El tiempo pasa, los acontecimientos toman su ruta, el
gobierno asume sus responsabilidades, igual las instituciones debe disipar las
circunstancias que se susciten en la convivencia social.
Son múltiples
las acciones públicas a que está sometido el quehacer de la clase política. Más
en un Estado donde lo marginal es abundancia. El gobierno es núcleo del
desarrollo económico, de la política, de la asistencia oficial, de los
trámites, permisos y licencias, de la justicia y de la convivencia social
armónica.
En tiempos electorales se multiplican los cabecillas y
los guías que ofrecen alternativas y soluciones. Palabras azuzadas por la
ambición y el linaje de la nómina, intentan hacernos creer que el pueblo come
promesas.
Cosa de las legislaturas es la sobrepoblación de
reglamentos para engordar aún más el marco jurídico del país. Pero, lo que la
gente necesita son empleos, seguridad, salud, educación, canasta básica
accesible, cuando los brotes del hambre nos llegan de La Tarahumara como aviso
de un futuro próximo y cierto.
En este menú incluimos a las tres recientes muertes
del desalojo de los normalistas de Ayotzinapa. Tal caso debe circunscribirse a
un asunto judicial propio de tribunales y procuradurías. Su misma naturaleza
obliga a aclarar y perseguir el delito; comprobando el origen de las agresiones
y dando certeza a la opinión pública de que las pesquisas sólo llevan el
propósito de castigar mediante juicio, a los verdaderos culpables.
Aguirre Rivero tiene ante el panorama fiscal de 2012
la fuerza de un gobernante apoyado por los sectores productivos del Estado.
Deferencia suficiente para impulsar el más óptimo rendimiento en el turismo, la
cultura, la agricultura, la minería y todas las áreas de Guerrero que son
susceptibles de explotación racional económica. La paz social debe producir
materias primas y valor agregado que se conviertan en altos rendimientos para
aprovecho del pueblo.
PD: “El
trabajo es el único Capital que no está sujeto a
quiebra”: Abraham Lincoln.