije y nunca me hiciste caso.
Déjame decirte esto: tu “renuncia” al cargo, así entre comillas, porque los cargos de elección popular son irrenunciables, siendo honestos, no fue por la presión popular, estatal, nacional e internacional, a consecuencia de los hechos del 26 de septiembre ocurridos en Iguala, sino resultado de los errores e irregularidades cometidos en tu gobierno.
Nadie más que tú, lo sabes, eres el responsable de tu propia caída.
Yo creo que como hombres, como machitos, hay que responder por nuestros errores. Echarle la culpa a otros, no habla bien de uno, y nos muestra, hay que decirlo, como cobardes.
Neta. Me hubiera gustado que no te fueras, pero quedarte, para ti y tu partido, que al último te dejó solo, ya era insostenible. A partir de ahora, seguro sabrás lo que vivió, hace casi ya 20 años, Rubén Figueroa Alcocer, que también por circunstancias parecidas, dejó el cargo.
¿Te acuerdas? Seguro que sí, porque tú lo relevaste en el cargo. Y sin embargo, se te olvidó todo ello, y la prueba más fehaciente es que prácticamente cometiste los mismos errores.
En fin, ya no tiene caso de decirte “te lo dije” o decirte “si no lo hubieras hecho”, porque él hubiera no existe. Hay sin embargo, quienes están tristes porque te hayas ido, no porque les importes, sino por los negocios que estaban haciendo contigo, y claro, hay también quienes están felices y contentos de que ya te fuiste, y no sólo los normalistas y los cetegistas, sino también los que no te quieren. Y claro, también lo están los venados del Zoochilpan y de Casa Guerrero.
Ya por último, aunque no lo creas, me preocupa tu hijo, pues después de entusiasmarlo con que sería el próximo alcalde de Acapulco, hoy, como están las cosas, ya no sé si puedas postularlo aunque sea para una regiduría.
Es todo. Si nos encontramos, a partir de este viernes en la calle, “ni te conozco”.

P.D1.- Ojalá y quien llegue al cargo que dejaste, se vea en tu espejo.
P.D2.- ¿Te pregunto: vas a vaciar Casa Guerrero”?
P.D3.- “Gur vái”.


julio651220@hotmail.com