Rogelio Faz/Cartas desde Chicago. “Al final del día”, una frase muy trillada en el “speech” de la política estadounidense (por cierto recientemente muy citada en México), una expresión informal que se refiere al resultado final de deliberaciones y acuerdos. Que en el caso de inmigración parece ser el mediodía del día siguiente.
Situación provocada por el Presidente Barack Obama, por no haber tomado la iniciativa al inicio del primer día de su primer mandato, que era cumplir su promesa de campaña sobre una reforma inmigratoria para llegar a la Casa Blanca. Un mal cálculo de subestimación política. Ya estamos en el día siguiente y no hay nada claro todavía.
Por otro lado, más que un rumor es una confirmación: el republicano John Boehner, el “bocón” en la Casa de Representantes (diputados) en el Congreso, ha logrado acorralar a Obama, obligándolo a comprometer y extender todo lo relacionado al asunto migratorio, sino es que mandarlo al sueño eterno.
Ahora la nueva condición de Boehner para que se pueda legislar sobre una reforma, es que a Obama no se le ocurra llevar a cabo su promesa-amenaza de una orden ejecutiva sin pasar por el Congreso, que incluye extender los beneficios a cónyuges de ciudadanos o padres de los “dreamers” que están dentro del programa “Deferred Action for Childhood Arrivals” (DACA), acción diferida para quienes llegaron siendo menores de edad.
Boehner hoy día sale con que ni ahora ni después de las elecciones de medio término -el próximo 4 de noviembre-, ni siquiera “at the end of the year”. Después de que él mismo había sugerido que una reforma podría ser posible después de las elecciones. Objetando la crisis de los niños ‘no acompañados’ que están cruzando la frontera.
No sería la primera vez que los republicanos han hecho del tema migratorio un día interminable, todo con la colaboración indirecta de Obama por no haber aprovechado su “momentum”, cuando los “hispanos” eran parte de su base. Ahora los inmigrantes no autorizados estamos en un suplicio cuando debería de haber una distinción a los padres de los “dreamers” que cumplen con las exigencias básicas: trabajo, pago de impuestos y no delitos.
No obstante la exigencia vieja de la seguridad en la frontera viene a tomar fuerza para posponer la reforma y posiblemente la orden ejecutiva. La seguridad en la frontera nunca se resolverá del todo. Y contrario a lo que se debería de suponer, las manifestaciones a favor de los niños migrantes son un componente en contra, sobre todo cuando se dan argumentos absurdos. Situación a la que se llegó por ambigüedad de Obama, que lo está dejando para el final del día siguiente.
Sumándose a las excusas del ayer, este año se retractó a su promesa cuando el pasado junio anunció oficialmente que no habría reforma, y en septiembre para los “DACAmentados” lo haría “at the end of the summer”. Pero el sol ya está por ocultarse y no se ve nada.
El jueves de la semana pasada Obama asistió al “Congressional Hispanic Caucus Institute’s annual gala”, para reunirse con la crema y nata de la política latina de EU y personalidades de los medios, donde reiteró su compromiso de irse por la libre, diciéndole a los asistentes “no es cuestión de si se hará sino cuándo”. Pues al final del día. Fueron más los aplausos que las protestas que le reclamaban su política del “at the end of the day” a costa de deportaciones.
Habrá que esperar a ver si durante el “thanksgiving” se está en mejores condiciones espirituales para ayudar a los soñadores, a sus padres y cónyuges, esperanza que para entonces podría recaer en los republicanos si llegaran a ganar la mayoría en el Senado.
De ser así podría ser el “at the end of the deal”. Para entonces la suerte estaría en que un buen día los republicanos se levanten con el pie izquierdo y con nuestro voto nos echen la mano. Mientras que el gobierno de México respetuoso de las decisiones de su vecino del norte, de sus deliberaciones y acuerdos, está en espera del resultado al final del día.